El asesinato de un empresario en Martorell apunta a un robo: ¡°?Han matado al chatarrero!¡±
La v¨ªctima, Mag¨ª O., de 73 a?os, era conocido por su generosidad con vecinos y amigos, y por ostentar un elevado tren de vida
Los amigos de Mag¨ª O. se lo hab¨ªan dicho una y mil veces. ¡°De estar almorzando con ¨¦l y sacar un fajo de billetes¡±, rememora Cecilio D¨ªaz, delante de su casa apareada en Martorell (Barcelona) donde fue hallado muerto el mi¨¦rcoles por la noche. La principal hip¨®tesis policial es que entraron a robarle, y le mataron, de manera premeditada o sin perseguir ese final deliberadamente. ¡°Es que no te lo contaba, te ense?aba el dinero. Yo le dec¨ªa ?c¨®mo tienes esto aqu¨ª? ?Est¨¢s majara?¡±, prosigue su vecino, con el que iba a comer a menudo. En el barrio, se enteraron de su fallecimiento el mi¨¦rcoles por la tarde, cuando la calle se llen¨® de polic¨ªas. ¡°?Han matado al chatarrero!¡±, corri¨® una mujer a decirle a Rosa, otra lugare?a, que le conoce de toda la vida. Los investigadores sospechan que llevaba muerto al menos desde el d¨ªa anterior.
A Mag¨ª O., de 73 a?os, le conoc¨ªan en el bar, en club de f¨²tbol, en el local donde se juega al domin¨®, en la petanca... ¡°Es como nosotros, pero rico¡±, le define uno de sus amigos, ?ngel Mart¨ªn, de 78 a?os, con el que se tomaba algo habitualmente. ¡°Te invitaba a una cerveza, y pagaba con un billete de 100 euros¡±, se?ala, sobre un hecho que explican todos: que siempre manejaba efectivo, por la compra y venta de chatarra, y lo presum¨ªa. Due?o de Ferralles Martorell, hab¨ªa heredado el negocio de su padre, que regentaba un bar, y en la parte de atr¨¢s ya abri¨® una peque?a chatarrer¨ªa que hab¨ªa crecido y en la actualidad ten¨ªa sede en el pol¨ªgono Congost. ¡°Pero no estaba en nada raro. Ning¨²n mal rollo¡±, a?ade Andr¨¦s Ortega, de 74 a?os, que le conoce de los tiempos de la mili, en la que ya coincidieron.
Un vecino de las casas adosadas fue el que avis¨® de que algo no iba bien. Estaba llam¨¢ndole porque ten¨ªa el coche mal aparcado, pero no le respond¨ªa. As¨ª que se fue a buscar a una de sus dos hijas, que vive cerca, para que comprobase si estaba en la casa y si se encontraba bien. La mujer fue quien le hall¨® muerto. Mag¨ª O. yac¨ªa en el aparcamiento de su casa, en la parte trasera e interior de la vivienda, en el suelo, bocabajo, maniatado y al lado de uno de sus veh¨ªculos, explican sus amigos. La autopsia deber¨¢ determinar qu¨¦ le provoc¨® la muerte, pero no ten¨ªa heridas de armas blancas o de fuego, indican fuentes policiales.
El empresario viv¨ªa en aquella casa desde hac¨ªa unos 30 a?os. La compr¨® cuando la constru¨ªan, y all¨ª se instal¨®. ¡°Pero ten¨ªa varias propiedades m¨¢s¡±, detallan sus amigos. ?l as¨ª lo explicaba, igual que compart¨ªa con las personas de su confianza que en su vivienda, en el interior de una caja fuerte, guardaba dinero, joyas... ¡°Incluso peque?os lingotes de oro y de platino¡±, explica Cecilio D¨ªaz, de 57 a?os, quien asegura que lo hab¨ªa visto con sus ojos. Para protegerse, hab¨ªa blindado con c¨¢maras el exterior y el interior de la casa. Esa es una de las esperanzas de los Mossos para poder dar con los autores del robo.
En el barrio, nadie tiene una mala palabra para el fallecido. ¡°Ven¨ªa de vez en cuando, y era generoso con sus amigos¡±, cuenta Juan Carlos, uno de los due?os de un bar cercano. Su generosidad se extend¨ªa al Martorell Club de F¨²tbol, donde adem¨¢s de socio, era uno de sus patrocinadores. Sobreimpreso en la camiseta, el equipo llevaba el nombre de su empresa: ¡°Ferralles Martorell¡±. ¡°Con profunda tristeza, el Club de F¨²tbol Martorell comunica la p¨¦rdida de uno de nuestros miembros m¨¢s estimados, quien no solo fue un socio dedicado, sino tambi¨¦n un colaborador incansable¡±, escribi¨® la entidad en sus redes sociales.
¡°Su defecto es que iba siempre cargado con demasiado dinero, y presum¨ªa de ello¡±, se suma al lamento Rafael P¨¦rez, de 84 a?os. Y eso es algo que ya le hab¨ªa pasado factura. ¡°Le entraron un par de veces en casa, y se hab¨ªan llevado joyas y todo lo que pillaron¡±, asegura Cecilio D¨ªaz, aunque no por eso ten¨ªa miedo a que se repitiese. Esta vez, quien fuese que le atacase conoc¨ªa sus movimientos. Los agentes no han encontrado ninguna puerta forzada, aseguran fuentes policiales, y quienes fuesen que entrasen, le revolvieron la casa a fondo. La polic¨ªa cient¨ªfica segu¨ªa este jueves en la casa, recabando pruebas sobre lo que pudo ocurrir. El juzgado de instrucci¨®n 1 de Martorell ha decretado el secreto de las actuaciones.
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