El primer gran fiasco de Junqueras
ERC aguanta en zonas tradicionalmente independentistas, pero retrocede a los resultados electorales de 2015 en el cintur¨®n rojo de Barcelona
La primera gran derrota electoral es un duro golpe. Que sea por perder uno de cada tres votantes, empeora el pron¨®stico. El manual recomendar¨ªa una temporada en el div¨¢n, pero Esquerra (ERC) no se lo puede permitir. A 49 d¨ªas de una inesperada cita con las urnas, la c¨²pula tendr¨¢ que esforzarse para alinear a unas bases desconcertadas, a las que las dudas han llevado hasta a culpar de la ca¨ªda al giro pactista adoptado tras 2017 y la manera como lo pilota su presidente, Oriol Junqueras.
El adelanto electoral anunciado el lunes le cay¨® a la direcci¨®n republicana en medio de la reuni¨®n que discut¨ªa los resultados del 28-M. Un total de 520.360 votos (seis puntos menos que en 2019) relegaron a ERC al tercer lugar tras el PSC (que repiti¨® el triunfo de las catalanas de 2021) y Junts (que recuper¨® la primac¨ªa secesionista por 32.000 papeletas). En unos comicios marcados por la desmovilizaci¨®n, solo PP y Vox ganaron realmente voto. En Girona, por ejemplo, la participaci¨®n cay¨® del 65% al 50,8%. Esquerra fue la que obtuvo m¨¢s concejales y se impuso en dos demarcaciones, pero perdi¨® las alcald¨ªas clave de Tarragona y Lleida, entre otras.
Junqueras meti¨® la directa y reconvirti¨® la rueda de prensa de la resaca electoral en el primer mitin de precampa?a. Se lanz¨® contra el PSOE por facilitar en 2016 la investidura de Mariano Rajoy tras 10 meses en funciones y record¨® los pactos Pujol-Aznar. ¡°La ¨²nica garant¨ªa de parar la ola de derecha espa?olista es el voto de ERC, porque nunca hemos investido a un presidente PP y eso no lo puede decir casi nadie¡±, espet¨®. Ya hab¨ªa hasta candidato: el portavoz en Madrid, Gabriel Rufi¨¢n, sugiri¨®, es ¡°el mejor¡± para revalidar por tercera vez la victoria.
El 23-J cambi¨® todo el marco. ERC cerr¨® cualquier posibilidad de pactar con el PSC y Junqueras tendi¨® la mano sin tapujos a Junts, su exsocio en el Govern. Era un gui?o llamado a acompa?ar al president, Pere Aragon¨¨s, en su propuesta de un ¡°frente com¨²n¡± para blindar las pol¨ªticas de la Generalitat ante un posible Ejecutivo de PP y Vox. Aragon¨¨s opt¨® por plantear esa unidad como una resistencia postelectoral, no como una apuesta ganadora. Ante esa nueva mayor¨ªa, dijo, no cabe la v¨ªa del di¨¢logo.
Ni en las filas de ERC se entendi¨® el mensaje. El exportavoz en el Congreso, Joan Tard¨¤, pidi¨® aclarar si lo que se estaba haciendo era cambiar la hoja de ruta, que aboga por mayor¨ªas progresistas. Al malestar por el dedazo a Rufi¨¢n se sum¨® la sensaci¨®n de desorientaci¨®n. Junqueras sal¨ªa salpicado, algo in¨¦dito desde que en 2011 recibi¨® las riendas del partido. Las urnas, hasta ahora, validaban sus planes. Su autoridad adem¨¢s adquiri¨® un componente moral cuando, desde la c¨¢rcel, defendi¨® pasar de la unilateralidad de 2017 al di¨¢logo. Un giro copernicano que las bases abrazaron pese a las contradicciones que, con el fracaso electoral, se ponen como posibles causantes del descalabro.
Desde la noche del mismo 28-M, Esquerra pareci¨® abrazar el marco mental que les endosaba la desmovilizaci¨®n y explicaba todo por un supuesto rechazo a la pol¨ªtica de pactos con el PSC. Junts us¨® esa idea para atacar, incluso pese a compartir Ejecutivo provincial en Barcelona con los socialistas, pero la evidencia de que la baja participaci¨®n lastra casi a todos le ha llevado a aceptar la mano de Junqueras. La reuni¨®n de ambas formaciones en Suiza el viernes, que el s¨¢bado revel¨® P¨²blico, busca activar al electorado para julio.
La alerta de las pasadas catalanas
Junts part¨ªa de obtener en 2019 su peor resultado y los de Junqueras, su r¨¦cord. El ¨¦xito general de la formaci¨®n liderada por Laura Borr¨¤s se apoya en Barcelona, donde Xavier Trias capitaliz¨® el no a Colau. Sum¨® 69.955 apoyos m¨¢s frente al mal resultado de hace cuatro a?os. No es un voto que se pueda considerar n¨ªtidamente independentista: parte de la subida reposa en un gran porcentaje en barrios ricos donde en 2019 barr¨ªa un ya desaparecido CS. La fuga en ERC implica perder 10 puntos (86.469 votos), cuatro menos que en el total de Catalu?a.
