Los acampados por la vivienda de Valencia quieren prender en otras ciudades: ¡°No solo afecta a los j¨®venes¡±
Un grupo de j¨®venes plant¨® el s¨¢bado por la noche una veintena de tiendas de campa?a en la plaza del Ayuntamiento de la ciudad en demanda de alquileres asequibles
Una gran manifestaci¨®n, secundada por dos centenares de organizaciones ciudadanas y miles de personas, recorri¨® el pasado s¨¢bado las calles de Valencia en demanda de viviendas asequibles y contra la especulaci¨®n. Las columnas de gente que salieron de diferentes barrios de la capital convergieron en la plaza del Ayuntamiento para denunciar ...
Una gran manifestaci¨®n, secundada por dos centenares de organizaciones ciudadanas y miles de personas, recorri¨® el pasado s¨¢bado las calles de Valencia en demanda de viviendas asequibles y contra la especulaci¨®n. Las columnas de gente que salieron de diferentes barrios de la capital convergieron en la plaza del Ayuntamiento para denunciar el desorbitado crecimiento de los alquileres y de ah¨ª naci¨® ¡°una acampada espont¨¢nea¡± donde medio centenar de j¨®venes plantaron sus tiendas de campa?a. Dos d¨ªas despu¨¦s siguen instalados tras de constituirse en asamblea y decidiendo cada paso de manera horizontal. Con pancartas donde puede leerse ¡°Casas sin gente, gente sin casa¡±, denuncian la injusticia de que haya muchas personas que no puedan pagarse un piso.
?lex Masi¨¢ (24 a?os) es uno de los acampados. Trabaja de ¡°negro¡± para una editorial y estudia Filosof¨ªa Moral y Pol¨ªtica. ¡°Estuvimos la primera noche despiertos por si ven¨ªan a desalojarnos¡±, explica este lunes, pero, ¡°por suerte¡±, no sucedi¨® y la acampada sigue en pie. ¡°Vamos a intentar alargarla todo lo que podamos¡±, plantea este estudiante, que comparte piso de alquiler en Valencia con otros dos compa?eros y a pesar de eso consume un 60% de su sueldo solo en procurarse un techo.
Los acampados se re¨²nen por la ma?ana para preparar actividades y talleres y tambi¨¦n la asamblea de la tarde, que es cuando acude m¨¢s gente. De momento, ni el gobierno local ni el auton¨®mico ha contactado con ellos. Solo una pareja de la Polic¨ªa Local y dos furgonetas de la Polic¨ªa Nacional rondan por los alrededores pues, de momento, es una ocupaci¨®n de la v¨ªa p¨²blica. ¡°Si esto empieza a hacer da?o a los que gobiernan supongo que contactar¨¢n con nosotros¡±, conjetura ?lex.
Javi (35 a?os) tambi¨¦n acamp¨® desde el principio. Prepara en estos momentos una oposici¨®n y a pesar de que ya supera la treintena no le queda m¨¢s remedio que compartir piso. Vive en Benimaclet y se siente privilegiado porque considera su alquiler, de 700 euros, justo. ¡°Pero en el piso de arriba, donde yo tengo tres habitaciones, han sacado cinco y est¨¢n alquilando a 450 euros cada una; en total, unos 2.000 euros¡±, explica.
¡°Los pisos en venta se los queda el capital extranjero y la alternativa que nos dan es vivir de alquiler pero con el problema de la turistificaci¨®n es dif¨ªcil porque los caseros quieren rentabilizar al m¨¢ximo sus inversiones¡±, denuncia. ¡°Hay gente que acumula propiedades y no muestra escr¨²pulos con los precios, y por parte de las Administraciones no hay suficiente oferta, no hay una alternativa p¨²blica a lo que est¨¢ sucediendo¡±, lamenta.
Pasan algunos minutos de las 10 de la ma?ana y en la ¨²ltima hora han ido llegando a la plaza representantes de diferentes colectivos ciudadanos porque en redes sociales ha corrido el rumor de que se iba a desalojar la acampada. Carlos Rodr¨ªguez (70 a?os) se ha acercado para apoyarlos. Pertenece al movimiento de Iaioflautas Valencia y considera la lucha por la vivienda un asunto muy necesario e intergeneracional. ¡°No es solo una cuesti¨®n de los j¨®venes, es de toda la sociedad, que no puede permitir alquileres cada vez m¨¢s caros en un contexto de sueldos bajos¡±.
