La dificultad de terminar
Las razones de quienes identifican a Pujol como causa y origen del declive catal¨¢n son poderosas, tanto por sus responsabilidades respecto al proceso independentista como respecto a la corrupci¨®n,
Nunca es f¨¢cil terminar. Los finales suelen ser tristes. Y m¨¢s cuando vienen precedidos de un itinerario brillante. No se aplican estas ideas a Josep Cun¨ª, que termin¨® el pasado 1 de julio su etapa de cuatro a?os del informativo matinal en directo de SER Catalunya, con una larga entrevista al expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol. Ante todo, porque Cun¨ª sigue, aunque su programa en esta emisora termine, y adem¨¢s porque lo que s¨ª termina, su matinal diario de cinco horas, lo hace con una explosi¨®n period¨ªstica, un scoop de la mejor sustancia noticiosa como es entrevistar a quien no se ha dejado entrevistar desde hace ocho a?os, sin olvidar las preguntas inc¨®modas en el tintero y obteniendo adem¨¢s respuestas relevantes.
El final triste es el de Pujol. Habr¨¢ quien reproche al periodista y a la emisora una contribuci¨®n a la rehabilitaci¨®n de la figura de un pol¨ªtico corrupto. No es as¨ª. El di¨¢logo entre el periodista y el anciano expresidente, adem¨¢s de un trabajo period¨ªstico de primer nivel, es un documento significativo para entender la historia del pa¨ªs e incluso su actual estado an¨ªmico colectivo. Destaca, de entrada, la voluntad de Pujol de comparecer ante unos micr¨®fonos que no siempre han sido obedientes y amables con ¨¦l, y las razones esgrimidas para hacerlo: para expresar su reconocimiento por el trabajo en favor de la identidad, la lengua y la cultura catalanas, un gesto de quien sigue siendo para muchos, aun a pesar del esc¨¢ndalo, el padre de la patria, dirigido precisamente hacia uno de los escasos profesionales, quiz¨¢s el ¨²nico en la radio, que ha sabido salirse de los estrechos cauces mentales y de las r¨ªgidas agendas del nacionalismo hegem¨®nico.
Las razones de quienes identifican a Pujol y al pujolismo como causa y origen del actual declive catal¨¢n son poderosas, tanto por sus responsabilidades respecto al fracasado proceso independentista como respecto a la corrupci¨®n, aunque el expresident no se considere ni independentista ni corrupto. Tambi¨¦n hemos podido ver cu¨¢l es su estado an¨ªmico y su forma intelectual, de profunda tristeza el primero y de fatigada lucidez la segunda, mala combinaci¨®n para quien ha visto hundirse el partido que fund¨®, fracasar los proyectos de sus herederos pol¨ªticos y caer sobre su cabeza y su entera familia el estigma de la corrupci¨®n y de la acci¨®n de la justicia. Si para algo sirvi¨® la comparecencia ante los micr¨®fonos radiof¨®nicos fue para comprobar que las revelaciones sobre la sucia Operaci¨®n Catalunya a cargo de la truculenta polic¨ªa patri¨®tica de Fern¨¢ndez D¨ªaz en poco han aliviado o mejorado los ¨¢nimos y la imagen del patriarca ca¨ªdo, entregado a un ejercicio de expiaci¨®n que todav¨ªa no ha terminado, puesto que incluye la sorprendente concesi¨®n de la culpabilidad en la corrupci¨®n al menos de un n¨²mero indeterminado de sus familiares. Tocaba responder esta vez y la respuesta, siendo atenuada, era verdadera.
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