La tragedia de Gis¨¨le: vivir y morir en la calle
La mujer, de 42 a?os, llevaba al menos un a?o sin hogar y sufr¨ªa severos problemas de salud mental cuando se tir¨® de un puente del puerto de Barcelona
Gis¨¨le fue noticia el d¨ªa que muri¨®. No trascendi¨® su nombre, ni detalles de su vida, pero el hallazgo el 27 de marzo de una mujer indocumentada muerta en el puerto de Barcelona acapar¨® toda la atenci¨®n. Un inter¨¦s repentino que probablemente no tuvo en vida por parte de las decenas de personas que pasaron a su lado sin mirarla, o sin verla. Al menos el ¨²ltimo a?o, Gis¨¨le viv¨ªa en la calle, en el parque del Mirador de Montju?c. Se suicid¨® a los 42 a?os, tir¨¢ndose por el puente Puerta de Europa. Solitaria, viv¨ªa condicionada por un trastorno mental severo y la doble victimizaci¨®n de ser mujer sin techo.
¡°Tuvimos que picar piedra para ganarnos su confianza¡±, explica V¨ªctor S¨¢ez, de 33 a?os, educador social del equipo de calle del programa de acogida de la fundaci¨®n Arrels, que asiste a personas sin hogar. ¡°Gran parte de la actividad en su d¨ªa a d¨ªa era en la v¨ªa p¨²blica. Tenemos evidencias de que dorm¨ªa en la calle, aunque de vez en cuando durmiese a cubierto¡±, explica S¨¢ez, que trat¨® con ella durante el a?o antes de morir. Su logro fue que acudiese al local de Arrels, en la calle de Riereta de Barcelona. ¡°Cambiaba mucho pasar de verla dos veces al mes, a vincularla al centro abierto, donde pod¨ªa ir a coger ropa, ducharse, pasar la tarde¡¡±. All¨ª ampli¨® su c¨ªrculo y su seguimiento.
Muchas personas que viven en la calle conviven con problemas de salud mental. La ¨²ltima encuesta de Arrels detalla que el 18% de los entrevistados (289) manifiesta sufrir ese tipo de trastornos. En el caso de Gis¨¨le, incluso supon¨ªa ingresos involuntarios en centros de salud. Breves estancias de las que despu¨¦s sal¨ªa, o se escapaba. ¡°A veces desaparec¨ªa¡±, explica S¨¢ez. Por eso cuando dos d¨ªas antes de su muerte dijo que se iba un tiempo, no sospecharon nada. S¨¢ez y los dem¨¢s compa?eros de Arrels tardaron en saber que Gis¨¨le hab¨ªa fallecido. ¡°Un usuario nos habl¨® de su muerte, lleg¨® por la propia comunidad¡±, explica.
Los primeros pasos de Gis¨¨le en Espa?a datan de 2008. Poco a poco, su relaci¨®n con las instituciones se intensifica. Gis¨¨le es v¨ªctima de violencia machista continuada, explican fuentes policiales. Reside en distintos puntos de Catalu?a. Su presencia en la calle tambi¨¦n crece y con ello las identificaciones policiales. Al menos desde mediados de 2020, vive en Barcelona, que es cuando el equipo de Arrels la detecta en el parque del Mirador. ¡°Con prudencia, das poco a poco el paso de acercarte. Primero nos salud¨¢bamos, hasta que un d¨ªa me pidi¨® un euro. Como estaba guardando algunas cosas, pude proponerle el gancho del centro abierto de Arrels, por si quer¨ªa coger ropa o alguna cosa¡±. Y all¨ª la relaci¨®n se fue estrechando, sin que Gis¨¨le compartiese en exceso detalles de su vida. ¡°Una relaci¨®n de v¨ªnculo y confianza no pasa siempre por tener informaci¨®n de la persona¡±, cuenta S¨¢ez. Algunas veces se refer¨ªa a ¡°amigos¡±, pero Arrels sospecha que su red personal era ¡°d¨¦bil¡±.
Estaban ante un caso de ¡°alta complejidad¡±: mujer, en la calle, con problemas severos de salud mental y de adicci¨®n. Con un ¡°trabajo en red¡± con el Ayuntamiento de Barcelona y los psiquiatras que la trataban intentaron ayudarla. ¡°Era una mujer inmigrada e indocumentada, posiblemente alg¨²n grado de discapacidad, a la que hab¨ªa que garantizar sus derechos¡±, analiza V¨ªctor, sobre los problemas a?adidos que se fueron encontrando. Su obsesi¨®n era obtener el pasaporte, que trataron de gestionarle con una educadora social municipal.
¡°Nos acercamos a ella hasta donde nos dej¨®, sin traspasar las l¨ªneas que nos marc¨®¡±, explica S¨¢ez, que cuenta de forma pedag¨®gica en qu¨¦ consiste su trabajo en la calle con personas sin hogar. ?Se pudo evitar su muerte? ?Su final tr¨¢gico? ¡°La cronificaci¨®n de vivir en la calle ya es algo tr¨¢gico¡±, advierte S¨¢ez, que admite, sin embargo, que no tiene una respuesta. ¡°Se la ten¨ªa que proteger, estuvimos, pero por mucho que hici¨¦semos es necesaria la cr¨ªtica¡±, dice. Reclama una mejora sociosanitaria, m¨¢s ¡°espacios de seguridad¡±, m¨¢s feminizados, y que estos sean de ¡°baja exigencia¡±: ¡°Que la persona no se tenga que adaptar al recurso, sino al rev¨¦s. Adecuarlo a la complejidad de la persona¡±. Gis¨¨le acud¨ªa de vez en cuando al Piso 0 de Arrels, un refugio nocturno para quienes no se adaptan a otras opciones habitacionales m¨¢s exigentes, con m¨¢s requisitos.
Es posible que Gis¨¨le infundiese temor a algunas personas que la ve¨ªan en la calle. Que resultase estramb¨®tica: tapada en cualquier ¨¦poca del a?o, con soliloquios en voz alta. Se puede dar el caso que alguien optase por cambiar de acera al pasar a su lado. ¡°Pero que luego nos avise de su situaci¨®n¡±, pide V¨ªctor, sobre la necesidad del ¡°acercamiento de la comunidad¡± tambi¨¦n ante casos como el suyo. ¡°El colectivo necesita una mirada libre de estigmas, y confianza¡±, reclama, para que no se sientan ajenos a la sociedad de la que forman parte. ¡°Entender la complejidad y la situaci¨®n que viven, que son supervivientes de diversas violencias¡±.
El 23 de julio, Gis¨¨le hubiese cumplido 43 a?os.
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