Micropueblos contra la despoblaci¨®n: ¡°Nos han tratado como el patio de atr¨¢s de la ciudad¡±
Los alcaldes conf¨ªan en que el ansiado Estatuto de Municipios Rurales garantice en 2025 la singularidad del territorio, aumente los recursos y combata la despoblaci¨®n
A Elena Llaurad¨®, alcaldesa de La Granadella (Garrigues, Lleida), le llueven las peticiones de los vecinos: una sala para una actividad social; una orquesta para la fiesta de fin de a?o y un autocar para una visita cultural a Lleida de los alumnos del colegio. Y no siempre puede decir que s¨ª. ¡°Los ni?os de Lleida van a un museo andando, pero el Departamento de Educaci¨®n no comprende que los alumnos de aqu¨ª van a necesitar siempre un autocar para desplazarse¡±, se queja Llaurad¨®, con la sensaci¨®n de que los despachos de la capital no siempre son sensibles con la realidad rural.
La alcaldesa conf¨ªa en que el nuevo Estatut de Municipis Rurales que el Parlament espera aprobar a partir de 2025 responda a las necesidades y singularidades de su municipio, de 762 habitantes. ¡°Necesitamos m¨¢s recursos y menos burocracia¡±, sintetiza. Ahora el pueblo est¨¢ pendiente de completar la planta superior de un casal que qued¨® a medio hacer y por la que la alcaldesa aspira a recibir una subvenci¨®n. ¡°Solo hacer el proyecto para presentarlo a la administraci¨®n nos costar¨¢ 15.000 euros y no est¨¢ contemplado en las subvenciones. Esto es mucho dinero para nosotros¡±.
En Riner (Solson¨¨s, Lleida), con 264 habitantes, el equipo municipal cuenta con una administrativa que trabaja a jornada completa, una secretaria que tambi¨¦n hace funciones de interventora tres d¨ªas a la semana; y un t¨¦cnico que va al municipio una vez a la semana. ¡°?T¨² crees que con esta estructura podemos aspirar a las subvenciones por las que tambi¨¦n pretenden otros municipios con equipos mucho m¨¢s grandes que los nuestros?¡±, se pregunta Joan Sol¨¤, alcalde del municipio y presidente de la Associaci¨® de Micropobles de Catalunya. ¡°Nunca salimos con igualdad de oportunidades y muchos micropueblos descartan solicitar ayudas porque no tienen los recursos para hacerlo. Los grandes municipios tienen equipos enteros que se dedican exclusivamente a realizar los mismos tr¨¢mites que nosotros pero con muchas m¨¢s manos¡±, entiende.
Del total de los 947 municipios de Catalu?a, 593 (63%) tienen una poblaci¨®n inferior a los 2.000 habitantes, y 332 no superan los 500 habitantes, seg¨²n los datos recogidos en el proyecto de ley, tramitado hace un mes en el Parlament con el apoyo de las principales entidades municipalistas. ¡°El sistema de la administraci¨®n p¨²blica municipal supone una carga muy pesada [para los municipios rurales] dado que no disponen de los medios para poder cumplir todos los requisitos y gestiones exigidas por ley¡±, justifica el nuevo documento normativo. ¡°Se trata de poner en el eje de esta norma a la ciudadan¨ªa que vive en estos municipios, con id¨¦nticos derechos que el resto de ciudadanos y ciudadanas¡±.
El objetivo, entienden los alcaldes, es que cada vez que se aplique una nueva normativa esta contemple la diversidad de la zona rural. ¡°Es fundamental¡±, remarca Llaurad¨®, que pone de ejemplo las limitaciones de los planes urban¨ªsticos de zonas urbanas y zonas rurales. ¡°La altura de las casas est¨¢n limitadas por igual: ?qu¨¦ hacemos con el pay¨¦s que necesita guardar dos tractores en la parte inferior?¡±, cuestiona.
Pero los alcaldes avisan de que el objetivo final es revertir la despoblaci¨®n. Seg¨²n un c¨¢lculo de 2022 del Insitut d¡¯Estad¨ªstica de Catalunya (Idescat), la mitad de los micropueblos de menos de 500 habitantes habr¨¢n perdido poblaci¨®n en 2041 en un contexto de crecimiento demogr¨¢fico general por la inmigraci¨®n. El nuevo Estatuto tmabi¨¦n propone deducciones fiscales de hasta 1.000 euros para las personas que se muden a estos municipios.
Pocas zonas han sufrido una transformaci¨®n tan llamativa como la Cerdanya (Girona). Anna regenta una peque?a casa rural en Urtx, a pocos kil¨®metros de Puigcerd¨¤, y acoge a turistas en temporada de invierno. ¡°La mayor¨ªa es gente de Barcelona que viene a esquiar¡±, concreta. Cuando tiene hu¨¦spedes viene desde Puigcerd¨¤, donde vive, y prepara el desayuno. Este fin de semana espera a dos familias.
Vivir en un pueblo de monta?a invita fantasear a todos los visitantes que apenas pasan un fin de semana en la zona, pero Anna corta por lo sano. ¡°La gente cree que vivir en un pueblo es un privilegio, pero es duro. No todo el mundo lo aguanta¡±, dice. Y se?ala los altos precios de la vivienda: ¡°Mucha gente que ven¨ªa a trabajar en la temporada de esqu¨ª tiene que renunciar porque no pueden acceder a un piso y se van hacia Lleida, donde el metro cuadrado es m¨¢s barato¡±, se?ala. Seg¨²n datos publicados en la web de Habitaclia, el precio de las viviendas no unifamiliares en Puigcerd¨¤ han aumentado un 28% el ¨²ltimo a?o en aquellas zonas m¨¢s concurridas.
En Sant Miquel de Campmajor (Pla de l¡¯Estany, Girona), municipio de 250 habitantes, el consistorio ha adquirido un inmueble deshabitado donde viv¨ªan los antiguos panaderos del pueblo. La planta baja es el antiguo local comercial y la planta superior, la vivienda. ¡°Sufrimos una desertizaci¨®n de comercios y necesitamos servicios¡±, se?ala Oriol Serr¨¤, el edil. Los propietarios renunciaron a mantener el negocio y nadie quiso asumir la compra de todo el inmueble. Ahora el Ayuntamiento pretende conseguir recursos para ¡°rehabilitar el edificio¡±, explica Serr¨¤, alquilar la vivienda y abrir a concurso la planta baja dinamizar un negocio que impulse la vida econ¨®mica y social del municipio.
La falta de servicios y negocios es la evoluci¨®n de un modelo econ¨®mico que encontr¨® en el turismo una oportunidad, pero que seg¨²n Serr¨¤, ha acabado da?ando el propio modelo territorial. ¡°Los pueblos eran sitios para vivir y el turismo rural era un complemento para la payes¨ªa¡±, plantea. ¡°Pero con el boom de la vivienda de uso tur¨ªstico dirigida a la gente de la ciudad llegaron las empresas y la especulaci¨®n; el precio se dispar¨® y los inquilinos tuvieron que irse. Nos colonizaron y nos trataron como un parque tem¨¢tico, como el patio de atr¨¢s de la gran ciudad¡±.