Primero fue Rosa Peral, luego Daniel Sancho: larga vida al true crime
El hambre por los sucesos no ha hecho m¨¢s que crecer ante una sociedad que en este lado del Alt¨¢ntico, al menos por ahora, solo ejerce de jurado popular
¡°Ahora ha salido que ?lber fue el que mat¨® a Pedro¡±, comenta en el parque una de las muchas abuelas que se hace cargo de sus nietos mientras sus padres trabajan. ¡°Solo me interesa lo que me puedas contar de Rosa Peral¡±, recuerda un periodista, en una tarde de trabajo. ¡°?Pero est¨¢ embarazada? Nos tiene sin vivir la cosa¡±, llega a trav¨¦s de un mensaje la pregunta recurrente de si la condenada por el crimen de la Guardia Urbana est¨¢ en estado de buena esperanza¡
Es igual los a?os que se lleven dedicados al periodismo, las noticias publicadas, los art¨ªculos sudados letra a letra. La persona que se sienta delante, el profesor de infantil, la exnovia de tu amigo, incluso tu amigo o tu compa?era de trabajo solo tienen un inter¨¦s: Rosa Peral. O un segundo inter¨¦s: Daniel Sancho. O un tercer inter¨¦s que los engloba a todos juntos: el true crime.
Los sucesos no se han bajado de la cresta de la ola desde que en 2014 se entrenase el podcast Serial, sobre el asesinato de una joven estudiante en Estados Unidos. Ya no interesa nada m¨¢s. Los programas de televisi¨®n necesitan una mesa de especialistas en cr¨®nica negra, los podcast de cr¨ªmenes resueltos o sin resolver copan Spotify, y las listas de las series m¨¢s vistas de cualquier plataforma desde que se estrenase The Jinx o Making a murderer, en 2015, son de sucesos.
El g¨¦nero que el manual Curso general de redacci¨®n period¨ªstica, escrito por Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Albertos, defin¨ªa como un periodismo humano con una ¡°tendencia evidente al tratamiento sensacionalista¡±, que trata hechos ¡°sangrantes¡± o ¡°simplemente morbosos¡±, dirigido a un p¨²blico ¡°sin demasiadas exigencias intelectuales¡±, escrito con un estilo ¡°de mucha confianza y un tono paternalista, como un amigo que alecciona y advierte¡±, vive una ¨¦poca dorada de la que no se divisa un final.
¡°Os tocar¨¢ a vosotros hacer de jurado¡±, anuncia el periodista Carles Porta, en su nueva serie, de un crimen del que hace 30 a?os que informa, y del que ha escrito dos libros, ha hecho un podcast y ahora estrena en TV3 una serie de ocho cap¨ªtulos: el asesinato de Josep Montan¨¦, alias Sansa, en un peque?o pueblo de monta?a, Tor. En la presentaci¨®n, el pasado mi¨¦rcoles, acompa?ado del director de la cadena p¨²blica, Sigfrid Gras, qued¨® claro que es la gran apuesta de la emisora de televisi¨®n. Y que adem¨¢s es una de las productoras, que tambi¨¦n gana con su comercializaci¨®n.
Porta trabaja con voluntad cinematogr¨¢fica una historia rural de enemistades en un pueblo perdido de la mano de dios, donde la herencia de una monta?a maldita ha envenenado las relaciones hasta acabar con muertos. Un crimen sin resolver, explicado con rigor, dedicaci¨®n y tiempo para una sociedad cansada que se entretiene con las pantallas y la muerte ajena. Un placer culpable, un placer inc¨®modo, antes de irse a dormir.
Pero no solo es. Los sucesos son un negocio lucrativo, que llenan horas de informativos, p¨¢ginas de diarios, y centenares de productos audiovisuales sin que las audiencias amaguen con cansarse. Bucles infinitos de pol¨¦micas en las que la verdad es un elemento colateral. ?Ha confesado Albert L¨®pez haber asesinado a Pedro Rodr¨ªguez? ?O lo que ha confesado es solo el encubrimiento? ?O ninguna de las dos cosas? ?O en realidad solo ha asumido la sentencia por la que cumple pena en prisi¨®n para seguir adelante y salir cuanto antes mejor de la c¨¢rcel? Las respuestas l¨ªquidas, que dependen de unas fuentes m¨¢s l¨ªquidas a¨²n, no son tan importantes. El inter¨¦s radica en el debate, en amasar la informaci¨®n, de un lado a otro. Entretener al lector, al oyente, al espectador para que siga ah¨ª, clavado, siempre con ganas de m¨¢s.
¡°Somos una sociedad de expertos en cr¨ªmenes¡±, declar¨® a The New Yorker el profesor Jean Murley, experto en true crime, despu¨¦s del asesinato de Gabrielle Petito. La desaparici¨®n de la joven en 2021 provoc¨® un seguimiento intenso en las redes sociales. Estaba de viaje con su novio, lo contaba todo minuto a minuto en Instagram y Youtube, hasta que se esfum¨®. Su pareja se suicid¨® unas semanas despu¨¦s, y el FBI concluy¨® que fue el autor del crimen. Pero antes de todo eso, los post de la joven, sus cuentas de Instagram¡ cada detalle fue analizado por parte de una sociedad an¨®nima convertida en detectives privados que quer¨ªa dar con ella desde el sof¨¢ de casa.
Una t¨¦cnica bautizada como crowdsourcing: que miles de ojos escudri?en de nuevo todas las pruebas para detectar detalles que en su d¨ªa pasaron por alto a los investigadores, pistas que no se siguieron. Es la soluci¨®n a la que recurri¨® Liz Flatt en 2021 para intentar resolver el asesinato de su hermana, Deborah Sueh Williamson, cometido en 1975. Se lo aconsejaron dos investigadores y podcasters, que crearon un grupo de Facebook para resolver el crimen, donde se colgaban noticias, detalles del caso¡ Al final, disconforme con la deriva de la investigaci¨®n popular, Flatt expres¨® sus dudas y acab¨® expulsada del grupo, acusada de torpedear la investigaci¨®n del crimen de su propia hermana. La mujer cont¨® su odisea a The New York Times.
¡°?Te vi en Crims!¡±, ¡°Ya he podido presumir de amiga¡±, ¡°?Es posible que hayas salido en lo de Carles Porta?¡±, ¡°O tienes una hermana muy parecida, o el otro d¨ªa te vi en la tele¡±¡ Cinco minutos en un cap¨ªtulo de true crime pesan m¨¢s que toda una vida -o media- de entrega al periodismo escrito. Los programas que dirige el periodista Carles Porta, que empez¨® como podcast en Catalunya R¨¤dio, y su productora True Crime Factory, son uno de los referentes del g¨¦nero. Con dos hitos period¨ªsticos a sus espaldas: la reapertura judicial del asesinato de Helena Jubany, y la identificaci¨®n del cad¨¢ver de una joven que apareci¨® en Portbou hace tres d¨¦cadas. Desde entonces, el hambre por los sucesos no ha hecho m¨¢s que crecer ante una sociedad que en este lado del Alt¨¢ntico, al menos por ahora, solo ejerce de jurado popular.
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