El mantra del 52%
La pugna por el presupuesto de la Generalitat de 2022 quiebra la mayor¨ªa parlamentaria de gobierno y muestra las limitaciones del proyecto independentista
Como si fuera un conjuro m¨¢gico o un mantra, el 52% de votos obtenidos por los independentistas en las ¨²ltimas elecciones al Parlament se ha convertido en el nuevo mito al que sus l¨ªderes recurren una y otra vez para tomar fuerza y saltar obst¨¢culos. Ahora mismo, es el argumento esgrimido por ERC y Junts para reclamar cohesi¨®n al socio minoritario de la mayor¨ªa parlamentaria que sostiene al gobierno de Pere Aragon¨¨s, la CUP, ante su rechazo del proyecto de presupuestos de la Generalitat para 2022.
La realidad pol¨ªtica cotidiana muestra que se trata de un argumento poco operativo. El sistema electoral vigente en Catalu?a permite alcanzar mayor¨ªas absolutas de esca?os en el Parlament a partidos o coaliciones que sumen menos de la mitad de los votos. Con el 47% de los sufragios basta para lograrlas. Es lo que los partidos independentistas obtuvieron en las elecciones de 2012 y en las de 2015. El hecho de que en los todav¨ªa recientes comicios de febrero de 2021, ERC, Junts, la CUP y el PdCat superaran en conjunto el 50% de los votos emitidos tuvo una gran importancia pol¨ªtica y psicol¨®gica, pues dio fe de que el independentismo manten¨ªa una elevada cota de apoyo social y pol¨ªtico pese a su desgraciada gesti¨®n en el oto?o de 2017. Pero desde el punto de vista de la estricta operatividad pol¨ªtica en el Parlament, la verdad es que no hay diferencia entre el 47% o el 52% de los votos. Lo que cuenta es el n¨²mero de esca?os. Y si uno de los partidos independentistas se descuelga en una votaci¨®n, el gobierno en plaza pierde la mayor¨ªa parlamentaria. Eso es lo que hay.
La realidad pol¨ªtica ha demostrado que una mayor¨ªa absoluta no basta para proclamar la independencia
La realidad pol¨ªtica ha demostrado claramente que una mayor¨ªa absoluta en el Parlament no basta para proclamar la independencia del pa¨ªs. Tanto da, a estos efectos, que esa mayor¨ªa alcance el 52% de los votos. La relaci¨®n de fuerzas en un contencioso pol¨ªtico de esta naturaleza se verifica mediante m¨²ltiples factores. Adem¨¢s de los pol¨ªticos intervienen ah¨ª factores econ¨®micos, sociales, culturales, demogr¨¢ficos, internacionales, militares, geoestrat¨¦gicos. Es el conjunto de todos estos elementos lo que decanta el resultado de un envite de este tipo. Para algo tan trascendente como la creaci¨®n de un nuevo estado en el concierto europeo de las naciones, el intento catal¨¢n del oto?o de 2017 fue una exhibici¨®n de ingenuidad, incompetencia e irresponsabilidad.
Pues bien, las actuales apelaciones del presidente Aragon¨¨s y del coordinador de Junts, Jordi S¨¢nchez, al 52% electoral del independentismo arrastran todav¨ªa estas debilidades. Pong¨¢monos por un momento en la perspectiva de un eventual elector que se mantenga dudoso entre el s¨ª y el no a la creaci¨®n de un estado catal¨¢n independiente. ?Qu¨¦ est¨¢ viendo estas ¨²ltimas semanas? Est¨¢ asistiendo al chocante espect¨¢culo dado por un Gobierno y una mayor¨ªa parlamentaria prisioneros de las exigencias de lo que en la historia pol¨ªtica del siglo XX se denominan grup¨²sculos izquierdistas. Asambleas de unos escasos centenares de militantes lanzados a exigir a sus aliados que cumplan programas y calendarios irrealizables. Eso es lo que est¨¢ viendo.
Asambleas de escasos centenares de militantes exigen a sus aliados programas irrealizables
Un gobierno, un parlamento, un pa¨ªs pendientes de que una agrupaci¨®n de peque?os partidos que se definen como anticapitalistas decidan si aprobar o rechazar un presupuesto de 38.000 millones de euros seg¨²n se ponga o no fecha a otro refer¨¦ndum como el que en 2017 trajo las consecuencias de todos conocidas. Y esta es la fuerza pol¨ªtica a la que ERC y Junts se deben para alcanzar la mayor¨ªa parlamentaria de gobierno. ?En manos de quien quedar¨ªa el eventual estado independiente que persiguen? ?En manos de estas asambleas?
Esto es lo que se est¨¢ aclarando estas ¨²ltimas semanas. Como casi siempre en pol¨ªtica, la cuesti¨®n es saber qui¨¦n manda aqu¨ª. Imaginemos ahora a qu¨¦ conclusi¨®n va a llegar el ciudadano que dudaba entre apoyar o no la independencia de Catalu?a si ERC y Junts se hubiesen plegado de nuevo a las exigencias de la CUP.
Como en 2015 cuando exigieron la renuncia de Artur Mas y cuando impusieron a Carles Puigdemont su calendario para el refer¨¦ndum. La mayor¨ªa parlamentaria que no bast¨® en 2017 para alcanzar la independencia pero si para lanzar el farol pol¨ªtico que tan caro cost¨®, ya no sirve ahora ni para aprobar unos presupuestos de la Generalitat. Simplemente: es demasiado contradictoria, por mucho que se apele al 52%.
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