Los socialistas dan cerrojazo al ciclo independentista en Catalu?a pese a las trabas de Puigdemont
S¨¢nchez culmina el giro que buscaba con sus alianzas, mientras el expresident huye de nuevo tras una fugaz aparici¨®n
El cambio de ciclo pol¨ªtico que Catalu?a comenz¨® a vislumbrar hace m¨¢s de seis a?os con el abandono de la v¨ªa independentista unilateral por parte del grueso del movimiento secesionista registr¨® este jueves su jornada definitiva. Por primera vez desde que Artur Mas se abrazara el proc¨¦s, all¨¢ por septiembre de 2012, un pol¨ªtico alejado del soberanismo alcanz¨® la presidencia de la Generalitat. El socialista Salvador Illa, tras una jornada de nervios en el Parlament y de tensi¨®n en las calles, consigui¨® a las 19.30 sumar formalmente los 68 votos -la mayor¨ªa absoluta justa- que le abren las puertas de la primera instituci¨®n de Catalu?a tras haber ganado el PSC por primera vez en votos y esca?os las elecciones del 12 de mayo. La conquista de Illa tambi¨¦n lo es para Pedro S¨¢nchez, que ve culminada as¨ª su arriesgada operaci¨®n de pactos con el independentismo para distender el grave conflicto que ha presidido la pol¨ªtica catalana en la ¨²ltima d¨¦cada. Aunque en la jornada decisiva tuviese que digerir el trago de otra rocambolesca acrobacia de Carles Puigdemont, que aliment¨® de nuevo el discurso m¨¢s encendido del PP contra las alianzas de S¨¢nchez.
Nadie lo explicit¨® tan claramente como la portavoz de la CUP, Laia Estrada, quien sentenci¨® en su discurso: ¡°Este es el fin definitivo del proc¨¦s institucional¡±. Pero en todo cambio de ciclo conviven elementos nuevos con los antiguos y la jornada de este jueves no fue la excepci¨®n. El contrapunto a lo que pasaba en el Parlament lo puso Puigdemont, que en una fugaz aparici¨®n en el centro de Barcelona, tras casi siete a?os huido de la justicia, busc¨® el protagonismo que las urnas le negaron en mayo y logr¨® poner patas arriba las instituciones catalanas al esquivar su detenci¨®n por parte de los Mossos d¡¯Esquadra en una persecuci¨®n de tintes vodevilescos. Antes, el expresident dirigi¨® un discurso ante unos 3.500 seguidores concentrados en las inmediaciones del Parlament en el que arremeti¨® contra los jueces del Tribunal Supremo por negarse a aplicarle la amnist¨ªa. Con su huida, en medio de la muchedumbre y de la plana mayor de Junts, dej¨® a medias el cumplimiento de su promesa de asistir a la sesi¨®n de investidura. Ni siquiera deleg¨® su voto ¨Dcomo s¨ª hizo el exconseller Llu¨ªs Puig, tambi¨¦n huido desde 2017¨D lo que propici¨® que la candidatura del socialista se impusiese por dos sufragios de diferencia.
La l¨®gica alegr¨ªa de los socialistas catalanes no oculta que afianzar el cambio ser¨¢ complicado. Por la composici¨®n monocolor del Gobierno, que solo tiene asegurados los 42 diputados del PSC de un total de 135. Por las divergencias que los socios de investidura siguen teniendo y que no se esfuerzan en disimular. Y por la feroz oposici¨®n que tendr¨¢n por parte de Junts, que, al verse definitivamente apartada del poder auton¨®mico, volvi¨® a acusar al l¨ªder del PSC de pretender ¡°desnacionalizar¡± Catalu?a o, lo que es lo mismo, de no defender los intereses de los catalanes por el simple hecho de no ser nacionalistas. Los problemas tambi¨¦n llegar¨¢n de fuera. El nuevo president no lo tendr¨¢ f¨¢cil para defender y hacer avanzar ante el Gobierno central los puntos m¨¢s emblem¨¢ticos del acuerdo de investidura con ERC, basado en una financiaci¨®n auton¨®mica singular para Catalu?a, muy contestada dentro del PSOE y tambi¨¦n de sus socios gubernamentales de Sumar.
