Cinco desahucios en Barcelona en una semana pese a la moratoria
Las entidades de defensa de la vivienda alertan de los casos de personas vulnerables que no cumplen los requisitos para evitar desalojos y critican la interpretaci¨®n de los jueces
Cinco desahucios. Cinco desalojos ejecutados esta semana solo en la ciudad de Barcelona (Ciutat Meridiana, Vallbona, Horta y dos en el Poblesec), seg¨²n el recuento de las entidades, pese a que el Gobierno dict¨® esta semana la quinta pr¨®rroga de la moratoria de lanzamientos por la situaci¨®n de pandemia, esta vez hasta el 28 de febrero. Como las anteriores, incluye a familias vulnerables con informe de servicios sociales, incluso si est¨¢n ocupando (si hay personas dependientes y la vivienda es de un gran propietario).
Pero las entidades en favor del derecho a la vivienda alertan de que sigue habiendo desahucios por supuestos que no entran en las condiciones de blindaje ¡ªpor ejemplo, no estar empadronado o ser vulnerable, pero no tener a nadie a cargo¡ª o si se da el caso de que los jueces interpretan que la vulnerabilidad no est¨¢ acreditada.
¡°Que no presuman de moratoria, hay desahucios todas las semanas. No paramos de movilizarnos para frenarlos¡±. Habla Maribel Tejada, 51 a?os y tres fechas ya de desahucio: el primero en abril, entr¨® en la moratoria; el segundo, en septiembre, no entr¨® ¡ª¡±porque no tengo nadie a cargo, aunque tengo certificado de vulnerabilidad¡±, dice¡ª y se par¨® con una protesta en la puerta; y ahora aguarda el tercer intento el pr¨®ximo d¨ªa 18. Todo despu¨¦s de hipotecarse en 2007 y, a partir de la crisis de 2008, ver c¨®mo ca¨ªan sus ingresos. Al dejar de pagar la hipoteca logr¨® una daci¨®n en pago, alquiler social¡ pero ahora no llega para pagar: ¡°Es injusto, compr¨¦ el piso haciendo m¨¢s horas que un reloj y no tengo la culpa de las sucesivas crisis, nunca he dejado de trabajar¡±, recalca. El piso es de un fondo de inversi¨®n.
No se salvaron del desahucio el pasado mi¨¦rcoles la familia de Mayory Nu?ez y Pablo Abanto, ni sus tres hijos de dos, ocho y 15 a?os, originarios de Per¨², a quien una conocida llev¨® a la escuela antes de que llegara la comitiva judicial. Un caso complejo del que la PAH tuvo conocimiento este mismo lunes en su asamblea semanal, con poco tiempo para hacer tr¨¢mites e intentar frenar el lanzamiento. La pareja, que ocupaba una casa unifamiliar del barrio de Font d¡¯en Fargas (en Horta-Guinard¨®) junto a otra familia y varias personas m¨¢s, est¨¢ en situaci¨®n irregular, trabaja en negro, no estaba empadronada y no tiene certificado de vulnerabilidad (aunque s¨ª lo ten¨ªa otra familia de la vivienda que el d¨ªa del desahucio se march¨® por su cuenta). La casa es propiedad de la Sareb, la entidad con mayor¨ªa de capital p¨²blico que se qued¨® los activos t¨®xicos tras el rescate a la banca.
Al desahucio llegaron casi simult¨¢neamente activistas de la PAH para intentar pararlo y cuatro furgones de los Mossos, que formaron un per¨ªmetro ante la casa que oblig¨® a los concentrados a alejarse. En el interior de la casa, Mayory y Pablo ten¨ªan todo a punto: maletas envueltas con bolsas de pl¨¢stico y las cajas llenas de juguetes revelaban su intuici¨®n. ¡°Esto ya es normal¡±, lamentaba ella, que ya no recuerda el n¨²mero de veces que la familia se ha mudado en los ¨²ltimos dos a?os; llegaron a Barcelona dos semanas antes de que la pandemia lo parara todo.