Lo m¨¢s importante, plantea Carlos, ser¨ªa disponer de un parque p¨²blico de vivienda para el alquiler, expropiando, por ejemplo, los pisos de la Sareb y tambi¨¦n los que est¨¢n en poder de los fondos buitre, y sacarlos a precios asequibles. ¡°Dicen que la gente joven tiene ahora m¨¢s cosas que antes, que tienen mucho ocio, pero es que muchos est¨¢n con salarios de 700 u 800 euros o con dos trabajos¡±, sostiene. Esta persona mayor vive en el barrio de Benimaclet y all¨ª un piso viejo, de tres o cuatro habitaciones, lo est¨¢n alquilando a 1.300 o 1.400 euros., cuenta. ¡°Y no hablo solo de j¨®venes sino de familias convencionales¡±, a?ade.
Maribel (61 a?os) tiene el d¨ªa libre, le han llegado ecos de que pod¨ªan desalojar el campamento y se ha acercado hasta la plaza para apoyarles y preguntarles si necesitan algo. ¡°Yo tengo casa pero da igual, es todo muy vergonzoso. Todo el mundo tiene derecho a una vivienda, a estar bajo techo, como dec¨ªa mi madre. En mi barrio, el Bot¨¢nico, la gente se est¨¢ yendo a otras zonas porque el alquiler se ha puesto car¨ªsimo. Pero se trasladan y se encuentran que los precios est¨¢n igual¡±, apunta. A Maribel le parece escandalosa la transformaci¨®n de muchos bajos en pisos tur¨ªsticos. ¡°Ahora vivimos otra burbuja y los gobiernos tienen que apostar por la vivienda p¨²blica porque la especulaci¨®n es brutal¡±. Tampoco entiende que un piso de protecci¨®n oficial deje de ser p¨²blico y se pueda especularse con el pasados unos a?os.
Mar¨ªa Alandes, la Mataobras ¡ªlleva a?os denunciando la proliferaci¨®n de pisos tur¨ªsticos en todos los barrios¡ª se dirige a los acampados para preguntarles qu¨¦ necesitan. Fue una de las convocantes de la protesta del s¨¢bado en la capital valenciana. ¡°Estamos muy contentos con el resultado. La manifestaci¨®n no es el final sino el principio de algo y vamos a insistir hasta que nuestras reivindicaciones sean escuchadas¡±, apunta.
Bru (29 a?os), una persona trans no binaria, cuenta los problemas que tiene para encontrar casa. A los habituales precios altos por la turistificaci¨®n o los movimientos especulativos, explica, se une que hay caseros que son transf¨®bicos y le ponen m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Cuando me ven ni siquiera me entrevistan¡±, denuncia Bru que gracias al apoyo de su familia ha podido remontar muchas veces esas dificultades. Pero hay otra gente que no tiene tanta suerte. ¡°Tenemos la intenci¨®n de que la acampada sea indefinida y sabemos que con un gobierno de PP y Vox [en el Ayuntamiento] intentar¨¢n desalojarnos pero trataremos de resistir. Tenemos muchas ganas de seguir, queremos conseguir un segundo 15-M¡±, a?ade.
Jorge Ramos (38 a?os) es profesor de Historia Contempor¨¢nea de la Universitat de Val¨¨ncia y hoy est¨¢ en la plaza. Estuvo hace a?os dando apoyo al 15-M en 2011, tambi¨¦n al movimiento Primavera Valenciana, y en abril pasado a la acampada por Palestina, la primera que prendi¨® en Espa?a. ¡°No podemos dejar nunca de pelear por un mundo mejor y es muy emocionante ver a j¨®venes y no tan j¨®venes participar en las asambleas¡±, apunta. Este profesor opina que la acampada es una protesta perfectamente compatible con el 99% de la sociedad. ¡°Vamos a intentar que la campa?a se mantenga el mayor tiempo posible y que se extienda a otras ciudades, adem¨¢s de que es compatible con otro tipo de protestas y reivindicaciones, como es la huelga de alquileres. Queremos que se topen los precios y se expropie a los fondos buitre porque nos est¨¢n expulsando de nuestras ciudades¡±, concluye.
La delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernab¨¦, ha destacado que la acampada se est¨¢ desarrollando de una manera pac¨ªfica y, mientras siga as¨ª, la presencia de la Polic¨ªa Nacional es solo ¡°preventiva¡±. El presidente de la Generalitat, Carlos Maz¨®n, ha trasladado su ¡°comprensi¨®n, solidaridad y empat¨ªa¡± a las personas acampadas en la plaza del Ayuntamiento. ¡°Tienen toda la raz¨®n¡±, ha reconocido, al tiempo que ha subrayado que ¡°al fin tienen un gobierno que est¨¢ tomando medidas ocho a?os despu¨¦s de un colapso injustificable por parte del anterior Gobierno del Bot¨¤nic¡±. La oposici¨®n, PSPV y Comprom¨ªs, han exigido que se aplique la ley estatal de Vivienda y se topen los precios del alquiler.