Las secas cicatrices del bosque catal¨¢n
La falta de agua tras uno de los veranos con menos lluvias en un siglo ha te?ido de marr¨®n encinares y pinares de las comarcas de Barcelona y Girona
A base de observar bosques y m¨¢s bosques con sus anteojos, la ambient¨®loga del Centro de Investigaci¨®n Ecol¨®gica y Aplicaciones Forestales (CREAF) Mireia Banqu¨¦ ha desarrollado una afilada mirada con la que, en cuesti¨®n de segundos, es capaz de determinar el porcentaje de diferentes tipos de ¨¢rboles que se extienden a sus pies. ¡°Un 90% de encinas¡ y un 10% de pinos, aproximadamente. ?Vosotros c¨®mo lo veis?¡±, pregunta desde un collado del Parque Natural de Sant Lloren? del Munt i l¡¯Obac (Bages) a dos miembros de Agents Rurals.
Desde hace 12 a?os el cuerpo de protecci¨®n rural y el CREAF se coordinan para realizar cada septiembre un inventario, llamado Deboscat, con el que identificar las zonas m¨¢s afectadas por la sequ¨ªa en la comunidad. Este verano hay mucho m¨¢s trabajo que el anterior. Ha sido una estaci¨®n especialmente complicada para los bosques del ¨¢rea del litoral y prelitoral central por la falta de lluvia y el calor que, en algunas zonas, ha batido r¨¦cords y preocupa a los expertos.
Una muestra de los estragos del episodio seco y caluroso que Catalu?a ha experimentado es el manto de encinares que, junto a la peque?a cima de la Roca Falconera, se observa a vista de p¨¢jaro. El paisaje es verde pero est¨¢ da?ado por enormes cicatrices marrones, como si una garra gigante lo hubiera ara?ado hasta descolorarlo a trozos.
Las encinas aguantan sin agua pero no si se repite la falta de lluvias
Los efectos de la enorme cortina de agua que este verano ha partido Catalu?a en dos empez¨® a relucir ya en julio, cuando las evidencias de la sequ¨ªa eran muy visibles en zonas de las comarcas del Empord¨¤, Bergued¨¤, el Giron¨¨s y la Selva. ¡°Mientras en el sur ha llovido mucho [con episodios de lluvias torrenciales] en la mitad norte de la comunidad ha sido muy seco. Y se ha vivido una doble crisis: m¨¢s calor y menos agua¡±, a?ade Banqu¨¦. En el Observatorio Fabra, situado en lo alto de la sierra de Collserola en Barcelona, se ha registrado de hecho el cuarto verano m¨¢s seco del siglo. En Girona, la falta de lluvias tambi¨¦n ha alcanzado cifras hist¨®ricas y preocupantes, tal y como ya advert¨ªa a EL PA?S a principios de septiembre el jefe del ?rea de Climatolog¨ªa del Servicio Meteorolog¨ªa catal¨¢n Meteocat, Marc Prohom.
Los estragos en los ¨¢rboles de los bosques de la comunidad (mayormente pinos, encinas y robles, por ese orden) var¨ªan por especies. Con la falta de agua, las encinas y robles acostumbran a ponerse marrones (sus hojas se secan) y ¡°a soltar¡± las hojas. ¡°En una semana, todo esto que veis marr¨®n estar¨¢ pelado y el paisaje pasar¨¢ a ser gris¨¢ceo¡±, dice Banqu¨¦ sobre una roca entre ¨¢rboles secos. ¡°Pero ojo, esto no quiere decir que est¨¦n muertos, sino que se convierten en bosques deca¨ªdos...¡±, dice la experta. ¡°Y, con suerte, si llueve en oto?o, las encinas volver¨¢n a sacar hojas¡¡±, a?ade.