La unidad municipal frena el 93% de los lanzamientos
La unidad antidesahucios del Ayuntamiento de Barcelona lleva un recuento de los casos de lanzamientos de familias vulnerables de los que tiene conocimiento. Todavía no dispone de los de la última semana, pero indica que en las dos comprendidas entre el 11 y el 22 octubre, en la ciudad se dictaron 111 órdenes de desahucio. De estos, 74 se aplazaron antes de que la comitiva judicial llegase a la vivienda; de los 37 en los que sí llegaron a la puerta, ocho se ejecutaron. “El 93% se paró”, concluye un portavoz municipal.
Las mismas voces consideran que “la moratoria se ha convertido en una herramienta legal clave por dos motivos: ganar tiempo para mediar y trabajar alternativas para las familias; e incentivar a las propiedades a sentarse y mediar”. El Consistorio recuerda que la moratoria otorga la competencia a los jueces de decidir si las órdenes se ejecutan valorando cada caso y que, aunque los servicios sociales acreditan la vulnerabilidad, es responsabilidad de los jueces solicitar la información.
La moratoria, añaden, se suma a los recursos de la Unidad Antidesahucios para negociar con los propietarios y solicitar suspensiones en los juzgados, lo que ha permitido frenar lanzamientos y reducir “la angustia de muchas familias”. Las suspensiones antes del día fijado rondan el 80% y la total, el 90%.
Con todo, el Consistorio reclama “que la legislación, tanto de ámbito catalán como español, incorpore medidas estructurales”. Por un lado, para requerir una mediación efectiva y desde que las familias tienen problemas; y no con la fecha de lanzamiento encima. Por otro, obligar a los grandes tenedores a responsabilizarse de la emergencia habitacional y ofrecer alquileres asequibles.
La historia que cuentan es un c¨²mulo de dramas. Al llegar a Barcelona, un conocido de Pablo les prometi¨® un piso en el Raval que pagaron gracias al pr¨¦stamo con el que vinieron desde Per¨². Dos d¨ªas despu¨¦s se present¨® la polic¨ªa junto con personal del Ayuntamiento. Era un piso ocupado. Mayory asegura que no lo sab¨ªan y que la asustaron, que la amenazaron con que pod¨ªan quitarle a sus hijos y expulsarla del pa¨ªs. Decidieron irse del piso. Un hijo arrastra desde entonces problemas por los que est¨¢ siendo examinado. El peque?o ha dejado de hablar. Nunca volvieron a saber de la persona a la que Pablo le dio sus ahorros.
Fuentes de la Sareb mantienen que se acercaron a la casa unifamiliar una decena de veces durante tres meses para que los ocupantes acreditasen su vulnerabilidad y ofrecerles una alternativa habitacional: ¡°En el ¨²ltimo momento entregaron algunos documentos, pero no eran suficientes. Servicios Sociales nos dijo que no ten¨ªan seguimiento de estas familias. Nosotros hemos parado varios lanzamientos, pero en este caso no pudimos hacerlo¡±, dicen.
La familia ha sido realojada provisionalmente por los servicios sociales en una residencia de estudiantes en Vall d¡¯Hebron. Dos habitaciones y cinco camas. Santi Mas de Xax¨¤s, portavoz de la PAH Barcelona, denuncia: ¡°Casos como el de esta familia son ejemplos de que la moratoria no funciona y, lo que es peor, el Gobierno lo sabe, el llamado escudo social no funciona, est¨¢n dejando en la estacada a los vulnerables¡±. El portavoz de la PAH Barcelona critica, adem¨¢s, ¡°la interpretaci¨®n de los jueces¡± en algunas ocasiones. Se sulfura con los lanzamientos donde el propietario de los inmuebles es la Sareb, sociedad conocida tambi¨¦n como banco malo.
Mas de Xax¨¤s condujo el lunes la asamblea semanal de recepci¨®n de nuevos casos de la PAH. Un goteo que no para de familias que acuden a exponer sus casos y pedir ayuda. Tres horas, de cinco a ocho de la tarde, de intervenciones de afectados que atraviesan diferentes momentos del proceso. Con participantes en el local de la calle de Leiva y otros conectados en l¨ªnea.
