La trinchera ling¨¹¨ªstica
La inmersi¨®n se ha convertido en una trinchera de una guerra desigual en la que el catal¨¢n, con el a?adido de la globalizaci¨®n, lleva las de perder
Los viejos consensos que se forjaron alrededor de la normalizaci¨®n del catal¨¢n en la escuela se antojan una quimera. La polarizaci¨®n pol¨ªtica atizada por sucesivas sentencias judiciales ha convertido la lengua a la vez en icono y arma arrojadiza. La inmersi¨®n es una trinchera simb¨®lica para el independentismo de JuntsxCat, ERC y CUP, ahora que el bloque secesionista se agrieta y el proc¨¦s ha entrado en v¨ªa muerta. Tambi¨¦n lo es para Ciudadanos y PP, que tratan de obtener r¨¦ditos pol¨ªticos desde el otro lado.
En el centro y atrapados entre dos fuegos, socialistas y comunes asegura...
Los viejos consensos que se forjaron alrededor de la normalizaci¨®n del catal¨¢n en la escuela se antojan una quimera. La polarizaci¨®n pol¨ªtica atizada por sucesivas sentencias judiciales ha convertido la lengua a la vez en icono y arma arrojadiza. La inmersi¨®n es una trinchera simb¨®lica para el independentismo de JuntsxCat, ERC y CUP, ahora que el bloque secesionista se agrieta y el proc¨¦s ha entrado en v¨ªa muerta. Tambi¨¦n lo es para Ciudadanos y PP, que tratan de obtener r¨¦ditos pol¨ªticos desde el otro lado.
En el centro y atrapados entre dos fuegos, socialistas y comunes aseguran querer evitar que el conflicto convierta a Catalu?a en una sociedad binacional. La inmersi¨®n naci¨® como elemento integrador ¡ªel lema un sol poble (un solo pueblo)¡ª y comenz¨® a implantarse en los ochenta en un cintur¨®n de Barcelona poblado por la inmigraci¨®n. Ahora, tras sucesivas sentencias judiciales, desde el independentismo hay ya quien pide la creaci¨®n de l¨ªneas escolares separadas ¡ªcatal¨¢n o castellano¡ª en funci¨®n de la lengua vehicular. Mientras, desde la derecha espa?olista se apuesta por la judicializaci¨®n para pasar la p¨¢gina de que el catal¨¢n sea idioma vehicular ¨²nico en los colegios.
El pasado jueves el consejero de Educaci¨®n de la Generalitat, Josep Gonz¨¢lez-Cambray (ERC), visit¨® la escuela de localidad barcelonesa de Canet de Mar que origin¨® que la justicia fijara un 25% de castellano en la ense?anza. Gonz¨¢lez-Cambray no se refiri¨® a las amenazas recibidas a trav¨¦s de las redes sociales por la familia del ni?o de cinco a?os que recurri¨® a los tribunales, se neg¨® a hablar en castellano ante la prensa, pero admiti¨® que las medidas cautelares dictadas por el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) deber¨¢n cumplirse.
El mismo d¨ªa, Ciudadanos registraba un escrito ante el Defensor del Pueblo en el que reclama a la instituci¨®n que ¡°ponga en marcha todos sus mecanismos¡± para que obligue al cumplimiento de la sentencia del TSJC ¡ªconfirmada por el Supremo¡ª ¡°y se restablezca el ejercicio de los derechos¡± en la comunidad. Entre et¨¦reas apelaciones a la desobediencia de la sentencia ¡ªel independentismo¡ª o a la difusa aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 como han hecho Pablo Casado, el mundo pol¨ªtico catal¨¢n que manten¨ªa cierta calma vuelve a estar agitado.
La pr¨®ximas semanas la consejera de Cultura de la Generalitat, Nat¨¤lia Garriga (ERC), ha convocado a los partidos con representaci¨®n parlamentaria para participar en un pacto nacional por la lengua. A diferencia de la reuni¨®n de hace unos d¨ªas para defender la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, el PSC acudir¨¢ a esta cita, afirman fuentes del partido, porque se ha invitado a todas las formaciones. Es muy probable que PP y Ciudadanos declinen estar presentes. Ha llovido mucho desde que en 1978 un real decreto aprob¨® que el catal¨¢n fuera una asignatura. Quedan lejos consensos como el que suscit¨® la ley de Normalizaci¨®n Ling¨¹¨ªstica, aprobada en 1983 por el Parlament con todos los votos a favor y una sola abstenci¨®n. Hoy puede sorprender que PP y ERC ¡ªunos por exceso y otros por defecto¡ª votaran en contra de la ley de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica de 1998. A partir de esa fecha, la brecha no ha cesado de agrandarse.
