La milenaria historia de Valencia a trav¨¦s de una plaza

A unos metros de donde historiadores y arque¨®logos sit¨²an el n¨²cleo principal de la Valentia fundada por los romanos en el 138 a. C., las obras de remodelaci¨®n de la plaza de la Reina, una de las m¨¢s monumentales de la capital por la presencia de la torre de El Micalet y la Catedral, no solo han servido para cambiarle la piel a este espacio tan singular sino que han destapado infinidad de restos arqueol¨®gicos que permiten ahondar m¨¢s en la recreaci¨®n detallada del pasado milenario de la ciudad. Los hallazgos incluyen desde un horno de la ¨¦poca romana republicana, cer¨¢micas isl¨¢micas, un muro posiblemente de la ¨¦poca visigoda o los ra¨ªles del primer tranv¨ªa contempor¨¢neo. Tambi¨¦n los cimientos de un aparcamiento de las postrimer¨ªas del franquismo que ha dado muchos quebraderos de cabeza.

Son cientos de piezas hist¨®ricas que han salido a la luz cuando se renovaban las tuber¨ªas del agua potable y el cableado el¨¦ctrico o se hac¨ªan catas selectivas. Despu¨¦s de recuperar y catalogar 96 cajas de restos, la Generalitat y el Ayuntamiento han decidido tapar las edificaciones descubiertas y se estudiar¨¢ si se hacen nuevas excavaciones m¨¢s adelante.

El arquitecto Jos¨¦ Mar¨ªa Tom¨¢s comenz¨® en abril del a?o pasado la remodelaci¨®n de una de las plazas m¨¢s singulares pero poco aprovechadas de la ciudad. La planificaci¨®n urban¨ªstica actual no le hac¨ªa justicia y el plan era ganar 10.000 metros cuadrados de espacio peatonal, conservando el acceso en coche solo para residentes y clientes del aparcamiento subterr¨¢neo construido en los 70. Las obras deb¨ªan realizarse en doce meses con un presupuesto de 10,8 millones de euros y solo hab¨ªa previstas catas arqueol¨®gicas donde iban soterrados los contenedores de residuos y las jardineras y en otro punto del proyecto. Pero cuando los operarios de Iberdrola abrieron las zanjas aflor¨® un aut¨¦ntico tesoro arqueol¨®gico que da cuenta del papel que desempe?¨® la ciudad en las civilizaciones que se sucedieron en el Mediterr¨¢neo.

Se sabe que la plaza de la Reina, de la que hoy parte la numeraci¨®n de todas las calles de la ciudad o donde se instal¨® el primer sem¨¢foro, fue el l¨ªmite al sur de la primera ciudad romano-republicana. ¡°Estamos sobre el n¨²cleo fundacional, que se va ampliando con los siglos y, seg¨²n evoluciona, se van superponiendo diferentes cosas. En la ¨¦poca romana, esta plaza ser¨ªa el l¨ªmite de la urbe y en la ¨¦poca isl¨¢mica ya queda dentro de la ciudad¡±, resume la responsable del Servicio de Investigaci¨®n Arqueol¨®gica Municipal (SIAM), Pepa Pascual.

Han aparecido restos de ¨¦pocas sobre las que hab¨ªa poca informaci¨®n; por ejemplo la visigoda. ¡°Es lo m¨¢s interesante¡±, a?ade el concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, del que dependen las obras de peatonalizaci¨®n. ¡°Estamos hablando de los siglos V o VI¡±, apostilla Pascual.

Antes de estos hallazgos inesperados, la Universitat de Val¨¨ncia acometi¨® en 1966 otra excavaci¨®n en esta misma plaza. ¡°Se hicieron cuatro catas en un ¨¢rea m¨¢s pegada a la Catedral y aparecieron una serie de restos romanos importantes. Pero la fase tardoantigua y visigoda (del siglo III al VIII) estaba muy diluida, pr¨¢cticamente no aparecieron. Fueron catas muy peque?as y no detectaron los restos que ahora han aparecido¡±, apunta la responsable del Servicio Municipal. ¡°Pens¨¢bamos que eran romanos pero luego se vio que era material romano reaprovechado (sillares y un friso tallado) que se emple¨® en la etapa visigoda¡±, a?ade. Son paramentos o muros que formar¨ªan parte de una construcci¨®n de la que se conservan 1,50 metros de altura datados entre el segundo cuarto del siglo IV o primera mitad del V. Seg¨²n las investigaciones, fue una etapa de destrucci¨®n, con incendios y derrumbe de edificios en lo que entonces era la ciudad.

¡°Tanto por la t¨¦cnica constructiva como por los materiales ese edificio apuntaba a que era de ¨¦poca tardoantigua-visigoda. Y en otra cata cercana apareci¨® otro muro de estas caracter¨ªsticas, y parece que pertenece a una edificaci¨®n de esta ¨¦poca de la que no se ten¨ªa conocimiento y que habr¨ªa que relacionar con toda la sede episcopal que est¨¢ en la plaza de La Almoina y su entorno. No se sab¨ªa que hab¨ªa edificios de esa cronolog¨ªa que llegaban tan al sur¡±, a?ade Pascual.

En la ¨¦poca visigoda (siglos V y VI) surge en la ciudad la gran ¨¢rea Episcopal y fuera proliferan talleres artesanales y zonas de industria. Y prueba de ello es el contrapeso de una prensa, de vino o aceite, que los arque¨®logos creen que se ha conservado tan bien porque estaba enterrada bajo una plaza donde no se hicieron cimentaciones. Todas esas piezas se han recuperado y est¨¢n en el almac¨¦n del SIAM para analizarlas. En unos meses se har¨¢ un estudio m¨¢s exhaustivo de lo hallado y en dos a?os la memoria definitiva.

Tambi¨¦n han aparecido monedas de diferentes ¨¦pocas, que se est¨¢n limpiando y restaurando. Han inventariado unas 70 pero un pu?ado de ellas, unas 19, estaban todas juntas en un pavimento de una calle de ¨¦poca isl¨¢mica y los arque¨®logos piensan que pueda ser un tesorito que alguien de aquella ¨¦poca escondi¨® o perdi¨®. Son monedas de la ¨¦poca de Jaume I, del siglo XIII, con acu?aciones de las casas de moneda de Barcelona y la de Valencia.

De la ¨¦poca isl¨¢mica han aparecido bastantes restos, entre ellos, una casa bien conservada, descubierta al este de la plaza, junto a la calle del Mar, del siglo XI, y pintada a la almagra, de rojo.

Estos hallazgos y el mal estado del aparcamiento han retrasado la obra, explica el concejal. El final de los trabajos previstos a finales de abril se atrasar¨¢ hasta julio, y el presupuesto inicial se ha ampliado en 1,6 millones de euros, lo que le ha valido al Ayuntamiento cr¨ªticas de la oposici¨®n. La Direcci¨®n General de Patrimonio de la Generalitat valenciana y el Ayuntamiento debatieron qu¨¦ hacer con las construcciones halladas en el entorno de la plaza y finalmente decidieron cubrirlas. ¡°Queremos estudiarlo y ver si es interesante excavar y luego qu¨¦ hacer con ello. Hay que estudiarlo con tranquilidad, ahora no pod¨ªamos hacerlo. Entonces, decidimos acabar la plaza y en un futuro valoraremos qu¨¦ hacer.¡±, concluye Grezzi.