La mentira como herramienta pol¨ªtica
Los que conocemos de cerca los entresijos de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias y de su monitorizaci¨®n no podemos permanecer impasibles ante afirmaciones como las de Alsina y Borr¨¤s
La contumaz batalla entablada en torno a la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica en Catalu?a no es ninguna novedad en la pol¨ªtica espa?ola. Lo sucedido estos d¨ªas no es sino una reedici¨®n del famoso titular del diario ABC ¡°Igual que Franco, pero al rev¨¦s: persecuci¨®n del castellano en Catalu?a¡±, cuando el PP trataba de erosionar el Gobierno del PSOE sostenido en aquel entonces por CiU. La diferencia entre ese episodio y el actual es que ahora la estridencia ret¨®rica se ha disparado hasta la n¨¢usea. Si en 1992 se comparaba el r¨¦gimen ling¨¹¨ªstico de la escuela catalana con el franquismo, ahora los t¨¦rminos de la comparaci¨®n son el Holocausto, el apartheid y el terrorismo etarra. Nada que sorprenda especialmente despu¨¦s del paso de Donald Trump por la Casa Blanca.
Con las declaraciones proferidas por el desnortado Pablo Casado en su alocada carrera por descalificarse a s¨ª mismo como posible presidente del Gobierno de Espa?a, lo m¨¢s razonable acaso sea utilizar la v¨ªa que se le ha aplicado a Thierry Baudet, el l¨ªder ultraderechista holand¨¦s que acaba de ser condenado por comparar las restricciones anticovid con el Holocausto. A Junts, que (fiel a su partidismo) emprendi¨® esa v¨ªa la semana pasada, y al Govern de la Generalitat, que har¨¢ lo propio esta semana, hay que desearles suerte en su justificado empe?o por procurar el reproche judicial de un Casado ya desacreditado pol¨ªticamente.
Dicho todo esto, tambi¨¦n es justo reconocer que la triple derecha no es la ¨²nica que utiliza la lengua como arma pol¨ªtica. El consejero de Educaci¨®n, Josep Gonz¨¤lez-Cambray, sostuvo en el Parlament que la inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica no se podr¨¢ asegurar hasta que Catalu?a sea independiente: eso tambi¨¦n es utilizar la lengua como argumento pol¨ªtico. (En este sentido, es perfectamente l¨®gico que el PSC se abstuviera de participar en la manifestaci¨®n proinmersi¨®n del pasado d¨ªa 18, en la que el lema coreado con m¨¢s fervor fue ¡°in-de-in-de-pen-d¨¨n-ci-a¡±.) En este contexto, no es extra?o descubrir que hay pol¨ªticos catalanes que tambi¨¦n mienten. A m¨¢s peque?a escala, acaso, pero tambi¨¦n mienten.
En una entrevista concedida al programa M¨¦s 3/24 el pasado 10 de diciembre, la consejera de Acci¨®n Exterior, Vict¨°ria Alsina, explic¨® que hab¨ªa enviado una queja sobre la orden de impartir el 25% de horas lectivas en castellano a la presidenta del Comit¨¦ de Expertos del Consejo de Europa que supervisa la aplicaci¨®n de la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias. Seg¨²n ella, se trata de una Carta ¡°ratificada e incumplida en numerosas ocasiones por parte de Espa?a¡±. Al ehttps://celmi.uvigo.gal/es/ntrevistador Xavier Grasset no se le ocurri¨® contradecir a la consejera, lo cual tambi¨¦n es un indicio del rigor de nuestro periodismo. El corte con esta declaraci¨®n pas¨® tambi¨¦n por los noticiarios de TV-3, sin que al CAC se le haya ocurrido reprender a la consejera Alsina. En la entrevista concedida al programa Caf¨¨ d¡¯idees de La 2 de TVE, la presidenta del Parlament, Laura Borr¨¤s, incurri¨® en la misma falsedad: el incumplimiento de la Carta vendr¨ªa a ser una prueba del menosprecio y af¨¢n de destrucci¨®n con que Espa?a trata a las lenguas espa?olas diferentes del castellano. (En este caso, la periodista aquiescente fue nada m¨¢s y nada menos que Gemma Nierga.)
Los que conocemos de cerca los entresijos de la Carta y de su monitorizaci¨®n no podemos permanecer impasibles ante afirmaciones como las de Alsina y Borr¨¤s. Por suerte, desmontarlas resulta de lo m¨¢s f¨¢cil. El anterior miembro espa?ol del Comit¨¦ de Expertos, el reputado socioling¨¹ista gallego Fernando Ramallo, ha desarrollado una base de datos consultable que en un abrir y cerrar de ojos permite hacerse cargo del cumplimiento o no de la carta entre los 25 estados miembro del Consejo de Europa que la han ratificado.
Si descontamos a Suiza, que cumple m¨¢s de un 90% de sus compromisos, Espa?a est¨¢ a la cabeza de los estados cumplidores, con un 72% de compromisos cumplidos totalmente y tan solo un 7% de compromisos no cumplidos. Si nos fijamos en el caso concreto del catal¨¢n, el grado de cumplimiento se dispara: en la ¨²ltima evaluaci¨®n (2019), el 87% de los compromisos estaban cumplidos, mientras que los no cumplidos no llegaban al 2%.
En una entrevista reciente sobre la desbocada pol¨¦mica sobre la inmersi¨®n, el consejo de Educaci¨®n se?alaba con gran acierto que el problema son ¡°los pol¨ªticos que se inventan mentiras¡±. ?l se refer¨ªa a la triple derecha, claro est¨¢. Pero alguien ten¨ªa que decir que en el campo del consejero a veces tambi¨¦n se falta a la verdad.
Albert Branchadell es profesor en la Facultad de Traducci¨®n e Interpretaci¨®n de la UAB.
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