El due?o de Casa Orsola se plantea vender el edificio mientras Collboni pide tiempo para mediar
El lanzamiento estaba programado para la madrugada del martes y se aplaza al pr¨®ximo 18 de febrero
El primer desahucio de la Casa Orsola, que estaba previsto para este martes a las 5.00 de la madrugada, se ha vuelto a aplazar, tras la suspensi¨®n del lanzamiento programado el pasado viernes y que no se pudo llevar a cabo por la protesta vecinal. La Casa Orsola se ha convertido en un s¨ªmbolo de la lucha en defensa del alquiler y contra la expulsi¨®n de vecinos de sus barrios. La nueva fecha ser¨¢, seg¨²n ha avanzado el Sindicat de Llogateres, el pr¨®ximo 18 de febrero a las 9.30 de la ma?ana. El aplazamiento se ha conseguido gracias a que el Ayuntamiento de Barcelona ha logrado sentar a la propiedad, los inquilinos y el Sindicato en una mediaci¨®n moderada por el S¨ªndic de Greuges de Barcelona. Paralelamente, el propietario de la Casa Orsola ha hecho p¨²blica una carta anunciando que vender¨¢ el inmueble y criticando a aquellos que le han culpabilizado de la situaci¨®n.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha comparecido este lunes en el Ayuntamiento y ha solicitado tiempo para llevar a cabo un proceso de mediaci¨®n, impulsado por el propio Consistorio, seg¨²n ha asegurado el edil. ¡°La negociaci¨®n necesita tiempo para encontrar una soluci¨®n. Nuestro objetivo es garantizar el derecho a la vivienda de los inquilinos de la casa Orsola. Debemos hacer los cambios para evitar que haya nuevas casas Orsolas¡±, ha advertido el alcalde. El Gobierno municipal tambi¨¦n ha defendido la aplicaci¨®n de la regulaci¨®n de pisos de alquiler. ¡°Hemos prohibido los pisos tur¨ªsticos a partir de 2028 y estamos tomando medidas para evitar el fraude de los contratos de temporadas. La ciudad de Barcelona pone los medios y medidas que cambien la l¨®gica del mercado en Barcelona y, en general, de Europa¡±, ha concluido.
El Sindicato de Inquilinos asegura que en la Casa Orsola hay 27 pisos; de estos, ocho tienen un alquiler de renta antigua, seis tienen contratos vigentes, cinco con contratos ya vencidos, siete en alquiler temporal y uno de los pisos est¨¢ vac¨ªo.
Minutos antes del anuncio de Collboni, el propietario del edificio Casa Orsola de Barcelona, Albert Oll¨¦, ha denunciado en una carta abierta ¡°la criminalizaci¨®n¡± que ha sufrido durante tres a?os, ¡°con ocupaciones, vandalismo y campa?as de desprestigio¡±. Oll¨¦ defiende que la propiedad ha ofrecido acuerdos a los inquilinos que negociaron directamente y critica a quienes, seg¨²n ¨¦l, instrumentalizan la vulnerabilidad. Tras recibir, seg¨²n afirma, insultos y ataques, anuncia que probablemente vender¨¢ la finca, advirtiendo que el pr¨®ximo propietario podr¨ªa no tener el mismo inter¨¦s en preservar el patrimonio ni en buscar soluciones.
Oll¨¦ considera que est¨¢ siendo v¨ªctima de un linchamiento medi¨¢tico y ha escrito la carta para dar su versi¨®n de los hechos y asegura que con muchos inquilinos se lleg¨® a una soluci¨®n. ¡°Josep Torrent nunca quiso hablar con nosotros directamente. Siempre lo hizo a trav¨¦s de una plataforma que se hace llamar Sindicat de Llogateres. Ahora, despu¨¦s de m¨¢s de tres a?os de confrontaci¨®n, ¨¦l ha conseguido ser el h¨¦roe y yo, seg¨²n parece, el criminal. O mejor dicho, el buitre criminal, como le gusta denominarme a la portavoz de esta plataforma¡±. El propietario tambi¨¦n denuncia que ¡°durante tres a?os, el edificio de Casa Orsola ha sido objeto de campa?as de desprestigio, ocupaciones ilegales e incluso actos vand¨¢licos que han da?ado un patrimonio modernista que quise preservar. Las puertas rotas, las paredes pintadas y los espacios comunes abandonados no son s¨ªmbolos de justicia social, sino de la incapacidad para conciliar derechos y deberes. ?Este es el modelo de lucha que se quiere legitimar?¡±.
Finalmente, Oll¨¦ apunta a que las causas del problema hay que buscarlas en la clase pol¨ªtica. ¡°Es consecuencia de haber confiado en aquellos que prometieron miles de viviendas sociales y no construyeron casi ninguna, o de haber votado por quien impuso la obligaci¨®n del 30% de protecci¨®n oficial, paralizando as¨ª la construcci¨®n de nueva vivienda en Barcelona. Ahora todos pagamos las consecuencias. En una sociedad donde los valores fundamentales se diluyen, hay que preguntarnos: ?Qui¨¦nes son los verdaderos buitres?¡±.
El portavoz del sindicato, Enric Aragon¨¦s, ha celebrado el aplazamiento, pero ha cargado contra el Ayuntamiento de Barcelona por lo que, seg¨²n el portavoz, es el intento del Consistorio de desmantelar la medida de la reserva del 30% de vivienda protegida. ¡°Si se desmantela, tendremos muchas Casas Orsolas. Ni el PSC ni ERC deben tener tentaciones de tumbar la medida, ser¨ªa del todo obsceno¡±, ha advertido.