Los incendios en Catalu?a disminuyen un 18% cada d¨¦cada pese al aumento de d¨ªas de alto riesgo

Los incendios forestales en Catalu?a van a menos. Entre la d¨¦cada de los ochenta y la pasada, los fuegos han bajado de 5.244 a 2.378, seg¨²n los datos del Servicio de Prevenci¨®n de Incendios Forestales (SPIF) del Departamento de Acci¨®n Clim¨¢tica. ¡°Tienden a la baja, con 110 incendios menos por d¨¦cada (18%), aunque el n¨²mero de d¨ªas con mayor peligro meteorol¨®gico en este mismo periodo aumenta en un d¨ªa y medio¡±, destaca el SPIF. Tras analizar los datos disponibles desde 1979, los t¨¦cnicos concluyen que ¡°a pesar de aumentar los d¨ªas con condiciones meteorol¨®gicas favorables a los incendios, estos tienden a disminuir¡±. Esto se atribuye a mejores predicciones, mayor prevenci¨®n y m¨¢s comunicaci¨®n y sensibilizaci¨®n social.

La meteorolog¨ªa juega un papel fundamental en la actividad de los incendios y saber el contexto atmosf¨¦rico en el que tienen lugar sirve para prevenir futuros episodios y estudiar con m¨¢s exactitud temporadas pasadas, apuntan los expertos.

En Catalu?a, donde la superficie forestal es de dos millones de hect¨¢reas (casi un 61% de la extensi¨®n total de la comunidad), Acci¨®n Clim¨¢tica se encarga de la prevenci¨®n de incendios forestales. Para valorar el peligro de fuego, monitoriza diferentes par¨¢metros de forma ininterrumpida todo el a?o, como el estado de la vegetaci¨®n, la pluviometr¨ªa y el nivel de sequ¨ªa, la temperatura, la humedad relativa o el viento. Todas estas variables se valoran en conjunto e individualmente y se elabora el Mapa de Peligro Diario. Esta es la base sobre la que pivota el Plan Alfa que activa el cuerpo de Agentes Rurales: si es superior al nivel 1, se pueden suspender las autorizaciones de quemas agr¨ªcolas y otras actividades en el medio natural y se deciden movimientos de efectivos o la coordinaci¨®n con Bomberos y Protecci¨®n Civil.

Estos c¨¢lculos del peligro de incendio permiten, hasta a una semana vista, anticipar actuaciones en ¨¢mbitos como la gesti¨®n de permisos de quemas, vigilancia y prealertas. ¡°Modelos m¨¢s reales de previsi¨®n meteorol¨®gica, la sucesiva incorporaci¨®n de medidas preventivas, la mejor comunicaci¨®n y la concienciaci¨®n ciudadana ayudan a la continua disminuci¨®n de los incendios¡±, apunta el t¨¦cnico del SPIF, David Montserrat. ¡°En los a?os ochenta no se hac¨ªa nada de esto. Si un 5 de agosto se preve¨ªa que el d¨ªa siguiente ser¨ªa muy conflictivo, todo el mundo continuaba con su rutina. La anticipaci¨®n que se hace ahora es muy importante. Todo el contexto ha cambiado¡±, destaca.

Para calcular de forma homog¨¦nea los incendios forestales desde 1979, los t¨¦cnicos han cogido los fuegos mayores de 0¡ä1 hect¨¢reas. Y para hallar las fechas con mayor peligro, los expertos han cogido datos como la humedad relativa, la temperatura, la presi¨®n o el viento a unos 850 hectopascales, es decir, a unos 1.500 metros de altitud. ¡°Este ¨ªndice sin¨®ptico de peligro de incendio tiene la ventaja de ser representativo de todo el territorio y el h¨¢ndicap de no tener suficiente en cuenta la sequ¨ªa¡±, concreta Montserrat.

M¨¢s fuegos en invierno

Aunque el calendario est¨¢ condicionado por a?os excepcionales como 1994 ¡ªhubo m¨¢s incendios (1.216) y los m¨¢s graves de la historia, con 60 fuegos y 76.000 ha. quemadas del 3 al 18 de julio¡ª, los expertos observan que el descenso de casos en las ¨¦pocas conflictivas gracias a las medidas preventivas reduce dr¨¢sticamente la superficie quemada. De hecho, en la ¨²ltima d¨¦cada hay m¨¢s incendios declarados en invierno que en verano. ¡°Como estamos sacando los incendios de las ¨¦pocas del a?o y d¨ªas m¨¢s conflictivos, la superficie final quemada cae en picado. No solo se han reducido incendios, sino que han sido los potencialmente m¨¢s peligrosos y tambi¨¦n la simultaneidad entre ellos¡±, apunta Montserrat.

Queda, sin embargo, mucho trabajo por hacer, avisa el t¨¦cnico del SPIF: ¡°Hay que seguir trabajando para evitarlos porque la prevenci¨®n es infinitamente mejor y m¨¢s barata que apagarlos¡±. El cambio clim¨¢tico, adem¨¢s, juega en contra y aunque ahora ¡°se compensa con la mejora de la prevenci¨®n¡±, esta variable eleva el riesgo de incendios. ¡°A corto plazo, el cambio clim¨¢tico afecta a los incendios: hay m¨¢s peligro porque con temperaturas m¨¢s altas, la vegetaci¨®n est¨¢ m¨¢s estresada, lejos de su condici¨®n ¨®ptima, y todo es m¨¢s fr¨¢gil. Quiz¨¢s en un futuro, cuando la vegetaci¨®n se haya adaptado a un nuevo clima, el peligro de incendios disminuya, pero este escenario est¨¢ a¨²n lejos¡±, indica.