Mirando al PP sin ira
Los partidos tienen que afrontar con lealtad institucional sus responsabilidades. Una de ellas es ser capaz de trabajar la obligada democracia interna sin algarab¨ªa constante
Mi experiencia en el PP fue breve e intensa. Algo traum¨¢tica por efecto de la dimensi¨®n medi¨¢tica de algunos sucesos, hoy ya desdibujados por el tiempo, pero tambi¨¦n mi oportunidad de formar parte del Parlamento catal¨¢n, un hecho que les agradecer¨¦ siempre, fueran cuales fueran las razones de hab¨¦rmelo propuesto.
No hablo aqu¨ª como ex militante, pues solo estuve afiliada un par de a?os, y tampoco desde un conocimiento profundo sobre la organizaci¨®n, pues nunca ostent¨¦ cargo alguno en el partido, a pesar de haberme postulado sin ¨¦xito a presidirlo en Catalu?a. Pero es justamente esa experiencia concreta, los hechos m¨¢s relevantes que entonces se produjeron y el recuerdo que guardo sobre ellos y sobre el que he reflexionado a menudo, lo que creo que me permite hacer algunas consideraciones, sabiendo, como s¨¦, que este tiempo no es aqu¨¦l y que el diagn¨®stico a futuro se ha vuelto complicado con la aparici¨®n de un partido a la derecha del PP, algo contra lo que primero Fraga (¡°a mi derecha, nada¡±) y luego Aznar lucharon.
A diferencia de lo que pensaba entonces, creo que los dos principales partidos estatales y los sindicatos de clase, a pesar de todas sus sombras, que sin duda las tienen, son imprescindibles para el mantenimiento de un rumbo ordenado en la historia de nuestro pa¨ªs, y que cualesquiera avatares que sufran, acaban siendo padecidos por el conjunto del sistema. Cosas de quienes nos consideramos conservadores: la fortaleza que ha tenido UnidasPodemos y la que empieza a consolidar Vox son el resultado de la incapacidad de PSOE y PP para cumplir con sus compromisos, para mostrar ejemplaridad, para afrontar con lealtad institucional sus responsabilidades. Una de ellas es ser capaz de trabajar la obligada democracia interna sin que ello signifique algarab¨ªa constante. Otra es depurar las luchas de poder de manera civilizada e inteligente. De lo primero, de ideolog¨ªa, ya casi ni se habla en los partidos, pero al menos podemos pedirles que cumplan con la funci¨®n de mantenerse en la unidad y evitar que de su divisi¨®n, se beneficie el adversario pol¨ªtico.
Nada de eso ha sucedido estos d¨ªas en el Partido Popular, y el enfrentamiento absurdo entre un presidente nacional sin m¨¢s poder que el org¨¢nico y una presidenta fenom¨¦nica que ha evitado el crecimiento de Vox en la capital de Espa?a no tiene el menor sentido, salvo que entre barones y militantes haya un consenso sobre la necesidad de un recambio en el candidato a las generales, que, tal vez, con sus maniobras se vean adelantadas, si Pedro S¨¢nchez cree que podr¨ªa reforzar su posici¨®n personal. Que la militancia desespera y el electorado castiga la desuni¨®n de su partido es una m¨¢xima que Casado y Ayuso conocen. Imposible entender el porqu¨¦ de ese dosier (?y saber su origen!) sobre el hermano de la segunda, la maniobra del primero extendiendo la duda sobre ella de forma ¡°diferida¡±, y desde luego el arrebato de honor de la espiada, si no tenemos en cuenta las pasiones que mueven buena parte de nuestras conductas, privando de racionalidad ciertos actos, confundiendo las prioridades, olvidando en ¨²ltima instancia, en este caso, a la ciudadan¨ªa que asiste at¨®nita a un suicido, y quiz¨¢s dos, en directo. Ojal¨¢ no fuera as¨ª para esperanza de los liberalconservadores. Y si ha de pasar, que el relevo recuerde lo que no hay que hacer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.