Grietas en el bloque independentista catal¨¢n
La tramitaci¨®n de los presupuestos de la Generalitat tensiona el secesionismo ante la mano tendida al Govern por socialistas y comunes
El Govern de la Generalitat ve¨ªa esta semana c¨®mo el Partit dels Socialistes (PSC) y En Com¨² Podem (ECP) hurgaban en la divisi¨®n del independentismo al mostrarse dispuestos a negociar la tramitaci¨®n de los presupuestos para 2022, a los que los socios preferentes de la CUP ayer s¨¢bado descartaron dar la luz verde. El bloque soberanista exhib¨ªa sin rubor sus grietas pol¨ªticas, un episodio m¨¢s de las divergencias que mantiene sobre la hoja de ruta el secesionismo catal¨¢n. En Esquerra hay quienes ya dan por enterrada la meramente ret¨®rica unidad de un independentismo que es incapaz de responder con una sola voz a c¨®mo negociar con el Gobierno central y muestra fisuras a la hora de buscar alianzas para la aprobaci¨®n de unos simples pero importantes presupuestos auton¨®micos postpandemia.
El pasado mi¨¦rcoles, cuando el presidente Pere Aragon¨¨s acept¨® la mano tendida los comunes para pactar las cuentas de la Generalitat, el presidente de la bancada de Junts per Catalunya, Albert Batet, le pidi¨® explicaciones en el hemiciclo por acercarse a una fuerza que los seguidores de Carles Puigdemont no ven con buenos ojos, pues a su juicio desnaturaliza prop¨®sitos, al menos ret¨®ricos, del independentismo. El caso es que al t¨¦rmino de la sesi¨®n de control al president, Batet le recrimin¨® que se hubiera tomado la libertad de aceptar esa mano tendida por ECP. A juicio de Junts, el pacto con los comunes pone en peligro uno de los ¨²ltimos bastiones discursivos de un secesionismo que cont¨® con el 52% del electorado en las pasadas elecciones, pero en la pr¨¢ctica debe buscar apoyos fuera de esa mayor¨ªa de la que presume.
En Esquerra hay quienes dan por enterrada la unidad independentista, que consideran m¨¢s simb¨®lica que real. Pase lo que pase en la votaci¨®n de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos este lunes, el principal problema no es la actitud mantenida por la CUP ¨Cque no sorprende a nadie- sino la labor de zapa que contra la estrategia de di¨¢logo de ERC hacen sus socios de Junts per Catalunya. ¡°El aut¨¦ntico incordio es Junts; haga lo que haga la CUP, la pol¨ªtica de bloques se ha acabado¡±, aseguran fuentes republicanas. Esa actitud pragm¨¢tica de los republicanos choca con su reiterado rechazo a pactar con el PSC en Catalu?a, aunque no con el PSOE en Madrid. Esquerra, que junto con la Junts y la CUP acord¨® en la pasada campa?a mantener un cord¨®n sanitario al PSC a la hora de formar Govern, a?ora los tiempos en que Jordi Pujol pactaba con el PSOE un papel secundario para el socialismo catal¨¢n en aras a la gobernabilidad de Espa?a. EL PSC, adem¨¢s, fue la fuerza m¨¢s votada.
Los socialistas catalanes se rebelan contra ese papel y creen que el problema est¨¢ en que los republicanos no se atreven a formular abiertamente que la unidad independentista se ha roto y que no tiene sentido seguir manteniendo la ficci¨®n en el Ejecutivo. ¡°No podemos estar cada d¨ªa con una crisis como ha venido sucediendo con los presupuestos desde 2016¡å, aseguran desde el PSC. Los comunes, por su parte, ya salvaron con su abstenci¨®n las cuentas de la Generalitat para 2020 ¨Cque tuvieron el voto contrario de la CUP¨C y ahora ven dif¨ªcil llegar a un acuerdo, pero entienden que su actitud al igual que la de los socialistas tiene como objetivo sacudir el tablero pol¨ªtico. Desde 2017 la ley no permite cambiar partidas entre departamentos de la Generalitat. Y eso dificulta pactar propuestas de calado, m¨¢xime cuando las cuentas han salido de la mano de Jaume Gir¨®. El consejero independiente de la cuota de Junts per Catalunya ha decidido mantener la candidatura para ser sede de Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno, el proyecto de un macro-casino en la costa tarraconense y no aumentar los impuestos. El caso es que cur¨¢ndose en salud, todos los partidos, excepto los dos del Govern, han presentado enmiendas a la totalidad. La CUP ha decidido subir la apuesta exigiendo que ERC y Junts se comprometan a celebrar un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en esta misma legislatura, pero la ¨²ltima oferta hecha por el Govern incluye solo la puesta en marcha de una mesa de estudio que sopese la posibilidad de realizar la votaci¨®n.
Pero si los aliados son poco fiables dentro del independentismo, otro tanto sucede en el seno del bloque de la izquierda en el Ayuntamiento de Barcelona. Esquerra, que hab¨ªa negociado y pactado los presupuestos de la ciudad desde que se inici¨® el actual mandato hace dos a?os, ha decidido negar su apoyo a las cuentas para 2022. Se trata de un movimiento que el gobierno municipal de comunes y socialistas no duda en calificar de jugada electoralista. El ejecutivo barcelon¨¦s liderado por Ada Colau, sin embargo, ha contado con un socio que le ha permitido salvar el primer tr¨¢mite: los tres votos de Barcelona per Canvi ¨Ccreado por Manuel Valls, ahora nuevamente en la pol¨ªtica francesa¨C han bastado. La formaci¨®n de centro-derecha ha hecho gala nuevamente de un eclecticismo que no abunda en pol¨ªtica. No es la primera vez que sucede: Barcelona pel Canvi dio sus votos a Colau en 2019 para evitar que el independentista Ernest Maragall se hiciera con la alcald¨ªa de Barcelona. Y tampoco ha tenido empacho en aprobar presupuestos municipales en a?os pasados con comunes, socialistas y incluso republicanos.
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