Las mil y una obras que nadie quiere hacer: la Administraci¨®n a precios de derribo en Catalu?a
Los contratistas han dejado sin postor 1.037 obras desde 2020 a causa de unos precios de licitaci¨®n que imped¨ªan cubrir costes
No hace tanto tiempo que las administraciones p¨²blicas estaban bajo el foco por un uso exagerado de las bajas temerarias en la obra p¨²blica, trabajos que se adjudicaban por un precio tan bajo que era dif¨ªcil cumplir y obligaba posteriormente a hacer modificados. Desde hace un par de a?os, al calor del encarecimiento de las materias primas y de la energ¨ªa, sucede lo contrario. Los contratistas evitan participar en los concursos dados los bajos importes con los que en ocasiones los licitan las ...
No hace tanto tiempo que las administraciones p¨²blicas estaban bajo el foco por un uso exagerado de las bajas temerarias en la obra p¨²blica, trabajos que se adjudicaban por un precio tan bajo que era dif¨ªcil cumplir y obligaba posteriormente a hacer modificados. Desde hace un par de a?os, al calor del encarecimiento de las materias primas y de la energ¨ªa, sucede lo contrario. Los contratistas evitan participar en los concursos dados los bajos importes con los que en ocasiones los licitan las administraciones, inferiores a lo que suponen que les costar¨ªan. No son uno ni dos o tres. Desde enero de 2021 van m¨¢s de mil (1.037), seg¨²n los datos de la C¨¢mara de Contratistas de Obras de Catalu?a (CCOC). El punto m¨¢s cr¨ªtico se produjo en la primera mitad de 2023, cuando entre abril y junio se alcanzaron las 221 obras desiertas. En total, el volumen de obra afectado alcanza los 392 millones de euros.
La principal obra desierta durante este a?o es del Ayuntamiento de Viladecans: una cesi¨®n de parte de un solar para la construcci¨®n de oficinas. Estaba valorado en 15,6 millones de euros. Le segu¨ªa unas obras de la Paeria de Lleida para construir y explotar una residencia de ancianos y un centro de d¨ªa por un importe de 14,55 millones. Pero las obras sin postor alcanzar a renovaciones de v¨ªas del metro de Barcelona, renovaciones parciales en las cocheras de TMB o la adecuaci¨®n del pavimento de la zona aire del aeropuerto de El Prat.
La cuesti¨®n es que el problema alcanza a todo tipo de obras. Puede ser una de 30 millones de euros en unas obras de Ferrocarrils de la Generalitat en Sabadell (solventada gracias a una cl¨¢usula que introdujo la contratista de una obra relacionada) o una menor, como la construcci¨®n de seis silos para compostaje en la Seu d¡¯Urgell por un importe de casi 440.000 euros. Son solo dos ejemplos. Y, aunque algunas administraciones son m¨¢s reincidentes que otras, las dificultades de los precios son compartidas por cualquiera de ellas, municipales, auton¨®mica o tambi¨¦n estatal o empresas semip¨²blicas como Aena o el Consorcio de la Zona Franca. En algunos casos incluso se da el caso de la reincidencia, obras licitadas de nuevo que siguen sin contar con un precio acorde a las condiciones requeridas por las constructoras.
¡°Para que una empresa renuncie a una obra, se lo tiene que pensar mucho: tiene que haber mucha diferencia entre el precio del coste y el que est¨¢ dispuesto a pagar la Administraci¨®n¡±, explica el presidente de la CCOC, Llu¨ªs Moreno. La patronal considera que el problema de las obras desiertas se est¨¢ enquistando por la inestabilidad de los precios y la falta de un mecanismo capaz de adaptarlos. Y denuncia que cada vez hay m¨¢s casos en los que apenas una o dos empresas se presentan a una adjudicaci¨®n (representan casi el 45% de los casos). Son esos los concursos con m¨¢s opciones de entrar en la fiscalizaci¨®n de la Comisi¨®n Europea por el riesgo de ama?os entre empresas, que la CNMC ya ha aflorado.
