Tricicle se autoliquida en un fin de fiesta de excelencia c¨®mica y gui?os a su historia
El grupo se rode¨® de amigos en el Liceo de Barcelona para la emocionante ¨²ltima funci¨®n de su despedida definitiva
Han bajado del escenario, han salido por el pasillo de la platea y se han ido por la puerta. Se acab¨® Tricicle. Ite missa est, la fiesta ha terminado, adi¨®s muchachos. El tr¨ªo ha ofrecido esta nochel del domingo la ¨²ltima de sus cinco funciones de despedida con Hits, tras lo cual se da por finiquitado el grupo, autoliquidado despu¨¦s de 43 a?os de existencia. El p¨²blico que llenaba el Gran Teatro del Liceo de Barcelona se ha quedado de pie aplaudi¨¦ndoles, ovacion¨¢ndolos y con la impactante sensaci¨®n de vivir un momento hist¨®rico irrepetible: el del ...
Han bajado del escenario, han salido por el pasillo de la platea y se han ido por la puerta. Se acab¨® Tricicle. Ite missa est, la fiesta ha terminado, adi¨®s muchachos. El tr¨ªo ha ofrecido esta nochel del domingo la ¨²ltima de sus cinco funciones de despedida con Hits, tras lo cual se da por finiquitado el grupo, autoliquidado despu¨¦s de 43 a?os de existencia. El p¨²blico que llenaba el Gran Teatro del Liceo de Barcelona se ha quedado de pie aplaudi¨¦ndoles, ovacion¨¢ndolos y con la impactante sensaci¨®n de vivir un momento hist¨®rico irrepetible: el del final de una compa?¨ªa que lo ha sido todo, ha disfrutado de fama mundial y se ha construido un imaginario y un estilo propios, convirti¨¦ndose en un verdadero icono.
Hab¨ªa una cierta estupefacci¨®n te?ida de melancol¨ªa en el aire, todo y la fiesta, anoche en el Liceo: ?de verdad hab¨ªamos visto por ¨²ltima vez a Tricicle en un teatro? Los espectadores m¨¢s veteranos que hemos seguido al grupo desde sus inicios juveniles en el Llantiol hasta este chimp¨²n lice¨ªstico con sus grandes ¨¦xitos sent¨ªamos un v¨¦rtigo como ¡ªlo expresaron luego¡ª lo sent¨ªan los propios Joan Gr¨¤cia, Paco Mir y Carles Sans. Son 43 a?os que parecen haber pasado como un suspiro. Y ya est¨¢. Ha ca¨ªdo el tel¨®n. Algo de todos nosotros se va pedaleando con Tricicle: recuerdos, emociones, toda una vida y muchas, much¨ªsimas risas.
La disoluci¨®n de Tricicle, tras congregar a lo largo de su existencia a 4,2 millones de espectadores en 6.200 representaciones en 450 teatros de 20 pa¨ªses, se enmarca en lo que parece el ocaso de las grandes compa?¨ªas hist¨®ricas catalanas: aunque Comediants, Joglars, Dagoll Dagom (que ya tiene fecha de caducidad, 2024) o La Fura del Baus sigan en activo, el tr¨ªo parece haber dado el disparo de salida para el final de una forma (o formas) de hacer teatro y de vivir la profesi¨®n teatral. O quiz¨¢ sea s¨®lo la impresi¨®n, el shock, que ha producido el adi¨®s de Tricicle.
Se acumulaban las ideas y los sentimientos mientras en el escenario el tr¨ªo ha seguido, una ¨²ltima noche, con lo suyo. Y ha sido una velada para pensar muchas cosas: en lo extraordinarios que han llegado a ser Gr¨¤cia, Mir y Sans, en su aplomo, su excelencia actoral, su experiencia, su comicidad, su gesto. Para preguntarse por qu¨¦ se retiran como grupo visto que est¨¢n que se salen. Ha sido una noche para reflexionar tambi¨¦n si, pese a todo su ¨¦xito y popularidad (o quiz¨¢ por eso), no se les habr¨¢ ninguneado un poco. Desde que empezaron a gozar de reconocimiento general una parte de la profesi¨®n esc¨¦nica y del mundo cultural comenz¨® a arrugar la nariz, a perdonarles la vida y mirarlos con condescendencia y hasta con menosprecio. Quiz¨¢ tambi¨¦n se les ha dado demasiado por sentado (y valga la expresi¨®n para los creadores de Sit); nos hemos acostumbrado a tenerlos, ha podido parecer normal y banal lo suyo, que ha sido en realidad monumental, y resultado de mucho esfuerzo, tanteos y sinsabores, incluidos importantes fracasos. Probablemente no hemos sido todo lo justos con ellos que Tricicle merec¨ªan. Y miran que han sido (y siguen siendo: continuar¨¢n los tres por separado con sus carreras individuales) buenos.
