Al Tricicle le sienta bien el paso del tiempo

A los espect¨¢culos de Tricicle les sienta bien el paso del tiempo. Basta con ver el entusiasmo del p¨²blico al t¨¦rmino de Hits,el montaje con el que se despiden de los escenarios y que ya est¨¢ llenando el teatro Vict¨°ria, para comprobar que, para varias generaciones de espectadores, ir al teatro a ver a Tricicle es una saludable costumbre. Su humor ya es cl¨¢sico, y sigue vivo, haciendo reir a carcajadas con gags incombustibles que definen su estilo. Son cl¨¢sicos con solera porque, como pasa con el vino o el co?ac, el paso del tiempo aumenta su calidad y les hace cada vez m¨¢s valiosos.

Daba gusto ver lleno a rebosar el Vict¨°ria, el teatro de la ciudad donde comenz¨® su historia y que tiene por delante en la agenda varios meses de funciones de despedida en las que Joan Gr¨¤cia, Paco Mir y Carles Sans se muestran en plena forma. Con este montaje, que resume su brillante trayector¨ªa, cierran una etapa en su carrera, pero seguir¨¢n haciendo y viviendo el teatro; no como grupo estable, pero s¨ª concentrando su ilusi¨®n, energ¨ªa y talento en el terreno de la direcci¨®n, la gesti¨®n y la creaci¨®n de nuevos proyectos.

En su dimensi¨®n de cl¨¢sicos del humor anida una cualidad que Tricicle ha elevado a categor¨ªa de arte: aprovechar nuestras man¨ªas, nuestros defectos, miedos y obsesiones para hacernos reir a todos frente al espejo de la vida cotidiana. Y en Hits nos hacen reir concentrando con r¨ªtmo ¨¢gil y afilada vis c¨®mica, sus mejores gags.

Cuarenta a?os despu¨¦s, la gestualidad, la ternura del mimo, el alma del payaso que mantiene vivo su esp¨ªritu infantil, siguen dando guerra en el escenario. Hay quien echar¨¢ en falta alguno de sus gags, pero los que cobran nueva vida teatral en Hits, con el auxilio puntual de las nuevas tecnolog¨ªas pero sin traicionar ni un ¨¢pice su esencia, son memorables.

Nada hay m¨¢s in¨²til que intentar describir con palabras los gags y las situaciones que recrea Tricicle, pues son visualmente tan puras y eficaces que explicarlas sobre un papel es sencillamente imposible. Entre los n¨²meros seleccionados figuran, entre otros, el de la maleta inm¨®vil de Joan Gr¨¤cia; el de los tres espectadores sentados en unas butacas de cine que retratan sus actitudes en los m¨¢s variados eventos; los n¨²meros de la consulta del dentista, el partido de tenis, el aeropuerto o los urinarios.

Sigue vivito y coleando su humor, por eso el Vict¨°ria fue una fiesta en la noche del estreno, y lo ser¨¢ en cada funci¨®n (el casting que cierra el espect¨¢culo enlazando divertid¨ªsimos gags no tiene desperdicio), porque los cl¨¢sicos con solera siempre, siempre conquistan al p¨²blico.