Una OPA al Pacto Nacional por la Lengua
Si el Govern ya ha aprobado 100 medidas para impulsar el catal¨¢n, ?qu¨¦ queda para pactar?
En cumplimiento del deber constitucional y el mandato estatutario de salvaguardarla, el Consejo Ejecutivo de la Generalitat aprob¨® el pasado 29 de noviembre un paquete de 100 medidas destinadas a dar un nuevo impulso a la lengua catalana. Hasta ah¨ª, todo correcto: el Gobierno de Catalu?a se pone de nuevo en marcha respecto a un asunto que en el ¨²ltimo decenio hab¨ªa quedado olvidado ante otras prioridades pol¨ªticas. Ahora bien, que el Gobierno cumpla con su deber respecto al catal¨¢n no significa que est¨¦ libre de reproches.
En primer lugar, en la toma de estos acuerdos ha habido una cierta teatralizaci¨®n y acaso instrumentalizaci¨®n de la causa del catal¨¢n. Cuando la XIV legislatura ech¨® a andar, no parec¨ªa que la defensa del catal¨¢n fuera a ser una ¡°prioridad absoluta¡± del Gobierno. En la propuesta de acuerdo entre ERC y la CUP la lengua ni siquiera se mencionaba. Y en el posterior acuerdo de investidura entre ERC y Junts la lengua ocupa un lugar discreto en la p¨¢gina 23, donde no se anuncian medidas unilaterales sino ¡°un gran Pacto Nacional por la Lengua¡±. Las malas lenguas atribuyen la teatralizaci¨®n de ERC a la salida de Junts del Gobierno: por un lado, ERC ya no puede competir con Junts en pureza independentista pero s¨ª puede hacerlo en vehemencia ling¨¹¨ªstica; por otro lado, a ERC le urge demostrar que puede gobernar en solitario y en ese sentido la lengua es un tema ¡°f¨¢cil¡± comparado con la inflaci¨®n, los flujos migratorios o el cambio clim¨¢tico.
En segundo lugar, las prisas por alcanzar la cifra m¨¢gica de 100 medidas han llevado a un cat¨¢logo irremediablemente variopinto: el cat¨¢logo mezcla medidas de una sola l¨ªnea que apenas esbozan una declaraci¨®n de intenciones con programas muy elaborados que de hecho ya llevan meses ejecut¨¢ndose. A este respecto hay que se?alar que el paquete anuncia con cierta ligereza medidas de alta complejidad t¨¦cnica y pol¨ªtica. Por ejemplo, la (controvertible) intenci¨®n de formar a maestros y profesores de secundaria para que apliquen la inmersi¨®n requiere modificaciones de los planes de estudios de los grados de Educaci¨®n y del m¨¢ster de secundaria que no son balad¨ªes y de cuya inminencia las facultades de Educaci¨®n catalanas se han enterado literalmente por la prensa.
En tercer lugar, el paquete de 100 medidas se aprueba en la vigilia de la supuesta firma del ¡°gran¡± Pacto Nacional por la Lengua, que el Gobierno empeque?ece indefectiblemente present¨¢ndolo como una simple medida m¨¢s en lugar de ser el marco que debe amparar la nueva pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica catalana. Si el Gobierno ya ha aprobado esas 100 medidas, que conciernen a todos los departamentos y abarcan casi todos los ¨¢mbitos posibles de la vida, ?qu¨¦ queda para pactar? ?Qu¨¦ actores pol¨ªticos van a firmar unos acuerdos que ya se dan por hechos de antemano y cuyo contenido queda condicionado por las medidas ya adoptadas por el Gobierno de ERC? Existe el peligro de que con su precipitaci¨®n y unilateralidad el Gobierno acabe perjudicando la causa que pretende defender.
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