El encuentro pendiente
La necesidad de Aragon¨¨s con el riesgo de S¨¢nchez. Lo que para el primero puede ser alimento electoral para el segundo, veneno; aunque ambos pueden intercalarse aprensiones y recelos
Tras el batacazo electoral, la duda razonable. La noche del domingo 19 de junio muchas voces se pusieron a debatir el camino que deber¨ªa seguir un Pedro S¨¢nchez supuestamente acorralado. O giraba a la derecha como persiguen y presionan actores diversos incluso de su propio partido o recuperaba el bloque de la investidura causante del castigo andaluz que deb¨ªa sumarse al batacazo castellano de cuatro meses antes. Y aunque ¨¦l mismo marc¨® la pauta a su formaci¨®n al d¨ªa siguiente y se reiter¨® en el Congreso 48 horas m¨¢s tarde, las especulaciones siguieron, la rebaja del IVA en el recibo de la luz provoc¨® espejismo por haberla propuesto N¨²?ez Feij¨®o y la desafortunada justificaci¨®n de la masacre de la polic¨ªa marroqu¨ª a las puertas de la cumbre de la OTAN para doble disgusto de sus socios hizo el resto.
En medio, la cesi¨®n a las exigencias de Unidas Podemos sobre la ley trans con tanto ardor criticada por el feminismo socialista. Declaraciones aceptando que la ejecuci¨®n presupuestaria del Estado en Catalunya era mejorable y se corregir¨ªa y el encuentro entre el ministro y la consejera de las presidencias para abordar las muchas asignaturas pendientes que van alargando la lista catalana de agravios. Se ampliaban as¨ª tantas p¨¢ginas de la historia del siglo XX ya presididas por presidentes de Rep¨²blica, monarcas e, incluso, dictadores. Un contencioso que llev¨® a Tarradellas a dibujar con ir¨®nica resignaci¨®n lo del tradicional cepillo deslizado por la espalda de las chaquetas negociadoras en nombre de la Generalitat. Buenas palabras de compensaci¨®n y pocas acciones por obligaci¨®n.
La salida al c¨¦sped del Camp Nou de ambos gobernantes el lunes los muestra mirando hacia lados opuestos. La emoci¨®n provoca una leve sonrisa en S¨¢nchez pero no en Aragon¨¨s que mantiene el semblante serio, inexpresivo, porque ha decidido seguir disgustado. Tiene razones y son de peso aunque no deber¨ªan estar por encima del bien de los ciudadanos y sus necesidades. Pegasus a¨²n preside la desaz¨®n y han quedado demasiadas explicaciones suspendidas y otra cita pendiente, aunque no concretada. Sus segundos lo abordaron para quedar que ya quedar¨¢n porque les separa el m¨¦todo a seguir revisado hasta tres veces y el guion a escribir borrado otras tantas. Los actores solo comparecer¨¢n cuando el escenario est¨¦ dispuesto pero la impaciencia de uno contrasta con la pasividad del otro. La necesidad de Aragon¨¨s con el riesgo de S¨¢nchez. Y la prudencia del presidente con el ahogo del president porque ah¨ª los dos caminan sobre campos minados. Distintos pero explosivos. Y lo que para el primero puede ser alimento electoral para el segundo, veneno; aunque ambos pueden intercalarse aprensiones y recelos. En el ambiente retruena Lamb¨¢n: ¡°los independentistas son supremacistas¡±. Lo dice empu?ando la rosa cuyas espinas hieren las expectativas del di¨¢logo imprescindible. Se diluir¨¢n si el verano y Garc¨ªa Lorca no lo remedian.
¡°Ni t¨² ni yo estamos en disposici¨®n de encontrarnos¡±, lament¨® el poeta.
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