Retroceso educativo

La evaluaci¨®n realizada en 2022 a los alumnos catalanes de 6? de Primaria y 4? de ESO env¨ªa se?ales de alerta que advierten de un posible retroceso educativo. Los resultados de estas pruebas, que se realizan peri¨®dicamente para medir el nivel de los alumnos, revelan una ca¨ªda generalizada del aprendizaje en todas las competencias analizadas. Especial gravedad reviste el retroceso en matem¨¢ticas, que ha obtenido la peor puntuaci¨®n desde 2011. El 38,8 de los alumnos de 6? de Primaria tienen un nivel calificado como medio-bajo o bajo y en 4? de ESO es a¨²n peor: el porcentaje llega al 53,7%. Un buen nivel de matem¨¢ticas siempre ha sido importante, pero ahora resulta imprescindible para manejarse en la sociedad de datos en la que nos adentramos. En Catalu?a, no solo desciende la nota media, sino que disminuye tambi¨¦n el n¨²mero de alumnos con puntuaciones altas y aumenta el de los que no llegan al aprobado.

Los confinamientos y las cuarentenas de la pandemia pueden haber influido en estos malos resultados, pero no lo explican todo. As¨ª lo advierte el propio Consell de Evaluaci¨®n en su informe. Si se mira la evoluci¨®n de los resultados se observa que los problemas de aprendizaje tienen mucho que ver con las brechas sociales. La sorpresa positiva de esta evaluaci¨®n es que la brecha de g¨¦nero se acorta y la nota media de las chicas se acerca a la de los chicos en matem¨¢ticas y otras materias cient¨ªficas. Pero quedan las brechas sociales, y estas est¨¢n mucho m¨¢s enquistadas de lo que parece.

No se puede obviar que Catalu?a ha recibido una importante oleada de inmigraci¨®n extracomunitaria que el mercado de la vivienda ha concentrado en los barrios de mayor vulnerabilidad social. La segregaci¨®n urbana se ha traducido en segregaci¨®n escolar. Hay cerca de 700 centros de alta complejidad que concentran a la vez la mayor vulnerabilidad social y la mayor diversidad. En estos centros, el n¨²mero de alumnos que no llega al aprobado triplica al de los que no tienen diversidad. No es tampoco casualidad que en los centros concertados, situados en su mayor¨ªa en zonas acomodadas, el porcentaje de alumnos con notas bajas no supere el 15% que establecen los objetivos educativos, mientras que en los centros p¨²blicos alcanza el 28% y en los de alta complejidad, casi el 40%. En 2021, el 14,8% de los j¨®venes de 18 a 24 a?os no ten¨ªan otros estudios que los obligatorios y tampoco estudiaban, pero ese porcentaje se acercaba al 30% entre los j¨®venes de renta familiar baja.

En el caso de las matem¨¢ticas puede haber adem¨¢s un problema de did¨¢ctica: muchos profesores son licenciados que no han encontrado trabajo en sus titulaciones y se han reorientado hacia la ense?anza. El Departamento de Educaci¨®n ha anunciado cursos para mejorar la preparaci¨®n did¨¢ctica de los profesores y otras medidas de refuerzo, entre ellas la contrataci¨®n de 3.500 nuevos docentes. Pero dif¨ªcilmente se mejorar¨¢n los resultados sin un plan espec¨ªfico contra la segregaci¨®n social y escolar. La equidad no consiste en dar a todos los alumnos lo mismo. Consiste en dar a cada alumno lo que necesita para que pueda alcanzar los mismos objetivos que cualquier otro. Y eso exige dar una atenci¨®n personalizada a los alumnos con dificultades, bajar la ratio de alumnos por clase en las zonas de mayor complejidad y codocencia de dos o m¨¢s profesores por clase donde sea necesario.

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