Guissona, la peque?a Ucrania espa?ola, hundida tras el ataque de Rusia
Uno de cada siete vecinos de este municipio leridano provienen de la antigua rep¨²blica sovi¨¦tica
Andriy Sukhyak tiene 50 a?os y es ucranio. En su pa¨ªs era m¨¦dico pero en el a?o 2000 era tal la situaci¨®n en la que se encontraba que migr¨® hasta Guissona (Lleida), donde empez¨® trabajando en los mataderos de Bonarea, la empresa alimentaria con supermercados en media Espa?a. Pudo convalidar sus estudios y hoy ejerce en el ambulatorio de este municipio de la comarca leridana de la Segarra. El jueves, horas despu¨¦s del ataque de Rusia, agarraba con fuerza una bandera con los colores de su pa¨ªs: azul y amarillo. ¡°Estoy muy preocupado por mi familia. Nos est¨¢ invadiendo un aut¨¦ntico loco y solo espero que la paz llegue pronto y que nuestro ej¨¦rcito gane¡±, se esperanzaba con los ojos inyectados en rabia y dolor.
Guissona es el municipio con el porcentaje mayor de ucranios de toda Espa?a. El alcalde, Jaume Ars (Junts), conoce a la perfecci¨®n los or¨ªgenes dispares de sus vecinos: ¡°Somos 7.435 habitantes de los que 1.064 son de origen ucranio¡±. El 53% de la poblaci¨®n de municipio es migrante y todo se debe a la elevada necesidad de mano de obra de Bonarea. Los ucranios son despu¨¦s de los rumanos (1.248) la comunidad migrante m¨¢s grande. Eso provoc¨® este jueves que, ante el ataque de Rusia, toda Guissona quedar¨¢ consternada y saliera a la calle exigiendo la paz. ¡°Rechazamos la invasi¨®n b¨¦lica y condenamos en¨¦rgicamente este ataque que est¨¢ afectando a las familias de nuestros vecinos¡±, denunciaba Ars. En Guissona conviven 43 nacionalidades y el jueves la mayor¨ªa de ellas protestaron frente a la plaza Bisbe Benlloch, frente al Consistorio, con carteles con mensajes como: ¡°Stop War, Stop Putin¡± (¡±parad la guerra, parad a Putin¡±).
Mykola Grynkiv comenz¨® a trabajar en Bonarea hace 20 a?os. Ahora tiene dos negocios en el municipio: un locutorio y una tienda de alimentaci¨®n de productos de su pa¨ªs. ¡°Por favor, ayudad a las familias refugiadas. Las habr¨¢ y muchas. Nosotros los ucranios lucharemos hasta la muerte, pero esto es un aviso. Si no nos ayud¨¢is, Putin llegar¨¢ a las puertas de Europa¡±, reivindica.
La mayor¨ªa de los ucranios que viven en Guissona provienen de la misma zona, muy cercana con la frontera con Polonia. A finales de los a?os noventa, Bonarea no encontraba trabajadores espa?oles y fue en Ucrania donde consigui¨® cerrar varias contrataciones. Despu¨¦s, un trabajador llam¨® a otro y as¨ª hasta llegar a las cifras de la comunidad actual. Irina Luchenko y su marido, Sergi Wagazziienko, son una excepci¨®n. No proceden de la zona cercana a Polonia. Ellos son de la ciudad de Sumy, a 30 kil¨®metros de la frontera con Rusia. ¡°Cuando llegu¨¦ a Guissona alguno se pensaba que era ruso y me miraban mal hasta que les demostr¨¦ que somos ucranios¡±, advierte Wagazziienko. Fue Luchenko la primera que consigui¨® trabajo en la empresa alimentaria y despu¨¦s su marido. Ella tiene a toda su familia en Catalu?a, ¨¦l la tiene en Sumy.
En Guissona este jueves echaban humo los m¨®viles, las llamadas por WhatsApp ¨Daprovechando la wifi¨D y las televisiones digitales ucranias. ¡°A las cinco de la ma?ana mi hermana me ha dicho que ya se escuchaban las bombas. Es un desastre¡±, lamentaba Wagazziienko. Luchenko insiste a su marido para que convenza a su hermano de subir al coche y huir por carretera. ¡°Mi hermano es exmilitar. Hasta el mi¨¦rcoles iba diciendo que era imposible el ataque ruso, pero hoy [por el jueves] ya he visto im¨¢genes en las que se oyen disparos y a cuarteles ucranios les han colocado la bandera rusa. Putin ir¨¢ hasta la frontera con Polonia¡±, lamenta Wagazziienko.