Por todo ello, el discurso de Illa estuvo alejado de triunfalismos y de las promesas de m¨¢ximos que tanto han abundado en la tribuna del Parlament la ¨²ltima d¨¦cada. El nuevo president se comprometi¨® a ¡°unir¡±, a trabajar para la aplicaci¨®n ¡°sin subterfugios¡± de la ley de amnist¨ªa y a defender una Catalu?a fuerte en una Espa?a ¡°plurinacional¡±. El refer¨¦ndum de independencia que ha monopolizado la pol¨ªtica catalana de las ¨²ltimas cuatro legislaturas ni apareci¨® en su discurso. Citando ya de entrada a Josep Tarradellas, icono del catalanismo pragm¨¢tico, se centr¨® en decir que Catalu?a ya no puede ¡°perder el tiempo¡±.
Pese a llegar al poder de la mano de las izquierdas, Illa no oculta tampoco que buscar¨¢ apoyos m¨¢s all¨¢. ¡°Catalu?a necesita abrir una etapa de consensos puertas adentro y puertas afuera¡± y ¡°afrontar sin prejuicios los conflictos pol¨ªticos mal resueltos¡±, dijo. El lugar para abordarlos ser¨¢ la Convenci¨®n Nacional que forma parte del acuerdo de investidura de PSC y ERC. Adem¨¢s, en pol¨ªticas sociales y econ¨®micas el PSC de Illa, el m¨¢s centrista de las ¨²ltimas d¨¦cadas, buscar¨¢ apoyos en Junts e incluso en el PP. Su aspiraci¨®n es, pues, consolidar la ruptura de bloques que han monopolizado la pol¨ªtica catalana los ¨²ltimos a?os. Solo quedar¨¢n fuera del radar los extremos que hoy representan los 11 diputados de Vox y los dos de los ultras de Alian?a Catalana. Ellos, junto a la CUP, fueron los ¨²nicos a los que el socialista no se acerc¨® a saludar tras conocerse el resultado de la votaci¨®n.
La colaboraci¨®n con Junts ser¨¢ capital no solo para ampliar los apoyos de Illa en Catalu?a, sino tambi¨¦n para ayudar al partido de Puigdemont a volver a una institucionalidad que hoy han perdido entre mensajes hiperventilados. Y tambi¨¦n para que los herederos de la vieja Converg¨¨ncia puedan ver alicientes a continuar ofreciendo apoyo al Gobierno de Pedro S¨¢nchez. Nada de esto pareci¨® cercano a la vista de la dur¨ªsima intervenci¨®n que el portavoz de Junts, Albert Batet, hizo en el Parlament, acusando a Illa no solo de querer ¡°desnacionalizar¡± Catalu?a sino tambi¨¦n a sus socios de investidura de ERC de pretender detener a Puigdemont como si la orden de detenci¨®n que pesa sobre el expresident huido no la hubiera dictado un juez. Que finalmente Puigdemont haya vuelto a esquivar la c¨¢rcel tiene como efecto colateral suavizar la presi¨®n sobre Esquerra del independentismo m¨¢s duro.
En el ¨¢mbito nacional, el PP no tard¨® en lanzarse contra el Gobierno por la nueva escapada del l¨ªder de Junts, pese a que el dispositivo policial que deber¨ªa detenerlo depend¨ªa enteramente de los Mossos y, por tanto, de la Generalitat. Alberto N¨²?ez Feij¨®o no tard¨® en pronunciarse en Twitter para denunciar la ¡°humillaci¨®n insoportable¡± al Estado, de la que hizo a S¨¢nchez ¡°m¨¢ximo responsable¡±. Luego sali¨® su secretaria general, Cuca Gamarra, a leer una dur¨ªsima declaraci¨®n sin preguntas en la que sostuvo que la vuelta de Puigdemont se produjo gracias a que ¡°S¨¢nchez se ha autoproclamado Estado y ley¡±, deplor¨® el ¡°espect¨¢culo bochornoso¡± y arremeti¨® contra el CNI por ¡°no cumplir su funci¨®n¡±. Gamarra inst¨® a los jueces a ¡°no dejarse presionar por el Gobierno¡±. Los populares tambi¨¦n tuvieron que soportar en su d¨ªa cr¨ªticas por no lograr impedir el refer¨¦ndum ilegal de 2017. Se lo record¨® el portavoz de Junts: ¡°No han podido detener a Puigdemont como tampoco pudieron encontrar las urnas el 1-O¡±.
El Gobierno y el PSOE mantuvieron un estricto silencio. En el Ejecutivo se sembr¨® cierta preocupaci¨®n por lo que el episodio afecta a la imagen internacional de la seguridad en Espa?a. En lo pol¨ªtico, prima la satisfacci¨®n. Y que el expresident no ingrese en la c¨¢rcel tambi¨¦n alivia en este caso la presi¨®n pol¨ªtica de un socio clave para la supervivencia del Ejecutivo.
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