En un ambiente de jugar en casa, con la platea rebosante de amigos y fans y fans amigos (entre los presentes Joan Manuel Serrat, Joan Laporta, Carlos Latre, Eduardo Mendoza, Jos¨¦ Corbacho, Martina Klein, Boris Izaguirre, ?lex Corretja, Ona Carbolell, Jordi Cruz,¡), Tricicle han arrancado sus grandes ¨¦xitos, su ¡°lo mejor de lo mejor de lo mejor¡± con el c¨¦lebre n¨²mero de Sit de los cavern¨ªcolas. ¡°En el principio no hab¨ªa nada¡±, ha dicho la voz en off, ¡°y luego aparecieron ellos¡±. Con la m¨²sica de As¨ª habl¨® Zaratustra-2001 y vestidos de pieles (?por Dios, qu¨¦ divertidos son!, ay, eran) han despertado las primeras risas y aplausos, que no han cesado en la hora y cuarenta y cinco minutos de funci¨®n. Ha seguido el tipo de los ruidos chirriantes que dan dentera (Joan Gr¨¤cia), una escena de aeropuerto con los tres haciendo de pasajeros del Puente A¨¦reo esperando el vuelo, transformados en monta?eros, esquiadores, jugando con el detector de metales, bailando en una discoteca. Han hecho el n¨²mero de Garrick del faquir metiendo la mano en la tostadora junto a su s¨¢dico asistente; el del mentalista... Se han convertido ellos mismos en espectadores de cine, teatro, boxeo, tenis, ping pong, asistentes a misa¡ Y en todo momento han mostrado un dominio genial del arte del mimo, a la altura de los grandes maestros del humor, del uso de la onomatopeya, del disfraz, del sentido del gag y del ritmo.
El tr¨ªo ha visitado al dentista, han demostrado las posibilidades de una tapa de inodoro, Joan Gr¨¤cia ha hecho de perro, se han sometido a un despiadado casting¡ En un final antol¨®gico han ofrecido a velocidad de v¨¦rtigo un repaso por sus mejores gags: han bajado a la platea a repartir prensa como personal de cabina de Exit lanz¨¢ndoles los diarios a la cara a los espectadores (se han ensa?ado especialmente con Serrat), ha salido Carles Sans como el loco de la motosierra de Terrifc gritando ¡°?rombobombobombobombom! y ha mimado que decapitaba a Laporta; Joan Gr¨¤cia ha recorrido el escenario en pa?ales (uno de los momentos m¨¢s aplaudidos) recordando Sl¨¤stic. Se han convertido en ¡°dos lonchas de bacon y una morcilla¡± estirados en el suelo como si fuera la plancha de un bar. Y para acabar, se han puesto narices de payaso y han hecho su famoso n¨²mero de mimar la canci¨®n de Julio Iglesias Soy un truhan, soy un se?or. Para marcharse entonces, como ha quedado dicho, por el pasillo de platea con todo el Liceo de pie.
Los Tricicle han regresado instantes despu¨¦s para una entrevista en el mismo escenario con Andreu Buenafuente para un programa de televisi¨®n que se ha grabado a lo largo de todo el ¨²ltimo d¨ªa del grupo. El ep¨ªlogo, en el que el tr¨ªo ha desgranado sus emociones y ha dicho que en otra vida podr¨ªan volver o empezar de nuevo, ha tenido un punto de anticl¨ªmax. Al acabar han vuelto a marcharse y ahora s¨ª, el Tricicle se ha acabado.
Gracias por todo Joan, Carles y Paco. Y si alguna vez decid¨ªs regresar, aqu¨ª estaremos.
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