La tragedia del edificio de Badalona se extiende a toda la calle: ¡°Puede haber un hundimiento en cualquier momento¡±
Los t¨¦cnicos revisan las 22 fincas (420 pisos) de una misma promoci¨®n y el Ayuntamiento no descarta que haya nuevos desalojos
¡°Llevo sin dormir desde que se derrumb¨® el n¨²mero 9 [de la calle Canig¨® de Badalona] y hoy me ha tocado a m¨ª. Tenemos miedo. Que alguien ponga freno a este efecto domin¨® de edificios a punto de caer¡±, as¨ª ped¨ªa ayuda este martes Carlos Comino. ?l y su esposa viven en uno de los terceros del n¨²mero 5 de la calle Canig¨® de Badalona. Este mi¨¦rcoles, los Bomberos y la Guardia Urbana les han obligado a abandonar -junto a sus vecinos- el edificio por riesgo de derrumbe. Es la cuarta finca que se desaloja en la misma calle despu¨¦s de que el 6 de febrero se cayera parte del n¨²mero 9 y provocara la muerte de tres vecinos.
Los habitantes de los 20 apartamentos del n¨²mero 9 no pudieron regresar a sus domicilios tras el siniestro. D¨ªas m¨¢s tarde, los Bomberos desalojaron el edificio colindante, el 7, despu¨¦s de que se descubrieran nuevas grietas. Esos pisos (otras 20 viviendas) necesitan ser reparados y sus moradores no podr¨¢n volver hasta que sea seguro vivir en el edificio. No hay fecha para ello. El martes, volvieron los Bomberos pero, esta vez, al n¨²mero 11, el otro colindante. Tras una revisi¨®n conjunta, los Bomberos y el arquitecto municipal determinaron que hab¨ªa que desalojar. Ayer fue el turno del n¨²mero 5, el ¨²nico de los cuatro que no estaba pegado al que se cay¨®. En cada uno de los cuatro edificios desalojados hay 20 pisos aunque cuatro estaban vac¨ªos. En total, hay 76 familias que, de momento, se han quedado en la calle. El problema es que nadie descarta que -como lamentaba Carlos Comino- el efecto domin¨® acabe afectando a parte de las 22 fincas (420 pisos) de esta promoci¨®n construida a finales de los a?os 50 del siglo pasado.
El alcalde de Badalona, Xavier Garc¨ªa Albiol, anunci¨® el martes la contrataci¨®n de la empresa Seguiarq para revisar las estructuras de los 22 edificios que se extienden, en forma de U, por la calle Canig¨®, Ausi¨¤s March y Llefi¨¤. La empresa firm¨® el contrato este mi¨¦rcoles. Justo cuando estaban cerrando el acuerdo, una vecina de uno de los bajos del n¨²mero 5 dio la alarma por la dimensi¨®n de una de las grietas que ten¨ªa en el techo. Tras la revisi¨®n de los Bomberos se procedi¨® al desalojo y los arquitectos de Segu¨ª Arquitectura -que ya hab¨ªan trabajado en la crisis de la aluminosis del Tur¨® de la Peira de Barcelona- comenzaron su inspecci¨®n precisamente por el edificio que estaba siendo desalojado.
Tania fue la primera en abandonar su piso junto a su perra, Runa, y otras mascotas -tres ratas- que llevaba en una especie de jaula-mochila a la espalda. ¡°He salido tan r¨¢pido porque est¨¢ siendo un sinvivir desde que cay¨® el n¨²mero 9. Llevo d¨ªas con las maletas hechas y preparadas para salir corriendo¡±, asegura. Tania se ir¨¢ a pasar varios d¨ªas con sus familiares. Pese a que lleva d¨ªas preparando la salida del edificio no puede contener las l¨¢grimas.
Tambi¨¦n ha abandonado su casa la vecina del 3? 4?. Su padre, Diego Mart¨ªnez, sujeta una de las maletas de la joven y critica en¨¦rgicamente: ¡°Parece que est¨¢n esperando a que se caiga otro bloque. Aqu¨ª no ha venido nadie de la Generalitat a dar la cara. ?Qu¨¦ pasa? ?Badalona no es Catalu?a? Esto es una cat¨¢strofe y mi hija lleva semanas que solo hace que mirar el techo. As¨ª no se puede vivir¡±.
El teniente de alcalde de Territorio y Sostenibilidad, Daniel Gracia, inform¨® de que la primera inspecci¨®n de los arquitectos ha evidenciado unas ¡°grietas preocupantes¡± por lo que, por cuarta vez, se ha obligado a desalojar de forma ¡°indefinida¡±. La Guardia Urbana vol¨® un dron con c¨¢maras para que los arquitectos pudieran observar ¡°las posibles modificaciones¡± de las cubiertas. ¡°No descartamos ning¨²n escenario. Iremos bloque a bloque inspeccionando lo m¨¢s r¨¢pido posible hasta revisar toda la manzana¡±, concluy¨®. ¡°El problema que nos encontramos aqu¨ª no est¨¢ relacionado con la aluminosis. Aqu¨ª las estructuras est¨¢n construidas con base cer¨¢mica y ah¨ª radica el problema¡±, ha concluido. ¡°Las grietas son preocupantes porque puede haber un hundimiento en cualquier momento por eso estamos apuntalando los bajos¡±, ha destacado Gracia. ¡°A los vecinos les digo que no avancen escenarios pero si ven alg¨²n tipo de anomal¨ªa que la trasladen de inmediato y tomaremos decisiones¡±, ha concluido.
Sole Fern¨¢ndez tiene 67 a?os y desde 1980 vive en el 1? 2? del n¨²mero 5 junto con su marido y su hijo. ¡°Ahora me dejar¨¢n entrar. Coger¨¦ la escritura, ropa y medicinas. Ya no tengo padres ni suegros y no s¨¦ que qu¨¦ va a ser de nosotros si estamos muchos d¨ªas fuera de casa. Adem¨¢s, mi marido est¨¢ operado y lleva una bolsa tras una colostom¨ªa. La vida se nos ha partido¡±, maldice entre l¨¢grimas minutos antes de entrar de nuevo en su piso acompa?ada de los Bomberos. Un equipo de operarios municipales se han adelantado y han sacado la cama medicalizada donde duerme du esposo. Todav¨ªa no saben d¨®nde trasladar esa cama.
Puedes seguir a EL PA?S Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.