La escasa humedad castiga a los bosques de hayas, que suben de cota
Pese a que lo puede parecer a simple vista [el encinar marr¨®n o directamente pelado, el ¨¢rbol no est¨¢ muerto], sino que ¨¦l mismo adopta un mecanismo de defensa para secarse y reservar energ¨ªas a la espera de agua. ¡°El problema es cuando la sequ¨ªa se repite y el ¨¢rbol no tiene margen para recuperarse del anterior episodio. Entonces se secan las ramas y s¨ª pueden morir¡±, a?ade Banqu¨¦. En este sentido, el colch¨®n de agua que el terreno acumul¨® el verano pasado, un escenario completamente diferentes al de este a?o, ha ayudado a que esta tierra de bosques que es Catalu?a, donde casi el 65% del territorio es superficie forestal , resista a los envites de la sequ¨ªa. Aunque los expertos alertan que los ciclos repetitivos sin lluvia que est¨¢ trayendo el cambio clim¨¢tico en la regi¨®n mediterr¨¢nea aumentar¨¢ a la fuerza la mortalidad en los pr¨®ximos a?os.
Otra historia distinta a las encinas y los robles ocurre con los pinos y abetos. ¡°Tienen una estrategia totalmente diferente. Aguantan todo lo que pueden la sed sin mutar el aspecto. Es dif¨ªcil que un verano seco les afecte, deben acumular varios episodios de sequ¨ªa para que sea visible. Eso s¨ª, a diferencia de las encinas, cuando ves sus copas marrones y sin hojas significa que han muerto¡±, explica la ambient¨®loga mientras observa, junto a los dos agentes rurales desde una carretera escarpada en el municipio de Rocafort, otro mosaico verde trufado de manchas marrones. ¡°Esto est¨¢ mucho peor que el pasado a?o¡±, a?ade.
Las hayas pierden espacio
El jefe del ?rea Regional de Barcelona d¡¯Agents Rurals, Jaume Bosch, incide en esa idea. ¡°A diferencia del a?o pasado, que fue uno de los mejores de la d¨¦cada, en este verano ya se observaba desde hace semanas como en zonas se entraba en ¡®parada vegetativa¡¯¡±. dice Bosch.
El aumento de temperaturas ha provocado que las encinas, m¨¢s mediterr¨¢neas y resistentes a la sequ¨ªa, vayan subiendo de cota en los ¨²ltimos a?os y ganen en espacio a las hayas, menos resistentes a periodos secos, seg¨²n el informe Estado de la naturaleza en Catalu?a 2020. La repetici¨®n de episodios secos por el cambio clim¨¢tico, y tambi¨¦n el aumento de la superficie forestal por el abandono del sector primario, preocupan a los expertos, que alertan de un futuro aumento del riesgo de incendio.
El agente rural Bosch explica que el seguimiento de los bosques secos a trav¨¦s del Deboscat secos tambi¨¦n es importante para elaborar la campa?a forestal y los mapas del riesgo de incendio diarios. Identificar las zonas secas de hoy ayudar¨¢ a frenar los incendios de ma?ana.
M¨¢s de 3.000 hect¨¢reas quemadas
Pese a las alarmas que se encendieron a principios de verano en Catalu?a por el elevado y reiterado riesgo de incendio debido al calor y la falta de lluvia, la comunidad ha logrado aguantar el tipo. Este a?o, un total de 3.011 hect¨¢reas han ardido en los 539 incendios que se desataron en Catalu?a, lo que supone la mitad que en el a?o 2019 y ligeramente por debajo del promedio de los ¨²ltimos 15 a?os.
Seis de cada diez incendios de este a?o, fueron provocados por la actividad humana: en un 40% de los casos por negligencias y en un 20% de forma intencionada, seg¨²n datos del Departamento de Interior de la Generalitat sobre la campa?a forestal de 2021. Durante la campa?a, los Bomberos de la Generalitat han trabajado en 2.254 servicios, 624 de ellos incendios de vegetaci¨®n agr¨ªcola, 611 forestal y 1.019 urbana.
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