Barcelona: duelos y complicidades
Ada Colau y Xavier Trias han exhibido su mutuo inter¨¦s en polarizar las elecciones municipales
La comida entre la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el aspirante Xavier Trias ¡°para hablar de la ciudad¡± ha sido el lanzamiento de lo que promete ser una larga campa?a electoral. Rivales pero cordiales, acordaron dar difusi¨®n gr¨¢fica al encuentro. Un dato que confirma el inter¨¦s mutuo en polarizar las elecciones. Colau contra Trias, Trias contra Colau, a gusto del consumidor. Enemigos pero c¨®mplices a la hora de rotular el envite, con la pretensi¨®n de reducir a los dem¨¢s candidatos a un papel secundario. Da a Colau reconocimiento: es la rival a batir. Y ofrece a Trias margen para ampliar el espacio, en su dif¨ªcil papel de candidato del pasado parapetado sobre este magma llamado Junts. Y si queda alguna duda sobre este inter¨¦s compartido, una an¨¦cdota la despeja. Antes de este almuerzo, Xavier Trias hab¨ªa desayunado con Ernest Maragall. No quiso mi comunicado ni fotos, era un encuentro privado. A los dem¨¢s candidatos les corresponde romper el duelo.
Estas elecciones tienen sus singularidades. Por la repetici¨®n: tres candidatos que insisten (Colau, Maragall, Jaume Collboni) y uno que regresa (Trias). Extra?o inmovilismo. ?No da para m¨¢s Barcelona? ?No genera un atractivo suficiente? ?O es que el peso de las estructuras de partido no deja grietas por donde colar nuevos personajes? Tres repiten y el cuarto ¨Cque daba ya su viaje por terminado- ha sido rescatado por Junts, incapaz, parece, de consensuar una figura nueva. Porque, a pesar del intento de reducir el envite al duelo Colau/Trias, todo hace pensar que la soluci¨®n final estar¨¢ en m¨¢rgenes estrechos. Y porque para conseguir la alcald¨ªa es posible que no baste con un solo socio.
Por eso es interesante contemplar las potenciales alianzas. Hay dos certezas: ni Junts votar¨¢ a Colau, ni Barcelona en Com¨² a Trias. Con la elecci¨®n de Trias como candidato y la teatralizaci¨®n del se?alamiento de Colau como adversaria, Junts per Catalunya consolida el viraje que inici¨® con la salida del gobierno: regresar al eje derecha/izquierda. De modo que es improbable que acabe gobernando con Esquerra o que d¨¦ la alcald¨ªa a Maragall. El PSC tiene el plus del comod¨ªn (tanto para dar como para recibir). No es descartable -a pesar de la incomodidad del radicalismo verbal de los dirigentes de Junts- que pudiera echar una mano a Trias. Es muy posible ¨Cporque est¨¢ ocurriendo ya- que siguiera con Colau si las circunstancias lo exigieran. Y es perfectamente asumible que gobierne con Esquerra, si Collboni o Maragall llegaran en cabeza.
Las malas lenguas dicen que ERC-PSC (o viceversa) ser¨ªa la opci¨®n preferida por el poder econ¨®mico, por las pulsiones conservadoras de Salvador Illa y porque es ¨²til estar cerca del que manda. El tripartito de izquierdas, aunque m¨¢s remoto, tampoco ser¨ªa imposible. Y no se puede descartar que, con la exposici¨®n de una campa?a tan larga, alg¨²n candidato llegue al final muy tocado. En este marem¨¢gnum, un ruego. Gustar¨¢ o no, pero Colau tiene un proyecto de ciudad. Que los otros candidatos tengan el coraje de explicarnos el suyo.
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