La pol¨¦mica por los carteles de Maragall tensiona a las bases de ERC ante la consulta sobre la investidura
Los 8.700 militantes del partido tendr¨¢n la ¨²ltima palabra si socialistas y republicanos llegan a un acuerdo para que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat
Si las negociaciones entre socialistas y republicanos llegan a buen puerto, el futuro de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat quedar¨¢ en las manos de los 8.700 militantes que tiene Esquerra Republicana. La c¨²pula del partido se comprometi¨® a realizar una consulta, a¨²n sin fecha, pero que llegar¨¢ en medio de la zozobra interna en la formaci¨®n. A la pugna por el liderazgo se a?ade el malestar por el intento de parte de la c¨²pula de ocultar...
Si las negociaciones entre socialistas y republicanos llegan a buen puerto, el futuro de la investidura de Salvador Illa como presidente de la Generalitat quedar¨¢ en las manos de los 8.700 militantes que tiene Esquerra Republicana. La c¨²pula del partido se comprometi¨® a realizar una consulta, a¨²n sin fecha, pero que llegar¨¢ en medio de la zozobra interna en la formaci¨®n. A la pugna por el liderazgo se a?ade el malestar por el intento de parte de la c¨²pula de ocultar el papel de la formaci¨®n en la campa?a de carteles en contra de los hermanos Maragall, sucedida en las pasadas elecciones municipales. La mala praxis y su gesti¨®n torpe son un torpedo a la confianza en la direcci¨®n, un elemento inmaterial y vol¨¢til pero sobre el que pivotaba la estrategia para poder garantizar el apoyo al PSC.
La semana termina con la imagen de Marta Rovira, l¨ªder interina de la formaci¨®n, tomando de manera presencial las riendas de las negociaciones con los socialistas y viendo c¨®mo llegaba uno de los gestos que llevaba d¨ªas pidiendo. La calendarizaci¨®n del traspaso de la l¨ªnea 1 de las Cercan¨ªas catalanas del Estado a la Generalitat concreta lo que se pact¨® en noviembre pasado, en el marco de la investidura de Pedro S¨¢nchez y que los republicanos ped¨ªan como ¡°carpeta cero¡± para un nuevo pacto. No ha sido la ¨²nica noticia relevante sobre ERC: el mi¨¦rcoles trascendieron los audios que muestran c¨®mo parte de su c¨²pula hab¨ªa maniobrado para intentar tapar su responsabilidad en una campa?a contra su propio candidato a la alcald¨ªa de Barcelona, Ernest Maragall. en marzo de 2023, cuando aparecieron unos carteles con la frase ¡°Fuera el Alzheimer de Barcelona¡±, en los que se ve¨ªa al republicano y su hermano Pasqual, que sufre esa enfermedad. La investigaci¨®n policial revel¨® el nexo con ERC, pues los carteles fueron pagados a activistas del partido, mediante una estructura B.
Lo que para el ciudadano com¨²n son dos noticias m¨¢s, en las filas de ERC es material de an¨¢lisis interno. ¡°?Qu¨¦ credibilidad tendr¨¢ la renovaci¨®n si primero no cortamos de ra¨ªz [las malas praxis]?¡±, se pregunta un regidor republicano del ?rea Metropolitana de Barcelona, cercano en su d¨ªa a los socialistas y muy cr¨ªtico la estrategia de comunicaci¨®n del partido. ¡°El riesgo de que la consulta se use como castigo a la direcci¨®n est¨¢ creciendo y costar¨¢ frenarlo¡±, advierte un exalcade de la provincia de Tarragona, ya retirado de la primera fila. ¡°Somos lo suficientemente maduros como partido para ser capaces de separar una cosa [el pacto] de la otra [crisis interna]¡±, tercia una militante de piedra picada del distrito de Sant Mart¨ª, en la capital catalana, y que ve deseable un acuerdo si lo que se propone es bueno.