La aparici¨®n en 2005 de Ciudadanos como partido anticatalanista con voluntad de demoler viejos consensos y acabar con la inmersi¨®n fue un primer paso. Luego la irrupci¨®n del proc¨¦s acab¨® por alejar aun m¨¢s la posibilidad de los grandes acuerdos del pasado. Poco a poco y en sucesivas sentencias, los tribunales ¡°han suplantado al legislador y han encorsetado en un 25% el uso del castellano¡±, afirmaba el ling¨¹ista Albert Branchadell en este diario. ¡°En lugar de abogar por la flexibilidad, el Tribunal Supremo opone al monolitismo de la inmersi¨®n (todos los alumnos deben hacer el 100% de horas lectivas en catal¨¢n) el monolitismo del porcentaje (todos los alumnos deben hacer el 25% de las horas lectivas en castellano)¡±. El caso, apunta Branchadell, es que ¡°ni los jueces ni las elites nacionalistas catalanas est¨¢n dispuestos a velar por que cada centro imparta sus horas lectivas en catal¨¢n y castellano de acuerdo con sus necesidades¡±.
Los tribunales han suplantado al legiuslador y han encorsetado en un 25% el uso del castellano¡±Albert Branchadell, profesor en la Facultad de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n de la UAB
Jordi Nieva-Fenoll, catedr¨¢tico de Derecho Procesal de la Universidad de Barcelona, ha escrito en la Revista de Lengua y Derecho que se ha llegado a esta judicializaci¨®n que obliga al 25% ¡°con una sentencia que podemos decir con claridad que hizo pol¨ªtica, es decir que imprimi¨® una ideolog¨ªa evidente a la decisi¨®n judicial yendo m¨¢s all¨¢ de la voluntad del Parlament: la sentencia 31/2010, de 28 de junio [sobre el Estatuto catal¨¢n], en que el Tribunal Constitucional estableci¨® como principio que el castellano deb¨ªa ser lengua vehicular en la ense?anza rematando la idea con la afirmaci¨®n de que es constitucionalmente obligado que las dos lenguas cooficiales sean reconocidas por los poderes p¨²blicos como vehiculares. No es opinable que la Constituci¨®n no habla de lenguas vehiculares y, por lo tanto, no es el TC quien debe integrar la Constituci¨®n en este punto, sino el Parlament¡±, afirma.
La inmersi¨®n se ha convertido en una trinchera de una guerra desigual en la que el catal¨¢n, con el a?adido de la globalizaci¨®n, lleva las de perder. Sobre el conocimiento de ambas lenguas, la nota media de selectividad de este a?o ha sido de un 6,93 en el caso del catal¨¢n y de un 6,60 en el del castellano. En el a?o 2020 en la Justicia en Catalu?a se dictaron ¨²nicamente un 7,44% de las sentencias en la lengua cooficial; apenas llegan al 3% las pel¨ªculas dobladas o subtituladas en catal¨¢n, cuando la ley del Cine de Catalu?a establece un 25%; en ninguna de las 33.167 plazas de trabajadores p¨²blicos de la Administraci¨®n central destinados a los territorios donde el catal¨¢n es cooficial se pide acreditar su conocimiento como requisito de acceso.
Las productoras catalanas cambian de sede y el liderazgo de audiencia de TV3 se ve discutido por la apabullante suma de cadenas privadas y el hecho de que el castellano sea la lengua aplastantemente mayoritaria en las plataformas televisivas. Con la irrupci¨®n del proc¨¦s, los medios p¨²blicos de la Generalitat han tomado partido en la batalla por la independencia y ello ha cercenado, a ojos de una parte de los ciudadanos de Catalu?a, la imagen con la que naci¨®. Todo este c¨²mulo de circunstancias han convertido la escuela en un reducto desde el que potenciar la lengua. Seg¨²n una reciente encuesta de la Generalitat, si en 2006 el 68% de alumnos de 4? de ESO usaba siempre o casi siempre el catal¨¢n como lengua de comunicaci¨®n, ahora esa cifra se ha reducido al 21,4%. En ese contexto hay que enmarcar la negociaci¨®n entre ERC y el Gobierno central para que las plataformas digitales incluyan un 6% de su producci¨®n en catal¨¢n, gallego o euskera.
El pr¨®ximo s¨¢bado una manifestaci¨®n en defensa de la inmersi¨®n recorrer¨¢ las calles de Barcelona convocada no solo por independentistas sino por CCOO, UGT y la Federaci¨®n de Padres de Alumnos de Escuela P¨²blica de Catalu?a, agrupados dentro del colectivo Som escola, recuerdan los comunes, quienes subrayan que la inmersi¨®n naci¨® en el extrarradio obrero de Barcelona como un elemento de cohesi¨®n social. Han pasado 40 a?os. ¡°Si la Constituci¨®n envejece y debe reformarse, como algunos sostienen, lo mismo puede sucederle a la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica¡±, apostillan desde el PSC.