Alberto Garc¨ªa-Alix: ¡°Soy un rom¨¢ntico y un humanista¡±
El Centre d¡¯Art de can Castell, en Sant Boi, ofrece una exposici¨®n con sus obras de juventud
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Entra al Centre D¡¯Art Can Castell de Sant Boi. Lo acompa?a el comisario de la exposici¨®n, amigo, rockero, periodista y coleccionista, Ernesto Barba, quien ha recopilado la centena larga de fotograf¨ªas y recuerdos que componen la exposici¨®n Imatge i m¨²sica que como parte de los actos del festival Altaveu all¨ª se expondr¨¢n hasta el d¨ªa 24 de septiembre. Parece un modelo de Gaultier, jersey blanco listado horizontalmente, gorra ladeada con informalidad, pantal¨®n tambi¨¦n blanco. Mira las fotos y muestra su satisfacci¨®n. ¡°S¨ª, me reconozco en ellas pese al tiempo pasado. Todos ¨¦ramos amigos, pobres como ratas, y yo aprend¨ª el oficio haciendo fotos como ¨¦stas¡±, cuenta con una voz que parece pasar por cuerdas vocales de lija que desmochan los agudos. Alberto Garc¨ªa-Alix (Le¨®n, 1956), Premio Nacional de Fotograf¨ªa, superviviente de una ¨¦poca, amante de lo anal¨®gico y mirada que aisl¨® im¨¢genes que fueron portadas de Gabinete Caligari, Ilegales, Radio Futura, Camar¨®n, Los Coyotes, Ana Curra, Malevaje, Kiko Veneno, Alaska y Dinarama, Los Pistones y ?Loquillo?, ?no hay fotos de ¨¦l?: ¡°una vez me dijo, te falta la buena, te falta la m¨ªa¡±. ?La peor manera de pedirle un retrato?, ¡°probablemente¡±, dice Alberto con voz tabernaria, ¡°aunque se la hubiese hecho encantado, pero eso pas¨®¡±, concluye.
Habla lento, rescatando las palabras del fondo de su est¨®mago. Frases cortas en las que nada sobra ¡°me ense?¨® a mirar mi madre, profesora de historia, ¨ªbamos al Prado y nos hablaba de encuadres y sfumatos. Modestia aparte, me sent¨ª propietario de mi mirada desde el primer d¨ªa que fui fot¨®grafo¡±, afirma. Con esa mirada ayud¨® a construir im¨¢genes ic¨®nicas de La Movida, captando el esp¨ªritu de sus artistas m¨¢s destacados ¡°yo nunca he intervenido en vestuario ni nada. Por ejemplo, en Camino Soria, los Gabinete vinieron con sus viejas maletas y ya vestidos, pero s¨®lo sab¨ªan que quer¨ªan fotos en el Duero. Aquel d¨ªa est¨¢bamos muy borrachos y muchas fotos no quedaron bien enfocadas¡±, recuerda Alberto de la sesi¨®n en la que los tres m¨²sicos parecen hijos de una postguerra perfilada por Delibes. ¡°De todas formas soy m¨¢s intervencionista que mir¨®n¡±, dice Alberto, ¡°mi principal cometido consiste en posicionar los cuerpos en el espacio disponible, aprovechar la luz existente, no me gusta poner focos. Soy directo, fot¨®grafo de espacios cortos, de mirada frontal. No me gustan grupos de muchos m¨²sicos, tampoco hago fotos de conciertos, no s¨¦ posicionarme y esperar, y tampoco de festivales, no me gustan las fotos corales¡±. ?Y ha hecho lo que ha querido?: ¡°en general s¨ª, pero me hubiese gustado hacer portadas m¨¢s metaf¨ªsicas, con m¨¢s misterio y no siempre retratos. Soy un rom¨¢ntico¡±, se sincera, ¡°la emoci¨®n es un valor asociado a lo rom¨¢ntico. Me gusta hacer fotos donde habla el misterio, la emoci¨®n, la sinceridad que vienen dadas por la posici¨®n que adoptas ante el sujeto¡±.
Tatuado hasta donde la vista no alcanza, motero y rockero, Alberto se ha hecho a s¨ª mismo. ¡°Una vez¡±, rememora, ¡°una madre le dijo a su hija, mi novia, ante m¨ª, ?no has encontrado nada mejor?¡±, y el recuerdo le hace re¨ªr. Reitera que su m¨¦rito fue estar en el momento adecuado y en el lugar preciso, y no se considera mit¨®mano ¡°m¨¢s bien tengo amores en el arte: C¨¦line, el m¨¢s grande de todos, con un talento que redime sus ideas pol¨ªticas, Ch¨¢vez Nogales, Baroja, Ram¨®n J Sender¡¡± En sus fotos, como en su propia persona, conviven sin juicio moral la dureza y la poes¨ªa, personas que viven al borde del precipicio: ¡°es que soy un humanista¡±, dice Alberto ¡°y mi aproximaci¨®n a los dem¨¢s no busca la sal gorda, intento humanizarlos, act¨²o como un amigo¡±, puntualiza al recordar sus fotos de drogadictos, ¨¦l incluido, administr¨¢ndose para¨ªsos: ¡°las fotos son una documentaci¨®n que atrapa una atm¨®sfera, y esa atm¨®sfera es la ¨¦poca¡±, resume.
Sigue haciendo fotos ¡°porque la fotograf¨ªa me brinda un espacio para inventarme, por curiosidad, porque tengo un alma juguetona e infantil que me lleva a probar qu¨¦ pasa. La c¨¢mara siempre me ofrece un mundo nuevo¡±, afirma con af¨®nica vehemencia. Piensa, sin recrimin¨¢rselo, que ¡°de joven deber¨ªa de haber tenido m¨¢s cabeza¡±, y de esa manera en la exposici¨®n habr¨ªa habido m¨¢s material que regal¨®, perdi¨® o simplemente destruy¨®, aunque Alberto tambi¨¦n sabe que sin esa juventud hoy no tendr¨ªa estos 66 a?os. Hasta el 24 de septiembre esa juventud se puede ver en mayest¨¢tico blanco y negro, en Sant Boi.
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