El Parlament, familia desestructurada
Parece irreversible el desencuentro de los viejos compa?eros del proc¨¦s pero eso no significa que est¨¦ naciendo un nuevo amor tripartito en el lado izquierdo del abanico
Que el Parlament de Catalunya es una familia desestructurada hace tiempo que se sabe. En cada momento, esta fractura adopta una forma u otra. Y tras el acuerdo de Presupuestos, podemos detectar dos din¨¢micas muy evidentes. Por un lado, parece irreversible el desencuentro de los viejos compa?eros del proc¨¦s ¡ªcompa?eros, que no amigos, pues siempre les lastr¨® el recelo mutuo, que es uno de los elementos clave sin los cuales es imposible comprender lo que ocurri¨® en 2016-2017¡ª. No queda ni rastro de complicidad, al contrario, el estallido ha sido tanto m¨¢s estridente por cuanto proviene de la antigua alianza. Dudo que el tono de la diputada de la CUP Laia Estrada denunciando por en¨¦sima vez el proyecto Hard Rock hubiera sido distinto si el Govern lo presidiera Ram¨®n Tamames en lugar de ser un Ejecutivo independentista de centroizquierda. Y la intervenci¨®n de Albert Batet, jefe de filas de Junts, podr¨ªan envidiarla tanto Carlos Carrizosa (CS) como Alejandro Fern¨¢ndez (PP); el puigdemontista acus¨® a Pere Aragon¨¨s de faltar al respeto al Parlament gobernando por decreto y pidiendo aquiescencia a la oposici¨®n sin consultarle antes los textos. Esta acusaci¨®n crisp¨® al president hasta el punto de llevarlo a comparar la situaci¨®n actual con la de los a?os del pujolismo, cuando las c¨®modas mayor¨ªas absolutas permit¨ªan al fundador de CiU gobernar prescindiendo, en general, del Parlament. Aragon¨¨s no dijo ¡°pujolismo¡± expl¨ªcitamente, pero se entendi¨® con claridad a qu¨¦ se refer¨ªa, y no deja de ser un cambio de tono que Esquerra vuelva a equiparar a JxC con CiU y Jordi Pujol. El president no se qued¨® aqu¨ª, y pidi¨® una vez m¨¢s a los juntistas que presenten un plan alternativo para la independencia que no sean ¡°las fantas¨ªas del se?or Canadell¡±. Este diputado ultraliberal es uno de los tuiteros habituales del independentismo maximalista.
Pero que se haya roto la fraternidad independentista no significa, en contraposici¨®n, que est¨¦ naciendo un nuevo amor tripartito en el lado izquierdo del abanico. Y ¨¦sta es la segunda din¨¢mica que condiciona la vida de la familia parlamentaria desestructurada. Socialistas y comunes est¨¢n muy interesados en dejar claro que lo que sirvi¨® para aprobar los Presupuestos no va m¨¢s all¨¢, que fue cosa de una noche. El decreto sobre la sequ¨ªa ha sido la excusa perfecta para ambos grupos para dejar clara a ERC su soledad. Aragon¨¦s lo ha sacado adelante s¨®lo gracias a las abstenciones de los dem¨¢s, y ha tenido que aguantar un alud de cr¨ªticas por las formas y alg¨²n contenido. El PSC, adem¨¢s, se ha ensa?ado con la ¨²ltima ¡ªde momento¡ª reforma de los Mossos d¡¯Esquadra. La proximidad de las elecciones tambi¨¦n ayuda a explicar algunas de estas actitudes. Aragon¨¦s sigue pendiendo de un hilo, y el resto de grupos hacen malabares amenazantes con las tijeras.
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