Cuenta atr¨¢s para buscar una salida al Gobierno en Catalu?a
Todos los partidos pronostican que las posibles sesiones para nombrar ¡®president¡¯, fallidas o no, ser¨¢n a final de agosto, al l¨ªmite del plazo legal
Catalu?a volver¨¢ esta pr¨®xima semana, salvo un s¨²bito cambio de guion, a activar, por cuarta vez en una d¨¦cada, el reloj de una posible repetici¨®n electoral al no tener ning¨²n candidato los suficientes votos para ser investido president de la Generalitat. El socialista Salvador Illa, vencedor de las elecciones del 12 de mayo, ha pedido m¨¢s tiempo para armar una mayor¨ªa de izquierdas de 68 diputados, y cerrar as¨ª una alianza con ERC y los comunes, mientras el expresident Carles Puigdemont apura las semanas con el anhelo de presentarse en el Parlament ya amnistiado y sin riesgo a ser detenido. Con una situaci¨®n volc¨¢nica y muy compleja, que ni tan solo la aprobaci¨®n de la ley de amnist¨ªa ha apaciguado, el desenlace est¨¢ en manos de Esquerra en plena catarsis. El Gobierno de Pedro S¨¢nchez conf¨ªa en resolver el jerogl¨ªfico con un delicado acuerdo sobre la financiaci¨®n ¡°singular¡± de Catalu?a que ya antes de definirse ha soliviantado al PP, a algunos barones del PSOE y a algunos de los partidos minoritarios sobre los que se sustenta la gobernabilidad de Espa?a, como Comprom¨ªs.
Las negociaciones arrancaron este martes y la portavoz de ERC, Raquel Sans, lanz¨® este mensaje a los socialistas: ¡°Si su propuesta no es buena, la militancia no la avalar¨¢¡±. El 12-M certific¨® la p¨¦rdida de la mayor¨ªa absoluta del independentismo (de 74 a 59 diputados) y, con ello, el ocaso del proc¨¦s. Pero la inestabilidad contin¨²a arraigada en el Parlament y, por extensi¨®n, amenaza la solidez del Gobierno. La situaci¨®n tendr¨¢ un indudable impacto en el futuro del Ejecutivo tanto si Illa es investido con los votos de ERC (por la reacci¨®n de Junts) como si no (por si desequilibra y agujerea la mayor¨ªa de la investidura). Josep Rull, su presidente, uno de los exconsejeros de Junts que cumpli¨® prisi¨®n y fue indultado, prev¨¦ rubricar este mi¨¦rcoles la resoluci¨®n de un ¡°acto equivalente¡± a la investidura para que se active el reloj de una hipot¨¦tica repetici¨®n electoral, que tendr¨ªa lugar el 13 de octubre. Rull visualizar¨¢ esa decisi¨®n en un pleno sin candidato a la investidura y en el que los grupos tendr¨¢n cinco minutos para exponer su posici¨®n en un hemiciclo que sigue partido en dos.
El escenario, adem¨¢s, se complica con la rebeli¨®n y el rechazo de buena parte de la c¨²pula judicial a aplicar la ley de amnist¨ªa, que puede condicionar los tiempos y el regreso de Puigdemont que afirm¨® que acudir¨ªa al primer debate de investidura, que se vislumbra para agosto. La Abogac¨ªa del Estado ha pedido al Supremo el ¡°inmediato alzamiento¡± de la orden de detenci¨®n contra el expresident. Los recelos son grandes: Oriol Junqueras, l¨ªder de ERC, ya ha descartado la propuesta de su partido de ser el cabeza de lista en una eventual repetici¨®n electoral porque cree que pasar¨¢ mucho tiempo (pesa sobre ¨¦l una inhabilitaci¨®n de 13 a?os) en ser amnistiado.
Josep Rull, uno de los exconsejeros de Junts que cumpli¨® prisi¨®n y fue indultado, prev¨¦ rubricar este mi¨¦rcoles la resoluci¨®n de un ¡°acto equivalente¡± a la investidura para que se active el reloj de una hipot¨¦tica repetici¨®n electoral, que tendr¨ªa lugar el 13 de octubre. Rull visualizar¨¢ esa decisi¨®n en un pleno sin candidato a la investidura y en el que los grupos tendr¨¢n cinco minutos para exponer su postura. El ¡°acto equivalente¡± fue la soluci¨®n imaginativa que se ide¨® hace cuatro a?os, tras la condena del expresident Quim Torra por un delito de desobediencia y para que empezara a correr el reloj para formar Gobierno o repetir las elecciones.