Xavier Mas de Xax¨¤s (PAH)e sulfura con los lanzamientos donde el propietario de los inmuebles es la Sareb, sociedad conocida tambi¨¦n como banco malo.
Adem¨¢s de la PAH tambi¨¦n los barrios se organizan para evitar desahucios. Ciutat Vella, Poblesec o Ciutat Meridiana son tres casos. En el tercero, suele haber tantos lanzamientos programados, que los juzgados los agrupan: ¡°Las comitivas judiciales suben cada cuatro d¨ªas h¨¢biles. El mi¨¦rcoles subieron tres comitivas. Primero ten¨ªamos contabilizados tres desahucios, pero acabaron siendo 11 los se?alados, de los que se ejecutaron dos, uno en el barrio y el otro en Vallbona [al otro lado de la Meridiana]¡±, explica el presidente de la Asociaci¨®n de Vecinos, Fili Bravo.
¡°Lo de la moratoria es un cachondeo del Gobierno para salir en la tele, pero los jueces hacen lo que quieren y abusan: no comprendemos c¨®mo se puede echar a una persona con dos ni?os, monoparental, empadronada y sin papeles¡±, lamenta Bravo refiri¨¦ndose a uno de los casos de la semana. Meses atr¨¢s, tambi¨¦n en el barrio hubo una fuerte presencia policial en los lanzamientos. Ahora es m¨¢s discreta, dice Bravo. ¡°Lo de esta semana en Ciutat Meridiana ha sido una bacanal¡±, califica una fuente municipal, que se cuestiona la presencia de los Mossos.
La defensa de la moratoria
Fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana defienden el establecimiento de la moratoria de desahucios por parte del Gobierno (ampliada en la primera pr¨®rroga a personas sin contrato de alquiler) ¡°para proteger a personas y familias vulnerables¡±. Recuerdan que las competencias en materia de vivienda las tienen las comunidades aut¨®nomas y ponen en valor el ¡°esfuerzo de regulaci¨®n normativa realizado para implicar a organismos, judiciales y servicios sociales auton¨®micos y municipales¡±.
Las mismas fuentes indican que la moratoria fija las condiciones para frenar los lanzamientos con ¡°rigor y seguridad jur¨ªdica¡± durante la pandemia, en l¨ªnea con el ¡°escudo social que han supuesto los expedientes temporales de regulaci¨®n de empleo¡±. Sobre los supuestos de exclusi¨®n, apelan a la seguridad jur¨ªdica citada y, a prop¨®sito de las cr¨ªticas a las interpretaciones de los jueces, responden que el ministerio no puede entrar en sus competencias.
Los casos de desahucios que no entran en la moratoria llegan tambi¨¦n, aunque en menor n¨²mero, a las asambleas del Sindicato de Inquilinos. A la de hace dos viernes acudi¨® Mimi Oset, desahuciada de su piso de Sants tras cuatro intentos. Con 45 a?os y una discapacidad del 87% viv¨ªa all¨ª, ocupando, desde 2019 con su compa?ero y sus dos hijas, las dos con discapacidad (y una de ellas menor).
Explic¨® su nueva vida realojada en un piso tur¨ªstico en el barrio de Sarri¨¤, mientras que las ni?as siguen escolarizadas en Sants. Admiti¨® que el piso ¡°est¨¢ muy bien¡±, pero que, al no poderse desplazar sola hasta su nuevo barrio, van y vienen cuando lo hace su pareja, a primera hora de la ma?ana y por la tarde: ¡°En el trabajo de mi marido, que tiene la n¨®mina embargada, me han habilitado un espacio para que pase el d¨ªa y descanse. Tambi¨¦n es aqu¨ª donde me visitan para hacer tratamientos m¨¦dicos, porque tenemos prohibido recibir visitas en el piso¡±, explica. Oset, con quien su barrio se ha volcado, lamenta no haber entrado en la moratoria. Ni ella ni su entorno de apoyo entienden qu¨¦ ha pasado. ¡°Posiblemente la juez no contempla la vulnerabilidad del caso porque no ha sido causada por la covid¡±, apuntan fuentes del Sindicato de Inquilinos.
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