La afanada alerta en el independentismo por la desmovilizaci¨®n contrasta con las se?ales de alerta que desde hace tiempo est¨¢n ah¨ª. Las pasadas elecciones catalanas, celebradas en 2021 durante la pandemia, ya la participaci¨®n se desplom¨® en 25 puntos. Se ven¨ªa un hist¨®rico 79% en las post 1-O (2017). La ca¨ªda simplemente se ley¨® en t¨¦rminos sanitarios, pero algo era posible intuir sabiendo que el PSC volv¨ªa a ser el partido con m¨¢s votos. Sin embargo, la encuesta postelectoral del CIS mostr¨® que no hab¨ªa sido el miedo al contagio la raz¨®n principal que alej¨® de las urnas a los encuestados abstencionistas. Uno de cada tres mencion¨® la falta de confianza en la pol¨ªtica como causa para no ir al 14-F (18% del total como primera justificaci¨®n). El temor al coronavirus fue cuarto en la lista, con un 22,1% (16% de primera respuesta).
Hasta ahora, solo el peque?o Colectivo 1-O cuestionaba en p¨²blico a Junqueras. Para su portavoz, Xavier Mart¨ªnez, descafeinar el independentismo pasa factura. ¡°Esconder f¨ªsicamente la estelada en los m¨ªtines es un error. Ense?arla es compatible con defender los valores republicanos¡±, opina. El que fuera candidato de ERC a la alcald¨ªa de Barcelona en 2015, Alfred Bosch, carg¨® en la web Parlem Clar contra el papel central del l¨ªder en la estrategia: ¡°Hoy poca gente ve ya a Junqueras y ERC como v¨ªctimas principales de una gran injusticia. Despu¨¦s de los indultos, la percepci¨®n es que el juego pol¨ªtico ha sustituido al moral¡±. Bosch, hace ocho a?os, obtuvo un resultado casi calcado al de Ernest Maragall el domingo, tanto en concejales como en porcentaje.
Un alto cargo de la Generalitat considera matizable que se trate de debilidad en el discurso independentista. ¡°Aguantamos en la Catalu?a carlista¡±, dice, se?alando el resultado de comarcas como el Ripoll¨¨s u Osona, zonas de tradici¨®n independentista y que coinciden curiosamente con los que fueran feudos carlistas en el siglo XIX. Las grietas parecer¨ªan estar en otros puntos. En las urnas se sali¨® a ¡°ampliar la base¡± combatiendo cuerpo a cuerpo con el PSC en el cintur¨®n rojo. La p¨¦rdida de alcald¨ªas como Sant Cugat o Figueres (que vuelven a Junts) pone en cuarentena que la ¡°gobernanza republicana¡± convenza al votante. ¡°El resultado ha sido un reflejo de las circunstancias locales, si hubiera penalizaci¨®n de los pactos con el PSC el efecto ser¨ªa generalizado y no lo muestra Junts¡±, analiza Juan Rodr¨ªguez Teruel, profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Valencia.
Los resultados dejan entrever el cierre de las ¡°utop¨ªas disponibles del 15-M y el proc¨¦s¡±, concluye Mario R¨ªos, profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de Girona. ¡°A nivel coyuntural, ERC ha perdido mucho voto, pero en el estructural mantiene capacidad¡±, agrega. En los 36 municipios de la Barcelona metropolitana (all¨ª vive el 40% de los catalanes), el 28-M dej¨® una foto id¨¦ntica a la de hace ocho a?os en t¨¦rminos de peso porcentual y con m¨¢s regidores. ¡°El peor problema es que te creas tu misma propaganda. Eso impidi¨® leer algunas se?ales de alerta¡±, dice un exconcejal de ERC al intentar explicar lo sucedido.
El martes, Junqueras responder¨¢ en una asamblea abierta a la militancia. ¡°?Pones de candidato a tu mayor fracaso electoral?¡±, critica una exconsejera nacional del partido, que como otros comparte que Junqueras busca escudarse. Fue ¨¦l mismo el que pidi¨® al portavoz encabezar la lista en Santa Coloma, feudo socialista desde hace 31 a?os. Que el partido alineara todos sus medios con esa apuesta se sald¨® con pasar de dos a tres ediles (el PSC tiene 17 de 27) y ganar cinco puntos. Solo en seis municipios metropolitanos se subi¨® en porcentaje de voto.
La derrota de Maragall es distinta. Es evidente el error estrat¨¦gico de contar con que Trias se desinflar¨ªa. Se renunci¨® a reivindicar logros renegando de Colau. El fracaso evidente en encontrar un n¨²mero dos con tir¨®n dio la idea de falta de caras. El retroceso agudiza los roces entre la direcci¨®n nacional y barcelonesa, que defiende que su ca¨ªda es homologable a la de Sabadell o Terrassa. ERC se jugaba mucho hace una semana. En las urnas del 23-J, ser¨¢ un todo o nada. ¡°La terapia que ahora toca es la paciencia¡±, asegura un exdirigente del tripartito. ¡°Otra v¨ªa [a la dialogada] no existe. Otra cosa es c¨®mo se explique eso¡±, remacha.
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