El matrimonio se sienta alrededor de la televisi¨®n junto a sus hijos Nazar (13 a?os) y Dan¨¹l (6 a?os). Los menores tienen miedo por la familia. ¡°Cada dos a?os vamos 15 d¨ªas a verles. La pandemia nos ha impedido ir la ¨²ltima vez, pero los ni?os desde que saben que ha comenzado la guerra no hacen m¨¢s que preguntar por sus primos¡±, cuentan. La familia llama a una amiga de Sumy. Hablan su idioma y les cambia la cara. ¡°Hay malas noticias. Ni siquiera hay gasolina para huir. Tienen que quedarse all¨ª y esperar¡±, relata Luchenko. ¡°Los ucranios tenemos el deber de luchar y defender nuestro pa¨ªs. Yo me ir¨ªa ahora mismo, pero mi mujer no quiere. No me deja¡±, dice Wagazziienko. La familia que ha quedado en Sumy sigue enviando im¨¢genes de tanques rusos desfilando por las carreteras.
Nataliga Moskol tiene una peque?a tienda de ropa en el centro de Guissona que abri¨® hace cinco a?os y bautiz¨® como Nataly. Ella vino al pueblo hace 15 a?os. Trabaj¨® en el matadero y mont¨® su negocio. Moskol, como la mayor¨ªa, procede de la zona de Ucrania m¨¢s cercana a Polonia. ¡°Mi marido y yo tenemos mucha familia en Ucrania. Mi padre muri¨® por covid el a?o pasado y ahora a esa desgracia le sumamos el desastre de la invasi¨®n rusa. Tengo a mi madre y mis hermanos all¨ª. Estoy todo el d¨ªa hablando con ellos, pero no s¨¦ qu¨¦ puedo hacer¡±, se desesperaba. ¡°Est¨¢n con la maleta preparada para salir pero no s¨¦ hacia d¨®nde. Los aeropuertos est¨¢n cerrados y las fronteras tambi¨¦n. Es una aut¨¦ntica leonera¡±, lamenta Moskol. ¡°Desde aqu¨ª me siento impotente. Solo puedo escucharles y no s¨¦ qu¨¦ m¨¢s hacer¡±, se pregunta.
Algo parecido le pasa a Mynoslava Didyk, de 37 a?os, que lleva tres a?os regentando el bar Ateneu: ¡°Llamo a mi madre, hablo con ella. Pero no s¨¦ qu¨¦ hacer. No hago m¨¢s que mirar las noticias y cada vez estoy m¨¢s triste¡±.
A las siete de la tarde del jueves, m¨¢s de medio millar de vecinos de Guissona se concentr¨® con banderas de Ucrania a las puertas del Ayuntamiento protestando por la injustificada invasi¨®n y pidiendo la paz. Algunos de los miembros de la comunidad reivindicaron la fuerza militar de su pa¨ªs. Hubo un minuto de silencio, cantaron su himno e incluso el p¨¢rroco de Guissona, Ramon Balagu¨¦, tuvo unas palabras exigiendo el fin del conflicto. El m¨¦dico Andriy Sukhyak cogi¨® el micr¨®fono y dio un ba?o de realidad a los asistentes: ¡°En esta guerra habr¨¢ familias y ni?os refugiados. Si algunos de ustedes tienen la posibilidad, por favor, ay¨²denles¡±.
Barcelona atiende a 200 vecinos o turistas ucranios
El Ayuntamiento de Barcelona ha atendido hasta la mañana de este viernes a 200 personas de Ucrania, entre vecinos de la ciudad y personas que estaban de visita a familiares o han viajado por turismo, ha explicado la teniente de alcalde de Derechos Sociales, Laura Pérez. En la ciudad viven 5.300 ucranios y 8.000 rusos.
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha activado el servicio de emergencias sociales (CUESB) para lo que necesiten los ciudadanos de Ucrania: acompañamientos psicológico, jurídico o necesidades básicas, por ejemplo, porque no puedan sacar dinero en los cajeros de Barcelona para medicamentos o cualquier otra cosa que necesiten comprar. El consistorio también ha activado el SAIER, el servicio que atiende a refugiados, por si alguna persona necesitara solicitar asilo. Con todo, Pérez ha afirmado que antes de la invasión por parte de Rusia el Gobierno denegaba las peticiones.
En paralelo, el Gremio de Hoteles ha ofrecido plazas si hace falta, y la Generalitat albergues. Pero, ha explicado la teniente de alcalde, todavía no han llegado a la ciudad personas procedentes de las zonas atacadas.
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