Una memoria de las ciencias esculpida sobre 175 a?os de historia
El Instituto Ribalta de Castell¨®n, uno de los m¨¢s antiguos de Espa?a, custodia en dos museos 4.000 especies animales y bot¨¢nicas junto a artilugios de los siglos XIX y XX para la ense?anza cient¨ªfica
¡°No es un s¨®lo un instituto. Es un museo¡±, advierte Jos¨¦ Luis Lorenz, director del IES Ribalta de Castell¨®n, al abrir las puertas del centro antes de mostrar, manojo de llaves en mano, la historia y el legado que atesora entre sus muros. Grabados de Goya y hasta 4.000 especies en su desconocido Museo de Ciencias o cientos de instrumentos que completan la tambi¨¦n rec¨®ndita galer¨ªa de F¨ªsica y Qu¨ªmica son ejemplos de esa did¨¢ctica del tiempo que abandera el centro...
¡°No es un s¨®lo un instituto. Es un museo¡±, advierte Jos¨¦ Luis Lorenz, director del IES Ribalta de Castell¨®n, al abrir las puertas del centro antes de mostrar, manojo de llaves en mano, la historia y el legado que atesora entre sus muros. Grabados de Goya y hasta 4.000 especies en su desconocido Museo de Ciencias o cientos de instrumentos que completan la tambi¨¦n rec¨®ndita galer¨ªa de F¨ªsica y Qu¨ªmica son ejemplos de esa did¨¢ctica del tiempo que abandera el centro ¡°y que ojal¨¢ pueda compartirse con la sociedad¡±, reivindica.
El Ribalta celebra en este curso su 175 aniversario. Es el m¨¢s antiguo de la provincia (el ¨²nico hasta 1966) y uno de los 56 m¨¢s longevos de Espa?a, junto a sus hom¨®logos de Alicante (Jorge Juan) y Valencia (Llu¨ªs Vives). En sus aulas se han formado los cinco alcaldes de la democracia de la capital, entre los que se incluye el tambi¨¦n expresidente del Consell Alberto Fabra; personalidades ilustres como el qu¨ªmico Avel¡¤l¨ª Corma, Premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Ciencia; o exministros: de Marcelino Domingo en la II Rep¨²blica a Serrano S¨²?er en el franquismo o Juan Costa ya en la etapa democr¨¢tica.
Eje del conocimiento desde 1846, la primera sede del llamado Instituto Provincial de Segunda Ense?anza fue el antiguo convento de las Monjas Claras en la calle Mayor, donde se ubica la plaza Santa Clara. Aqu¨ª empezaron 96 estudiantes de toda la provincia y llegados tambi¨¦n de Santander, Ja¨¦n o Zaragoza. Desde 1917 su historia va ligada al emblem¨¢tico edificio de la avenida Rey Don Jaime, proyectado por el arquitecto Francisco Tom¨¢s Traver, de 7.000 metros cuadrados y declarado BIC. ¡°En el Castell¨®n de la ¨¦poca destacaba mucho por su magnitud. Representaba un foco de cultura importante, de la que siempre andamos escasos¡±, explica Pascual Mezquita, jefe del departamento de Historia del IES Ribalta. De estilo neorom¨¢nico, el edificio se inspir¨® en el de la Universidad de Barcelona. Acogi¨® la Biblioteca Provincial y el Museo de Bellas Artes y tambi¨¦n, hasta 1975, el Observatorio Meteorol¨®gico.
Es julio y el calor aprieta. Lorenz recibe a EL PA?S para guiar una visita por las entra?as del centro. Sin actividad docente por vacaciones, el silencio que impregna el interior del instituto impone. En el trayecto hacia el vest¨ªbulo, recuerda los or¨ªgenes del Ribalta en el citado convento ¡°tras la expulsi¨®n de las Clarisas por la desamortizaci¨®n de Mendiz¨¢bal¡± hasta la inauguraci¨®n de la sede actual, el 14 de enero de 1917.
El vest¨ªbulo, la escalinata y los grabados de Goya
El vest¨ªbulo es magnitud. La estatua del escultor Francisco Ribalta, que da nombre al centro, vigila la escalera central del espacio. ¡°Todos los alumnos desean llegar a segundo de Bachillerato para hacerse la foto de su promoci¨®n aqu¨ª¡±, indica el director, mientras se desplaza a su despacho, que comparte con Mar¨ªa Jes¨²s Cazador, la vicedirectora, y al que se accede por el lateral izquierdo de la escalera. Es inmenso, con una mesa presidencial que, dice, no utiliza. ¡°Bienvenidos al despacho del ministro¡±, r¨ªe, mientras muestra la placa de Alfonso X el Sabio, la m¨¢xima distinci¨®n en el ¨¢mbito educativo, concedida recientemente al centro por el ministerio por su trayectoria docente centenaria ¡°y por ser referente de la educaci¨®n p¨²blica, gratuita e inclusiva¡±. El despacho conserva todav¨ªa mobiliario del antiguo convento. Sorprenden los grabados de Goya que cuelgan de sus paredes. El centro atesora 15 piezas del pintor aragon¨¦s, aunque suma en total 200 grabados de diferentes autores, todos de principios del siglo XX. ¡°Se utilizaban como material docente para las clases de dibujo, como pod¨ªa serlo un microscopio¡±, detalla Mezquita.
