L¡¯Etno, el bum de un peque?o museo etnol¨®gico valenciano que ha sido elegido el mejor de Europa
El innovador centro, premiado con un t¨ªtulo que tambi¨¦n luce el Guggenheim de Bilbao, ha multiplicado el n¨²mero de visitantes
Los museos cuentan historias y L¡¯Etno ¡ªMuseo Valenci¨¤ d¡¯Etnologia¡ª, dedicado a la cultura popular valenciana, guarda cientos de ellas. Sus salas, ubicadas en el Centro Cultural de la Benefic¨¨ncia en Valencia, contienen aut¨¦nticas joyas que, sin nostalgia y con una est¨¦tica atrevida y contempor¨¢nea, invitan a reflexionar sobre la identidad valenciana, los estereotipos culturales y los contrastes del territorio y sus gentes. As¨ª, una humilde palangana de pl¨¢stico, de las que valen un euro, recibe en una vitrina del vest¨ªbulo al visitante curioso. Un d¨ªa se rompi¨® de tanto uso y su propietaria se tom¨® la molestia de reconstruirla con una aguja caliente, mostrando una manera de enfocar la vida que puede ser que valiera la pena recuperar. Alguien se refiri¨® una vez a L¡¯Etno como el museo de los trastos. ¡°Y con mucho orgullo hemos aprendido a mirar esos trastos con gafas capaces de detectar joyas y hemos encontrado much¨ªsimas¡±, asegura su director, Joan Segu¨ª.
L¡¯Etno no es, por tama?o y tem¨¢tica, uno de esos museos de gran atracci¨®n de p¨²blico como lo son los de arqueolog¨ªa o arte, por eso el galard¨®n que recibi¨® a principios de mayo como mejor museo de Europa ha emocionado doblemente al equipo que lo dirige. El jurado decidi¨® entregar el premio EMYA (European Museum of the Year Award) al centro valenciano, creado a principios de los ochenta por Joan Francesc Mira en la Diputaci¨®n de Valencia. Era la quinta ocasi¨®n que Espa?a consegu¨ªa este galard¨®n, que ya tienen el Medina Azahara de C¨®rdoba (2012), el Cosmocaixa (2006), el Museo Arqueol¨®gico Provincial de Alicante (2004) o el Guggenheim de Bilbao (2000). ¡°Son instituciones de tama?o m¨¢s potente que L¡¯Etno, por tanto, para nosotros el premio es un reconocimiento importante; la sensaci¨®n es que alguien con autoridad nos ha dicho que pasemos de la tercera o cuarta fila, a la primera. El equipo del museo est¨¢ todav¨ªa en shock, en el sentido de acabar de creerse que el trabajo que hemos hecho durante tantos a?os ha tenido un reconocimiento tan feliz¡±, explica Segu¨ª.
Los momentos de dudas en los que el equipo cambi¨® el rumbo y dej¨® de operar de una manera m¨¢s cl¨¢sica en t¨¦rminos de museograf¨ªa o museolog¨ªa han desaparecido. ¡°Ahora vemos esa evoluci¨®n clara, sabemos que cogimos el camino adecuado¡±, subraya el director. El galard¨®n ha disparado las visitas al museo. Solo en mayo recibieron 9.000 y en los seis primeros meses de este a?o completaron las de todo 2022. Suman unos 29.000 visitantes. La exposici¨®n permanente est¨¢ en una media de 4.000 personas mensuales, en enero tuvieron 1.500 o 2.000, que son las cifras habituales, pero las 9.000 visitas de mayo y siguientes han subido la media.
