La Altea de Carmelina S¨¢nchez-Cutillas
El lazo afectivo de la escritora con el municipio fue permanente y profundo y se concret¨® en su libro m¨¢s aclamado, ¡®Mat¨¨ria de Bretanya¡¯
Carmelina S¨¢nchez-Cutillas fue declarada Escritora del a?o por la Acad¨¨mia Valenciana de la Llengua en 2020. Al a?o siguiente, esta entidad public¨® su Obra Completa. Mucho antes Altea reivindic¨® su figura con la creaci¨®n del premio de prosa que lleva su nombre.
En realidad, S¨¢nchez-Cutillas naci¨® en Madrid en 1927 y vivi¨® en Valencia toda su vida, donde muri¨® en 1999. Pero su relaci¨®n con Altea fue permanente y profunda, por obra y gracia de los or¨ªgenes familiares. Este lazo afectivo se concret¨®, adem¨¢s, en su libro m¨¢s aclamado, Mat¨¨ria de Bretanya. Este volumen recibi¨® el Premi Andr¨°mina de los Octubre de 1975 e inmediatamente entr¨® en la leyenda.
Pocos saben que do?a Carmelina, adem¨¢s de una prosista delicada, fue la autora de una destacable obra po¨¦tica. Como el p¨²blico en general tiene la sana costumbre de no leer versos, ignara t¨ªtulos como Un m¨®n rebel (1964) o Conjugaci¨® en primera persona (1969), que revelan un mundo propio y merecieron los elogios de Joan Fuster. Fuster abomin¨® de su propia poes¨ªa, aunque fue un vate original con destellos de genialidad. No cometi¨® el error de ahorrar encomios para los vers¨ªculos ajenos, cuando lo merec¨ªan. S¨¢nchez-Cutillas, como Maria Beneyto, por ejemplo, construyeron una obra l¨ªrica de gran inter¨¦s en un pa¨ªs bibli¨®fago, adormecido por el veneno franquista y poco interesado en los asuntos buc¨®licos o eleg¨ªacos, y menos si sus autoras eran mujeres y escrib¨ªan en lenguas no imperiales.
El caso es que Carmelina S¨¢nchez-Cutillas volc¨® toda la potencia l¨ªrica atesorada en Mat¨¨ria de Bretanya y consigui¨®, con ello, mitificar su para¨ªso en la Marina. Su obra maestra es al mismo tiempo un libro de recuerdos ¨Cde una comarca anterior a la masificaci¨®n tur¨ªstica- y una reivindicaci¨®n pr¨¢ctica de una lengua incontaminada y pr¨ªstina.
Un ejemplo:
¡°L¡¯estiu era com els partits de llargues que jugaven els homes els diumenges al carrer Fondo; pilota ve pilota t¡¯envie. I les pilotes eren la gent que carregava els muls amb les eines m¨¦s necess¨¤ries i les m¨¤rfegues de pellorfes de dacsa seques, que et ficaves al llit i feien ric rac, com si tots els ratolins del m¨®n correguessen per damunt de totes les pellorfes seques de dacsa del m¨®n. I l¡¯estiu era al carrer Fondo per on venien les pilotes i se n¡¯anaven. I la partida de llargues era la vida que viv¨ªem a l¡¯estiu, perqu¨¨ la calor ens portava agafats de les mans seues i les mans de la calor eren fetes de cel blau i de sol fort i de dies llargs i de clarors de nit t¨¨bia¡±.
?Y qu¨¦ relaci¨®n pod¨ªan tener Altea y la Marina con el rey Arturo y el Santo Grial? Quiz¨¢ lo que nos quiso indicar S¨¢nchez-Cutillas es que la b¨²squeda de ese c¨¢liz m¨ªstico ha de realizarse all¨¢ donde se perdi¨® nuestra infancia. Porque hay un tesoro escondido en el coraz¨®n de todo ni?o o ni?a que correte¨® por una playa desierta y luego, con los avatares biogr¨¢ficos, esa joya que cre¨ªmos desaparecida para siempre es restaurada por la literatura. Ya dej¨® escrito Proust que ¡°los verdaderos para¨ªsos son los para¨ªsos que hemos perdido¡± y algo de un prop¨®sito inequ¨ªvocamente proustiano late en la prosa perfecta de Mat¨¨ria de Bretanya.
La Altea de hoy se parece muy poco a la evocada por Carmelina. La l¨ªnea inacabable de urbanizaciones donde la lengua habitual suele ser el ingl¨¦s no sabe nada de Griales imposibles ni de criaturas atrapadas en un sue?o de memoria y felicidad. Los que buscan Sol y Playa en la Marina podr¨ªan darse de bruces con Lancelot y Perceval. Pero ya no les entender¨ªan.
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