Las alegor¨ªas de Vicent Castell
La escalinata conduce a otra de las estancias principales del hist¨®rico edificio, el sal¨®n de actos. Lorenz enciende las luces y se hacen visibles las pinturas de 1915 de Vicent Castell Dom¨¦nech homenaje a las disciplinas impartidas en el instituto: de la geograf¨ªa y la geometr¨ªa al dibujo, la historia o la agricultura. ¡°Mi primer claustro ordinario aqu¨ª como director fue el 3 de junio, e impone¡±, reconoce. ¡°Es importante que el alumnado nuevo sepa d¨®nde est¨¢, que esto es un patrimonio que hay que cuidar¡±, apostilla mientras cierra el sal¨®n para continuar la visita.
Museos con vistas a los claustros
El sol se cuela por uno de los tres claustros, el que recae en el acceso al sal¨®n de actos. A un extremo y otro de la puerta se ubican los dos museos que custodia el instituto y que abren ocasionalmente para las visitas de escolares. El de Ciencias desvela una colecci¨®n ingente de especies naturalizadas de jabal¨ªes, lemures, nutrias o armadillos, pero tambi¨¦n mariposas, especies bot¨¢nicas y minerales. 4.000 piezas de las 2.700 est¨¢n expuestas. ¡°La ¨²nica manera que ten¨ªan los alumnos de finales del XIX y principios del XX de ver espec¨ªmenes era llev¨¢ndolos al instituto. No hab¨ªa ni m¨®viles ni documentales de La 2¡å, explica entre risas Ferran Aparici, bi¨®logo, exjefe del departamento de Ciencias del Ribalta y miembro del grupo Geoda, que trabaja voluntariamente en este museo, ¡°una memoria de la did¨¢ctica de las ciencias¡±, incide.
Unas 140 especies de aves, entre ellas ¨¢guilas reales (con precio: 15 reales de vell¨®n); dioramas que muestran el desarrollo de un polluelo; una sala de mam¨ªferos con un ornitorrinco ¡°cesi¨®n del ministerio, como casi todo¡±, o una jineta mel¨¢nica; dos esqueletos humanos; una de las colecciones de conchas m¨¢s completas de la Comunidad Valenciana; y hasta 800 especies de minerales y 200 f¨®siles completan esta colecci¨®n. Cruzando el sal¨®n de actos, y pasando el segundo claustro del edificio, emerge el Museo de F¨ªsica y Qu¨ªmica. La puerta se resiste pero abre. Un proyector de cine, espejos parab¨®licos, l¨¢mparas de proyecci¨®n, orbitales at¨®micos, c¨¢maras fotogr¨¢ficas o circuitos el¨¦ctricos artesanales yacen en la sala, que desprende olor a antiguo. ¡°Durante el siglo XIX la formaci¨®n cient¨ªfica inclu¨ªa una parte de pr¨¢ctica y experiencia muy notable, por eso los centros fueron dotados de materiales muy valiosos¡±, explica Lorenz.
De Aretha Franklin a Rosal¨ªa
Los pasillos del instituto recogen a¨²n muestras de los d¨ªas importantes que festeja el alumnado, como el de las Mujeres Relevantes de la Historia. Fotos de Maria Anna Mozart, Aretha Franklin o Rosal¨ªa resisten en el pasillo, justo en el acceso a una de las aulas, ubicada en la antigua capilla, desacralizada. Mujeres que, sin embargo, fueron pr¨¢cticamente invisibles en las primeras d¨¦cadas de la historia del centro. ¡°?Sabes que desde 1846 a 1900 s¨®lo hubo 9 alumnas?; la mayor¨ªa se matriculaban pero no iban a clase, estudiaban en casa y se examinaban en la modalidad de estudios libres¡±, recuerda Pascual Mezquita.
Refugio antia¨¦reo
La ruta conduce al claustro principal, en la parte trasera, donde se concentra la actividad deportiva hoy. Uno de los accesos lleva de nuevo al despacho de direcci¨®n, y antes a la sala de profesores, donde se ubica la entrada al refugio de la Guerra Civil. Con capacidad para 300 personas, se hizo para albergar a profesores y alumnos en caso de bombardeo. No es visitable, indica Mezquita, mientras explica los vaivenes del centro durante el conflicto. Convertido en hospital militar con la entrada de los franquistas, la actividad docente se traslad¨® desde junio de 1938 al Llu¨ªs Vives. ¡°Al acabar la guerra las clases volvieron a Castell¨®n, aunque primero a la calle Herrero, porque los militares, seg¨²n documentos de la ¨¦poca, se resist¨ªan a abandonar el edificio de rey don Jaime, que funcion¨® como hospital hasta la primavera de 1939¡å, a?ade.
La visita por la historia que encierra el emblem¨¢tico edificio llega a t¨¦rmino. El instituto afronta este 175 aniversario con el reto de buscar el equilibrio entre la apertura de su valor muse¨ªstico y su labor docente, impartida en tres turnos y dirigida a 2.000 estudiantes. ¡°No es f¨¢cil¡±, reconocen desde el centro, citando los ejemplos de otros institutos hist¨®ricos en los que abrir sus museos ha implicado recortar docencia. A la espera de que se defina el futuro de sus dos colecciones muse¨ªsticas, el IES Ribalta ha dado un primer paso con la exposici¨®n abierta hasta julio en el Menador, y enmarcada en los actos de este 175 aniversario, para compartir una selecci¨®n de las piezas y artilugios utilizados entre el siglo XIX y principios del XX para la ense?anza cient¨ªfica. Para exportar a la sociedad su did¨¢ctica del tiempo.