Luc¨ªa Benavente mata a su personaje: ¨¦xito y tragedia en una historia de Instagram
La suya ha sido una de las vidas ¡®online¡¯ m¨¢s seguidas de la ¨²ltima d¨¦cada. Un asombroso y colorido ¨¦xito empresarial que ha convivido, sin filtros, con no pocos dramas personales
Luc¨ªa Benavente y Miguel ?ngel Herranz se trasladaron en 2010 a Portillo de Toledo para empezar una vida juntos. La historia de esta uni¨®n y de ese hogar ha sido una de las m¨¢s virales en Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada al contar con centenares de miles de seguidores. Un ejercicio de narraci¨®n entre lo azaroso de la exposici¨®n en las redes, el ¨¦xito empresarial y la tragedia personal. Una historia que incluye la creaci¨®n de una marca, Luc¨ªa Be, con m¨¢s de 30 empleados, el nacimiento de cuatro hijos, dos abortos, un c¨¢ncer infantil superado y otro que acab¨® en 2020 con la vida del poeta Miki Naranja, seud¨®nimo de Herranz.
Esta es tambi¨¦n una historia de Instagram. ¡°Lo quise vender como en las redes que me iba a la Toscana. Si miraba por una ventana ten¨ªa las ovejas y el campo, pero si miraba por la otra ten¨ªa un pol¨ªgono industrial¡±, cuenta Benavente a EL PA?S. Sin mucho que hacer, tras convertir el cuartito de la plancha en su estudio, se plant¨® en el Ayuntamiento para pedir que Telef¨®nica instalara un poste que le diera acceso a internet: ¡°Estaba dispuesta a ir al pleno, pero me lo negaron, as¨ª que fui a otro lugar donde sigo acudiendo en busca de soluciones: Google. Resulta que nosotros mismos pod¨ªamos encargarlo y era bastante barato¡±. Con el poste autofinanciado, adem¨¢s de aumentar su constancia de entradas en un blog, aumentaron sus fuentes de inspiraci¨®n. Se le ocurri¨® poner a la venta sus tocados florales. ¡°No vend¨ªa ni uno, pero segu¨ªa escribiendo, creando comunidad sin darme cuenta. Y, entonces, lleg¨® Instagram y, mientras empez¨¢bamos a pensar en tener hijos, llegaron las ventas¡±, explica.
Luc¨ªa Be era el personaje que hoy mata en su tercer y ¨²ltimo libro Gracias, vida (L¨¹nwerg). Pero la exitosa marca de complementos, papeler¨ªa, decoraci¨®n y otras derivadas capaces de transmitir el optimismo y la cara m¨¢s luminosa de esta valenciana hija de familia numerosa contin¨²a con el nombre. ¡°En casa no ten¨ªamos dinero, pero mis padres atesoraban mucha sensibilidad cultural. Se escuchaba ¨®pera como algo habitual y, como no pose¨ªamos muchas cosas, mi padre nos hac¨ªa pintar todo el tiempo. As¨ª que siempre he estado pintando, jugando a contar historias y eso me ha hecho tener una mentalidad muy art¨ªstica, muy libre, porque ese era un poco el mensaje en casa: haz lo que quieras; eso s¨ª, te lo vas a tener que pagar t¨²¡±.
Y as¨ª fue. Para costearse sus estudios de periodismo en Pamplona trabaj¨® desde el primer curso: ¡°me pas¨¦ unos a?os como camarera en la Cl¨ªnica Universitaria, empujando los carros con bandejas de comidas y cenas y robando alguna croqueta de vez en cuando. Estaba agotada, pero feliz, porque estudiaba algo que, sin ser tan art¨ªstico como para que nadie se preocupara por mi futuro, parec¨ªa que me iba a permitir hacer algo creativo¡±.
Nada m¨¢s lejos de su realidad. La experiencia en medios (agencias, diarios, televisi¨®n) se convirti¨® en una serie de escenas de precariedad. Finalmente, encontr¨® acomodo en una editorial valenciana de revistas de tendencias y libros de arte y cocina: ¡°Acab¨¦ como redactora jefa porque trabajo como una burra. Pero ya no aprend¨ªa nada nuevo y, sinceramente, casarme fue la excusa social para no dar demasiadas explicaciones y poder volver a empezar de cero¡±.
Su vida cambi¨® cuando conoci¨® a Miki Naranja. El noviazgo con el poeta fue breve y apasionado. Tanto, que los anim¨® a iniciar su camino solos en un pueblo manchego, sin arraigo, desde donde resetearse. All¨ª se suceder¨ªan nacimientos, abortos y c¨¢nceres, pero tambi¨¦n una creatividad desatada y p¨²blica ¨Cen ambos casos¨C, ¡°una suma de aprendizajes muy fuertes¡±. ¡°Pienso en lo ingenuos que hemos sido con las redes, aunque estoy muy agradecida por lo que ha supuesto Instagram para m¨ª¡±, cuenta.
En este relato de vida hubo un momento trascendental: ¡°Decid¨ª abrir mis propias redes sociales, abandonando mi trabajo hasta esa fecha y cediendo ese personaje a la empresa¡±. Benavente empez¨® a encontrar fuertes contradicciones entre sus mensajes comerciales y la exposici¨®n familiar. ¡°Han sido a?os de pasillo de hospital, mientras la empresa no dejaba de crecer. A?os de combinar mi forma de ser incontrolable, entusiasta, con la crianza de cuatro hijos y dos c¨¢nceres. ?C¨®mo he logrado hacer convivir todo eso? No pudiendo. Y, quiz¨¢, escindiendo mis redes y mostrando, aun as¨ª, un 10% del Amazonas que he llorado¡±. Benavente se refiere a este proceso en sus redes como su Everest.
Hoy baja de su cima con la edici¨®n del libro. Y digiere este largo proceso: ¡°Para m¨ª, ha llegado el momento de vivir, no de contar¡±. Se ha mudado con la prole a Valencia, ha empezado a hacer surf, ha lanzado un podcast y ha escrito 30 canciones junto a su hermano peque?o, con el que espera que alg¨²n d¨ªa se materialice el sue?o de tener un grupo de m¨²sica. Es f¨¢cil verla pasear sobre su skate cerca del mar, por la playa de la Patacona (Alboraya), meci¨¦ndose tras esta d¨¦cada en el foco, llena de luces y sombras, en la convivencia que confronta ¨¦xito y realidad frente a las exigencias del algoritmo: ¡°A veces, la vida es un merder [expresi¨®n valenciana que hace referencia a un lugar lleno de mierda], pero, incluso en esas situaciones, siempre hay algo de lo que aprender y por lo que dar gracias. Estoy en esas¡±.
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