Pero tambi¨¦n porque las administraciones en muchas ocasiones tardan demasiado entre el momento en el que concluyen un proyecto constructivo y lo sacan a concurso, con los precios de las materias primas muchas veces ya desfasados. Por ejemplo, el hormig¨®n ha aumentado su precio un 30% desde el inicio del a?o. El hierro ha experimentado un encarecimiento del 40%, pero lleg¨® a ser del 150% en alg¨²n momento. Y no hay que olvidar los precios de los carburantes y todos los productos derivados, incluido el asfalto. La invasi¨®n de Ucrania exacerb¨® la subida de esos costes, aunque en algunos casos ya manten¨ªan antes una senda alcista.
En la parte positiva para los contratistas es que si pueden renunciar a obra p¨²blica es porque en los ¨²ltimos tres a?os ha habido un fuerte incremento de volumen de licitaci¨®n en Catalu?a. En el tercer trimestre del a?o se superaron los 4.000 millones de euros, frente a los 1.500 millones del ¨²ltimo trimestre de 2020.
Una vez que una administraci¨®n lanza un concurso y este queda desierto, consulta entre contratistas el motivo. Puede ser que la obra sea excesivamente compleja, pero el principal freno acostumbra a ser el precio. Si es as¨ª, la administraci¨®n replantea el concurso con alzas que acostumbran a un 10% superiores a las de salida. El periodo que puede pasar entre los dos concursos, es de unos cinco meses. Pero en el caso de los ayuntamientos peque?os, la cuesti¨®n es m¨¢s compleja. Puede ocurrir que en ese tiempo se hayan gastado el presupuesto que ten¨ªan cosignado o que el dinero disponible acabe siendo insuficiente para el nuevo contrato. En resumen, que no se puede licitar y se arrastra al siguiente ejercicio. Moreno lamenta que muchas veces el descuadre de precios se produce simplemente porque entre la elaboraci¨®n del proyecto y el concurso pase demasiado tiempo, tal y como denuncia Moreno. ¡°No puede ser que un proyecto de 2018 salga hoy: eso es dumping a la baja¡±, se?ala.
El presidente de los contratistas catalanes afirma que el mal resultado es un problema de todas las administraciones, aunque considera que en el caso del Estado hay m¨¢s agilidad para actualizar precios. La Generalitat, dice, es la que m¨¢s le cuesta. Infraestructures.cat, la mayor licitadora de la Generalitat, revis¨® los precios que ofrec¨ªa en sus concursos hace un a?o (que alcanzaba mejoras de hasta un 11% en las obras de menor envergadura), pero el resultado todav¨ªa es una inc¨®gnita.
F¨®rmulas para resolver el entuerto
El problema de la obra p¨²blica desierta no es ¨²nicamente catal¨¢n, concierne al conjunto de Espa?a. Las patronales de ¨¢mbito estatal lo han denunciado en los ¨²ltimos a?os, mientras los sucesivos gobiernos iban parcheando la normativa en busca de una soluci¨®n definitiva que parece no llegar. Lo hizo el PP en 2017, hizo cambios el PSOE en 2022 y desde mayo de 2023 est¨¢n en vigor los cambios introducidos en la Ley de Contratos del Sector P¨²blico, aunque su impacto es limitado. Seg¨²n estas, las administraciones podr¨¢n incluir cl¨¢usulas de revisi¨®n en contratos por un encarecimiento en materias primas, bienes intermedios y energ¨ªa, aunque para que eso ocurra el aumento del precio tiene que ser como m¨ªnimo del 20% del presupuesto del contrato. Est¨¢ por ver si esa soluci¨®n para contratos ya adjudicados surte efecto. De momento, en lo que va de 2023 contin¨²an habiendo obras desiertas, menos que en ejercicios anteriores, aunque a¨²n falta contabilizar el ¨²ltimo trimestre y cerrar las cuentas de cada uno de los trimestres anteriores. Es cierto que, con las cifras provisionales de la CCOC, a partir del segundo trimestre se ha reducido el impacto.
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