L¡¯Etno tiene mucho p¨²blico infantil, porque es un museo con una amplia oferta did¨¢ctica, tambi¨¦n ha consolidado un publico mayor de 40 o 45 a?os. Pero luego tiene un agujero en adolescentes y j¨®venes. El equipo de Segu¨ª apost¨® por una est¨¦tica y una narrativa que ya se estaba viendo en museos suizos como el Neuch?tel o canadienses como en Quebec. ¡°Son museos de etnolog¨ªa pero la manera de presentar el contenido y el guion es muy anal¨ªtico, poco nost¨¢lgico. No queremos contar el proceso de recolecci¨®n del arroz sino qu¨¦ tiene de identitario o c¨®mo se mezcla el ser valenciano, la producci¨®n arrocera y la paella. Provoca m¨¢s curiosidad presentar una paella e interpelar si es valenciana o no y, a partir de ah¨ª, puedes hablarle al p¨²blico del presente, de la identidad, de un patrimonio que puede parecer casposo y aburrido pero que habla de cosas que les afectan y de las que tienen opini¨®n¡±, apunta.
La exposici¨®n permanente No es f¨¢cil ser valenciano ni valenciana fue uno de los elementos m¨¢s valorados por el jurado de los EMYA. Renovada en 2020, el t¨ªtulo est¨¢ inspirado en un grafiti pintado en una calle cercana al museo por, seg¨²n han investigado, un chico de Barcelona que vive en Madrid y frecuentaba Valencia. ¡°Tiene una base antropol¨®gica sobre qu¨¦ pasa con las identidades culturales, que se han vuelto muy complejas porque la gente se mueve mucho. Ahora coges un avi¨®n y eres un valenciano en Colombia, un ecuatoriano en Valencia o un sueco en Benidorm. Todo ello hace que la identidad cultural no se pueda cortar con un cuchillo sino que sea un magma fluido que se va definiendo y redefini¨¦ndose muy r¨¢pidamente¡±, abunda el director.
Las exposiciones temporales completan las piezas del puzzle del museo etnogr¨¢fico. En el curr¨ªculo aparecen las dedicadas a las bandas de m¨²sica, a los valencianos en EE UU, a deportes como la pilota valenciana, y en la actualidad a las fosas de Paterna, donde fueron fusilados y enterrados cientos de represaliados por el franquismo. ¡°Es un caso singular coherente con nuestra l¨ªnea de no huir de nuestra responsabilidad¡±, apunta el director. En torno al museo se ha consolidado un sinf¨ªn de iniciativas como el festival Etnomusic, que este a?o ha celebrado su 20 aniversario, o Espanta la por, un proyecto que, aprovechando la pujanza de Halloween, repasa cada a?o por Todos los Santos el imaginario m¨¢s fant¨¢stico de la cultura valenciana. L¡¯ETNO trabaja adem¨¢s en L¡¯Incontrolat, un peque?o festival dedicado al mundo del documental etnogr¨¢fico que esperan coja fuerza pronto; y en su Etnoxarxa, donde colabora con los 32 museos etnogr¨¢ficos que tiene la provincia.
El centro etnogr¨¢fico planifica ya las que ser¨¢n exposiciones del futuro y una de las que est¨¢n sobre la mesa es el cambio de las sociedades rurales desde los a?os 50 o 60 del siglo pasado hasta hoy: ¡°Desde el abandono del medio rural hasta el cambio de mentalidad: qu¨¦ se pierde, qu¨¦ se gana... Ahora se est¨¢ dando el proceso contrario; gente del ¨¢mbito urbano que vuelve al mundo rural y la mentalidad del urbanita entra como elefante en cacharrer¨ªa en aquellos espacios. Esas fricciones nos interesan mucho. Esa sociedad rural que est¨¢ deshaci¨¦ndose pero no del todo y tambi¨¦n est¨¢ rehaci¨¦ndose¡±, explica Segu¨ª.
Otra de las l¨ªneas de inspiraci¨®n del equipo es la relaci¨®n entre identidad y comida. ¡°Hemos visto muchas reacciones en torno a si la paella que hay en la exposici¨®n permanente es la valenciana. A partir de aspectos de la cultura popular o tradicional podemos elaborar un discurso en el que nuestros hijos, a poco que piensen, se dan cuenta de que les afecta. Nuestra funci¨®n es ayudar a abrir interrogantes dando la perspectiva del punto del que parten¡±. Pura antropolog¨ªa.
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