El independentismo intenta convertir su derrota en Barcelona en un revulsivo para ganar el 23-J

La pol¨ªtica es campo prolijo para aplicarse aquello de hacer de la necesidad virtud y es a ello que Junts y ERC se aprestan tras el fiasco en lograr gobernar en el Ayuntamiento de Barcelona. La cita del 23-J sigue ah¨ª y no hay tiempo para m¨¢s. Del shock inicial ¨C¡±Que os zurzan a todos¡±, dijo un Xavier Trias afectado (y desatado)- en la direcci¨®n de ambas formaciones se empieza a aceptar la idea compartida de que la manera como se gest¨® el acuerdo no escrito entre PSC, comunes y PP no solo les retrata sino que es agua de mayo para una campa?a electoral donde todos se ofrecen como el ¡°voto ¨²til¡± independentista. La idea ampliamente repetida en Junts y ERC de que la decisi¨®n ¨²ltima sobre el Consistorio se decidi¨® en Madrid y no en la capital catalana y con ello buscan rearmar el m¨¢s tradicional de los discursos independentistas.

Pese a sumar menos apoyos que socialistas, comunes y populares, el independentismo se ha volcado en desacreditar el acuerdo. ¡°Esta es una operaci¨®n de las cloacas del Estado contra Barcelona¡±, ha asegurado en Twitter el l¨ªder de Esquerra, Oriol Junqueras. ¡°Los ¨²nicos que podemos impedir estos pactos de la verg¨¹enza que ahora hemos vivido, pero tambi¨¦n hace cuatro a?os [cuando los votos de Manuel Valls a Ada Colau impidieron a Ernest Maragall ser alcalde], es el conjunto de la ciudadan¨ªa con sus votos¡±, ha a?adido. Trias, sin cargo org¨¢nico en Junts, ha participado este domingo en el Consell Nacional que valid¨® las listas electorales y va por la misma senda de ERC: ¡°Les tenemos que decir que ya basta. No estamos dispuestos a que nos humillen y nos maltraten y cada d¨ªa nos hagan m¨¢s dependientes¡±, ha afirmado.

En las filas de los dos partidos se ha vivido con mucho dolor el desenlace de la alcald¨ªa de Barcelona, que desde el s¨¢bado ostenta el socialista Jaume Collboni. El PSC ha hecho valer la mayor¨ªa de 23 ediles de la suma de PSC, Barcelona en Com¨² y PP frente a los 16 que bland¨ªan Junts y ERC. La tristeza es compartida, aunque la agenda de ambos era muy distinta. Si la sola decisi¨®n de Trias de ser el candidato en Barcelona fue un gran motor de esperanza para el ala m¨¢s posibilista de Junts, pese a esconder las siglas del partido en campa?a y bajar volumen a la reivindicaci¨®n independentista, su triunfo lo hab¨ªa sido todo en la formaci¨®n fundada por Carles Puigdemont y enmascar¨® su mal resultado. En ERC, el pacto con el exalcalde era b¨¢sico para dar lustre al giro que privilegiaba los pactos con secesionistas tras el 28-M y alejarse de una pol¨ªtica pactista con el PSC, que los republicanos ven como causante de sus males.

En Barcelona, las dos formaciones aparcaron la guerra por los pactos con los socialistas que se viv¨ªa en otros municipios y que hizo saltar por los aires el supuesto intento de rehacer puentes entre independentistas tras el 28-M. En Roses (Alt Empord¨¤), por ejemplo, ERC fue la lista m¨¢s votada pero se impuso la sociovergencia liderada por el PSC. En Tortosa (Baix Ebre) fue al contrario y se expuls¨® a Junts. Batallas que pasaban de refil¨®n en la capital, una isla donde s¨ª se quer¨ªa transmitir la idea de entente, tambi¨¦n pensando en las elecciones generales. De la reuni¨®n en Ginebra solo queda la convicci¨®n de que hay que hacer movimientos y sacrificios para movilizar al votante secesionista desmovilizado (solo ERC perdi¨® 300.000 votos en mayo).

El s¨¢bado, ambos partidos votaron el pacto de Gobierno aunque siempre rond¨® el fantasma aritm¨¦tico de otra mayor¨ªa. Aunque tuvieran agendas distintas, los dos partidos comparten ahora la condici¨®n de v¨ªctimas de lo que un veterano diputado de Junts califica, apelando al peso de la cita, de ¡°jugada indigna¡±(en referencia hist¨®rica a Jordi Pujol y la querella de la Fiscal¨ªa en el caso Banca Catalana). La suma PSC, PP y Barcelona en Com¨² permite revivir conceptos como ese. Trias, en su intervenci¨®n de este domingo, ha revelado que Collboni le ofreci¨® repartirse la alcald¨ªa, mostrando as¨ª que la lucha para mostrar a los socialistas como personas poco fiables y de principios volubles est¨¢ servida.

¡°Ayer el Estado intervino Barcelona, aplic¨® un 155 de facto. La cuesti¨®n de frenar el independentismo de Trias era la excusa, lo que no admiten es la posibilidad de tener una ciudad que decida, es el triunfo de la docilidad, entregar Barcelona al Estado¡±, ha asegurado Maragall en una entrevista a RAC-1.

¡°Queda claro que somos la ¨²nica opci¨®n fiable y segura ante un gobierno del PP y Vox¡±, dice una voz destacada de la direcci¨®n de los republicanos, machacando el eslogan que Junqueras y los suyos repiten desde el mismo d¨ªa que se supo el adelanto electoral. No es solo repetir propaganda, pues ahora la frase tambi¨¦n es un dardo para los comunes. ¡°?Vendr¨¢n ahora a decir los comunes que son el voto ¨²til?¡±, ironiza esa dirigente.

¡°Durante a?os hemos visto m¨¢s proximidad y colaboraci¨®n con alguien de Unidas Podemos de Zamora que con alguien de los comunes de Barcelona¡±, lamenta un diputado republicano. La confrontaci¨®n en campa?a con los socialistas para las generales era n¨ªtida pero lo sucedido permite a los independentistas, pero sobre todo a los republicanos, a tomar real distancia con el ala catalana del proyecto de Yolanda D¨ªaz.

Ni en Junts ni en ERC aceptan que la situaci¨®n de Barcelona sea ni medianamente homologable a la Girona, donde tambi¨¦n un pacto de perdedores aup¨® la segunda fuerza m¨¢s votada -la CUP- a la alcald¨ªa. De ah¨ª que no sientan que recurrir a un discurso marcadamente victimista denuncie un pacto barcelon¨¦s (seg¨²n Junqueras, ¡°Collboni encarna las cloacas¡±) sea incoherente. En ERC hay quien cree que debe hacerse un cord¨®n sanitario contundente con ¡°los del 155¡å. De momento, eso s¨ª, ni un movimiento en los pactos con el PSC que permitir¨¢n a ERC gobernar en las Diputaciones de Tarragona y Lleida. O ambas rechazan cualquier acuerdo en la de Barcelona.

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