La confianza en la c¨²pula ha sido fundamental en el comportamiento de las bases de Esquerra en los ¨²ltimos a?os y llega muy maltrecha a un momento clave. No solo por el futuro del Govern sino porque tambi¨¦n est¨¢ en juego el delicado equilibrio que sostiene a los socialistas y sus socios de Sumar en La Moncloa. La llegada de Oriol Junqueras y Marta Rovira a la direcci¨®n del partido independentista, en 2011, abri¨® un periodo de calma para una formaci¨®n que ten¨ªa como sello la lucha cainita y que la imagen de constante crisis interna se cobr¨® electoralmente. Esa comuni¨®n de las bases con el t¨¢ndem que las pastoreaba ciment¨® el camino de ERC a logra sus cuotas m¨¢s altas de poder, hasta que el a?o pasado todo se torci¨® y desde entonces se han encadeando cuatro derrotas.
El plan de Esquerra para dar el s¨ª a la investidura pasa por una exigencia de m¨¢ximos ¡ªla financiaci¨®n singular para Catalu?a¡ª y a la que no se piensa renunciar en el pulso negociador. Fuentes de la direcci¨®n republicana aceptan en privado el riesgo de que la propuesta de los socialistas sea inferior pero dicen que los socialistas son conscientes de la necesidad de que que sea ¡°atractiva¡±. Y era ah¨ª donde la confianza en lo negociado por la direcci¨®n que ahora comanda Rovira entraba en juego. Como ya pas¨® con la investidura de S¨¢nchez en 2019, con los indultos a los l¨ªderes secesionistas como contrapartida, el s¨ª de las bases a abstenerse no reca¨ªa en el acuerdo en s¨ª sino que era un simple voto de confianza a una c¨²pula que, se esperaba, tuviera c¨®mo hacer que los socialistas cumplieran su palabra.
La hemeroteca recoge esa credibilidad. En noviembre pasado, el 43% de los militantes con derecho a voto particip¨® en la consulta que buscaba sondear el apoyo al acuerdo cerrado entre Junqueras y el ministro socialista F¨¦lix Bola?os para que S¨¢nchez siguiera en La Moncloa. Un 89% vot¨® a favor, mientras que un 9% lo hizo en contra. Tres a?os antes, la posibilidad de abstenerse a favor del l¨ªder socialista si este pon¨ªa en marcha la mesa de di¨¢logo entre Gobiernos recibi¨® un 94% de los votos, con una participaci¨®n de siete de cada diez militantes.
El apoyo de las bases a su c¨²pula en la ¨²ltima d¨¦cada de historia de ERC ha sido aplastante no solo para avalar sus planes sino tambi¨¦n en los procesos que han revalidado los mandatos. En noviembre de 2022, la dupla Junqueras-Rovira logr¨® un tercer mandato al cosechar el 87% de los votos, con la mitad del censo participando el proceso de elecci¨®n. En 2019, la participaci¨®n fue siete puntos porcentuales superior, con un apoyo del 88% al t¨¢ndem.
La composici¨®n de las bases de ERC no ha cambiado sustancialmente de esas votaciones a ahora. La media de edad de los militantes es de 55 a?os (en las juventudes se puede militar hasta los 28), 60% hombres y 40% mujeres, y con un promedio de nueve a?os con carnet. Su presencia est¨¢ muy repartida por todo el territorio catal¨¢n, aunque especialmente concentrada en el ?rea Metropolitana de Barcelona. Hace una d¨¦cada, ERC contaba con 7.790 afiliados. El pico de asociados lleg¨® en 2019, con 9.844 inscritos.
¡°En ERC siempre han convivido sectores m¨¢s inclinados al eje nacional con otros de mentalidad m¨¢s claramente izquierdista¡±, a?ade el periodista Manel Lucas, autor de Breve historia de Esquerra. Y la actual pugna en el seno del partido, recuerda, no tiene el cariz ideol¨®gico que marc¨® el enfrentamiento entre Josep-Llu¨ªs Carod-Rovira y Joan Puigcerc¨®s a principios de los a?os 2000. ¡°Las peticiones de rechazo al acuerdo vendr¨¢n de los sectores que ya se han pronunciado claramente en contra ese acuerdo. Podr¨ªan tener influencia, pero esto no surge de la fractura Rovira-Junqueras¡±, apunta. ¡°Si el acuerdo que nos trae la direcci¨®n es bueno para Catalu?a, seguro que se pedir¨¢n muchas menos explicaciones [sobre los errores]¡±, a?ade la militante de Sant Mart¨ª.
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