Sin campo no hay ciudad
Medio millar de alcaldes de la ¡®Catalunya vaciada¡¯ han unido su impotencia en ¡®Eines de repoblament rural¡¯
La Espa?a vaciada empieza a medirse en las urnas. Tras la entrada en el Congreso de Teruel Existe, cinco candidaturas de las nueve circunscripciones que el domingo tienen cita electoral en Castilla y Le¨®n optan a tener representaci¨®n en su Parlamento. Y seg¨²n el CIS, dos de ellas podr¨ªan decidir las mayor¨ªas imprescindibles para formar gobierno. En principio, sus potenciales votantes se sienten m¨¢s cercanos a la izquierda que a la derecha, pero nadie est¨¢ dispuesto a perder opciones de progreso que, en este caso, significan mejoras para unos terrenos bald¨ªos de esperanza y vida.
Catalunya no es una excepci¨®n a una denuncia que tampoco es nueva. Abandonar el campo para instalarse en la ciudad ha sido tendencia migratoria habitual de los pa¨ªses y sus sociedades. Y aunque el siglo XX se llev¨® la palma, en lo poco transcurrido del actual, las nuevas generaciones que no ven salida a sus ideales optan por buscar en cualquier otra parte la manera de canalizar sus leg¨ªtimas aspiraciones. La resignaci¨®n no es la respuesta. Menos aun cuando los gobiernos han encadenado promesas incumplidas, respuestas aplazadas y propuestas postergadas. Ni a un joven que pretenda seguir la senda de sus progenitores trabajando de pay¨¦s debidamente formado se lo ponen f¨¢cil. Precios por debajo de coste, medidas desproporcionadas y controles exigentes para unas instalaciones modernas y mod¨¦licas no ayudan a preservar el patrimonio de quien defiende la tierra y su esencia.
As¨ª lo ven m¨¢s de medio millar de alcaldes de la Catalunya vaciada que han unido su impotencia en Eines de repoblament rural. Y buscan un estatuto que les ampare y blinde sus territorios de las interferencias de administraciones superiores que les bloquean alternativas mientras les deciden el futuro desde despachos lejanos y con miradas oblicuas. Responden a todos los colores pol¨ªticos y su compromiso es actuar al margen de siglas, doctrinas y directrices de formaciones porque entienden que la necesidad de sus razones est¨¢ por encima de las limitaciones de sus idearios. Y ahora que la lucha contra el cambio clim¨¢tico exige una revisi¨®n a fondo de actuaciones pasadas y modelos caducos, ahora destaca la urgente necesidad de homogeneizar territorios, socializar conocimientos y compartir espacios. Pero sin las inversiones imprescindibles en los servicios esenciales, nada de esto es posible. Tampoco como reclamo al urbano para instalarse all¨ª donde la pandemia fue m¨¢s leve y donde encontraron refugio quienes entendieron que su vida merec¨ªa otro aprecio. De poco sirve promover el teletrabajo si las conexiones y servicios son precarios o inexistentes.
Al castigo ancestral, la banca ha decidido a?adir el sadismo de quien, una vez controlados ingresos y existencias, les niega el pan de su dinero y la sal de sus demandas tramitadas cara a cara porque ya se han llevado los cajeros de all¨ª donde tiempo ha cerraron oficinas. Dicen que monedas y billetes tienen los a?os contados. A este ritmo desaparecer¨¢n despu¨¦s de que lo hayan hecho las personas que habr¨¢n sido substituidas por molinos de viento. Para iluminar solo la ciudad.
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