No es, desde luego, una excepci¨®n que en Catalu?a se active la cuenta atr¨¢s: pas¨® en 2016 con la investidura del mismo Puigdemont, votada en el ¨²ltimo suspiro; en la de 2018 de Torra, tras la sucesiva suspensi¨®n y las prohibiciones del Constitucional (Puigdemont), del Supremo (Jordi S¨¢nchez) o las ¨®rdenes de ingreso en prisi¨®n (Jordi Turull) tras un primer de debate fallido y antes de la segunda sesi¨®n; la de Pere Aragon¨¨s, en 2021, ya en plena pugna fratricida de ERC con Junts, y ahora la de Illa como candidato m¨¢s votado (42 esca?os) o la de Puigdemont (35). El l¨ªder de Junts necesitar¨ªa de forma ineludible la abstenci¨®n del PSC ¡ªsumando los votos de ERC y la CUP¡ª para alcanzar la presidencia. Illa se ha hartado de decir que eso no suceder¨¢ y de repetir que Puigdemont no tiene ninguna posibilidad, una postura que tambi¨¦n sostiene Pedro S¨¢nchez.
Junts replica que esa mayor¨ªa es operativa y juega con que sus votos son clave en el Congreso para sostener al Gobierno de S¨¢nchez, de quien recuerda que tampoco gan¨® las elecciones y que qued¨® segundo. La situaci¨®n no es calcada porque una presidencia de Puigdemont exigir¨ªa que el PSC se abstuviera pese a haber ganado las elecciones. Hasta la CUP ha pedido a Puigdemont que deje de fantasear. La cuesti¨®n es que el escenario es tan complejo que se necesita mirarlo casi con gafas progresivas para fijar bien la mirada: los posibles pactos en el Parlament (una eventual alianza PSC y ERC) pueden tener un impacto en el Congreso (las consecuencias del enfado de Junts). El independentismo, en cualquier caso, ya ha ganado una primera batalla con una mayor¨ªa en la Mesa (cuatro miembros frente a tres del PSC) pese a que ya no la tiene en el hemiciclo.
Illa dice que no quiere meter prisa a nadie y que prefiere tardar antes que cerrar un pacto que no sea s¨®lido. Todo el foco estar¨¢ puesto en estos dos meses de verano en Esquerra, cuya portavoz, Raquel Sans, avis¨® este s¨¢bado que la militancia no avalar¨¢ ninguna propuesta si no es ¡°un buen acuerdo¡±. ERC est¨¢ ahora sumida en una catarsis colosal que primero se cobr¨® la renuncia del a¨²n president Pere Aragon¨¨s y que ha culminado con un inaudito manifiesto de sus cuadros, firmado por 900 personas, que persigue que Oriol Junqueras se aparte definitivamente de la direcci¨®n. No deja de ser curioso porque quienes piden renovaci¨®n son los mismos cuadros y las caras visibles del partido. ERC est¨¢ ahora partida en dos e inmersa en una encrucijada de dif¨ªcil soluci¨®n: la militancia decidir¨¢ y necesitan ofrecer un acuerdo lo suficientemente s¨®lido para que la cautive. Si los afiliados lo rechazan, el escenario podr¨ªa dar un vuelco de 180 grados porque Carles Puigdemont podr¨ªa regresar y hacer campa?a en Catalu?a si hay repetici¨®n electoral. Y no ser¨ªa f¨¢cil para ERC votar una investidura en su contra.
El proceso de investidura ha quedado embargado por el tacticismo pol¨ªtico. Tras plantear que a Puigdemont le interesaba ser el primero en someter su candidatura a la evaluaci¨®n del pleno, Junts opt¨® por echar el freno de mano para reclamar que sea Illa el primero en intentar la investidura. La maniobra trata de darle tiempo extra a Puigdemont hasta que se conozca qu¨¦ alcance tiene para ¨¦l la amnist¨ªa y, adem¨¢s, busca poner a ERC en un aprieto: los republicanos tienen dif¨ªcil justificar ante el independentismo que apoyan a Illa de primeras, sin haber escenificado antes una voluntad de darle cancha a Puigdemont, pese a que sus opciones sean una quimera.
Ahora, con la cuenta atr¨¢s electoral activada, Illa plantea negociar con discreci¨®n y oficio pol¨ªtico. En el PSC son conscientes de la situaci¨®n de ERC pero alertan de que los republicanos pueden perder peso y relevancia (ahora son determinantes en el Parlament) si hay que volver a elecciones en oto?o. Mucho tendr¨¢n que desplegar todas las partes en una negociaci¨®n a cinco bandas o en cinco mesas diferentes en Barcelona y en Suiza: el PSC con ERC; PSC con los comunes; Junts con ERC (Puigdemont y Marta Rovira se han reunido ya en Ginebra) y el PSOE con ERC, por un lado, y con Junts por otro. El futuro de la investidura catalana y de la estabilidad del Gobierno central pasa, en buena medida, porque este entramado de negociaciones llegue a buen puerto.
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