De querer cerrar el CIE a reclamar su gesti¨®n: el cambio de rumbo de Junts en inmigraci¨®n
Puigdemont defiende que el acuerdo permite mejorar el centro de extranjeros, pero los activistas lamentan que se abandone el consenso para clausurarlo


El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Zona Franca de Barcelona ilustra el cambio de rumbo en las pol¨ªticas migratorias de Junts per Catalunya, que ha pasado de renegar de esas instalaciones a reclamar su gesti¨®n. Si el acuerdo entre el PSOE y la formaci¨®n de Carles Puigdemont para delegar las competencias en inmigraci¨®n a Catalu?a sale adelante, la Generalitat pasar¨¢ a tener el control del CIE, despu¨¦s de una d¨¦cada en que la mayor¨ªa de la clase pol¨ªtica catalana (tambi¨¦n Junts) ha exigido de forma reiterada su clausura. El expresident sostiene que se trata de una oportunidad para transformarlo en algo mejor, pero los activistas lamentan que el pacto pone fin al consenso hist¨®rico en torno a su cierre.
La delegaci¨®n de competencias en inmigraci¨®n, exigencia de Junts al Gobierno de Pedro S¨¢nchez, prev¨¦ ceder a la Generalitat la ¡°gesti¨®n integral¡± del CIE, incluida la ¡°direcci¨®n, coordinaci¨®n e inspecci¨®n¡± de las instalaciones. El texto, que debe ser aprobado por el Congreso, contempla que el Gobierno catal¨¢n pueda ¡°designar a los empleados p¨²blicos¡± que realicen esa tarea ¡ªahora est¨¢ en manos de agentes del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa¡ª, gestionar ¡°los servicios de asistencia sanitaria, social, jur¨ªdica, cultura y ling¨¹¨ªstica¡± a los internos y fijar mecanismos de control e inspecci¨®n.
La proposici¨®n de ley, coinciden los expertos consultados, da cierto margen de maniobra a la Generalitat para implementar cambios e introducir mejoras. Y a esa posibilidad se acoge Puigdemont para justificar el traspaso. ¡°La situaci¨®n de los CIE no es para estar orgullosos. Si Catalu?a asume la gesti¨®n, se ha de notar (...) Se tendr¨¢ que hacer un replanteamiento general¡±, defiende Puigdemont, impulsor de un acuerdo que, sin embargo, su partido no va a tener que gestionar, no al menos de forma inmediata: el president es el socialista Salvador Illa y ser¨¢ su ejecutivo el que, si el acuerdo sale adelante, fije criterios de funcionamiento del CIE.
Pero lo que la Generalitat no podr¨¢ hacer es cerrar el centro de la Zona Franca, sino gestionarlo, y hacerlo adem¨¢s siguiendo la normativa estatal (la Ley de Extranjer¨ªa). Abandonar esa posibilidad supone un punto y aparte en una reclamaci¨®n transversal que arranc¨® en julio de 2015, cuando 108 de los 135 diputados del Parlament (los de PSC, Iniciativa, la CUP, Esquerra y CiU, antecesora de Junts) aprobaron una moci¨®n para exigir al Gobierno de Mariano Rajoy su clausura. Tras escuchar a una comisi¨®n de trabajo, los diputados constataron vulneraciones de derechos de los internos, encerrados en algo muy parecido a una c¨¢rcel, en algunos casos durante 60 d¨ªas, por una infracci¨®n administrativa: encontrarse en situaci¨®n irregular en Espa?a.
¡°Se logr¨® un consenso muy amplio en el Parlament para que no hubiese CIE. Ahora, aunque la gesti¨®n sea propia, no se est¨¢ respetando ese enfoque hist¨®rico de Catalu?a de gestionar los procesos de expulsi¨®n sin recurrir a los centros¡±, lamenta Andr¨¦s G. Berrio, diputado auton¨®mico de los Comunes. Berrio fue el impulsor y una de las voces m¨¢s activas de la plataforma Tanquem els CIEs, que en junio de 2015, para calentar motores antes de la votaci¨®n del Parlament, congreg¨® a un millar de personas frente a las instalaciones, todo un logro porque es un lugar inh¨®spito y de dif¨ªcil acceso. En esa protesta particip¨® tambi¨¦n Ada Colau, reci¨¦n elegida alcaldesa de Barcelona, que pidi¨® ¡°una ciudad libre de CIE¡±.
Lo que no consiguieron ni la movilizaci¨®n social ni los grupos pol¨ªticos lo logr¨® (temporalmente) la covid, que oblig¨® al cierre provisional del centro de la Zona Franca. En febrero de 2021, despu¨¦s de que el Ministerio del Interior lo reabriera, Laura Borr¨¤s, entonces l¨ªder de Junts, grab¨® un v¨ªdeo frente a las instalaciones en las que hac¨ªa suyo el lema de los activistas de Tanquem els CIE. Borr¨¤s denunci¨® que el espacio ¡°vulnera los derechos humanos¡± y es una muestra del ¡°falso progresismo¡± del Gobierno de S¨¢nchez. Aunque sigue la cr¨ªtica al CIE, en estos cuatro a?os el discurso del partido sobre inmigraci¨®n ha virado. Presionado por Alian?a Catalana ¡ªel partido de ultraderecha independentista que amenaza con arrebatarle parte del electorado¡ª, Junts ha virado hacia un discurso de m¨¢s mano dura en el control de la inmigraci¨®n.
¡°Es un sistema ineficaz¡±
Foco silencioso de conflicto por el aislamiento de los internos, el drama del CIE de Barcelona sali¨® a la superficie en enero de 2012, con la muerte por infarto de Idrissa Diallo, guineano de 21 a?os. La Defensora del Pueblo constat¨® carencias graves en la atenci¨®n sanitaria a los internos. Fue el inicio de una movilizaci¨®n popular que llev¨® a implementar mejoras (asistencia sanitaria y jur¨ªdica, nombramiento de jueces de control). Los internos, sin embargo, siguen en situaci¨®n de detenidos a la espera de una expulsi¨®n que, adem¨¢s, en muy pocos casos se acaba produciendo.
¡°Los CIE se crearon para hacer cumplir la Ley de Extranjer¨ªa, pero en la pr¨¢ctica apenas sirven para efectuar expulsiones. Son totalmente ineficaces, acaban siendo m¨¢s disuasorios que otra cosa¡±, explica David Querol, vocal de la comisi¨®n de extranjer¨ªa del Consejo General de la Abogac¨ªa Espa?ola (CGAE) y profesor de la Universitat de Barcelona. Querol coincide en que la propuesta permite a la Generalitat implementar ¡°cambios¡± en la gesti¨®n, pero sin salir del carril de la norma estatal y sin posibilidad de cerrarlo. ¡°Es un poco contradictorio que, despu¨¦s de a?os proclamando que se iban a cerrar los CIE, ahora pasen a ser gestionados por una delegaci¨®n de competencias¡±, afirma.
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