Ellos reparten y el p¨²blico se parte

En la rep¨²blica de lo novedoso no cesamos de o¨ªr que con la edad se pierden facultades, cuando lo cierto es que la edad nos faculta. Sirva Tricicle como ejemplo: las canas no mermaron la forma f¨ªsica de sus integrantes ni el tiempo rest¨® un ¨¢pice de humor a sus gags. Nunca como hoy fue tan perfecto el equilibrio entre las destrezas que exhibe cada uno de los c¨®micos del tr¨ªo catal¨¢n. Cuando de ni?o vi a los octogenarios Pompoff y Thedy en el Price, ambos segu¨ªan siendo payasos de 24 quilates.

A Carles Sans, Joan Gr¨¤cia y Paco Mir les quedan todav¨ªa dos d¨¦cadas para llegar a esa edad. ?C¨®mo pueden estar pensando en retirarse? Dicen que Hits es su ¨²ltima aventura esc¨¦nica juntos, pero conf¨ªo en que ser¨¢ la pen¨²ltima, como esa ca?a de cerveza a la que luego siguen tres o cuatro m¨¢s. Suceda en el futuro lo que sucediere, siguen teniendo la misma gracia y frescura que en su debut madrile?o, 36 a?os ha, en la desaparecida sala Cadarso.

Cuando entran en escena, el p¨²blico les aplaude, como a los directores de orquesta, y a la salida, les estrecha la mano, cual a viejos camaradas a los que espera volver a ver pronto.

El breve n¨²mero del globo negro, protagonizado por Gr¨¤cia, es una acci¨®n digna del movimiento vanguardista Fluxus, realizada aqu¨ª sin pretensiones, con toda naturalidad, en medio de un espect¨¢culo de variedades humor¨ªsticas sin palabras. En la escena del aeropuerto, la observaci¨®n fina de la realidad se entrevera con la imaginaci¨®n m¨¢s surreal. El n¨²mero de la sala de espera del odont¨®logo combina el slapstick con una variante inspirada de una entrada de payasos cl¨¢sica: la del carablanca que le hace una jugarreta al augusto, que se la juega a su vez al contraugusto.

Durante una funci¨®n de fin de semana (los n¨²meros representados por Tricicle var¨ªan a petici¨®n de sus fans a trav¨¦s de su p¨¢gina web), los c¨®micos lanzaron un buen fajo de ejemplares de la edici¨®n impresa de EL PA?S sobre las cabezas del p¨²blico, que se resisti¨® a devolv¨¦rselos: la prensa anal¨®gica goza a¨²n de gran predicamento y sigue jugando papeles que la digital no puede.