Paiporta y Chiva libran su batalla contra el barro y la desesperaci¨®n. ¡°Hemos vivido como si fu¨¦semos un pueblo fantasma¡±
Una riada de voluntarios se vuelca con dos de las poblaciones m¨¢s castigadas por la dana
Una riada de voluntarios, cargados de palas, escobas, agua y comida y toneladas de solidaridad, caminaban este viernes, festivo de Todos los Santos, en lenta procesi¨®n desde Valencia hacia Paiporta (27.000 habitantes), el municipio valenciano donde la dana ha dejado ya 62 fallecidos, para retirar barro y echar una mano. El torrente de gente era abrumador y, en paralelo, el atasco de coches, tambi¨¦n. Conforme entraban a pie se daban de bruces con un escenario desolador, una zona cero barrida por la cat¨¢strofe. Una poblaci¨®n que, ayudada por voluntarios, sigue d¨ªas despu¨¦s de la pesadilla en su batalla contra la desesperaci¨®n y el barro que dej¨® a su paso el barranco del Poyo cuando se desbord¨® el pasado martes por la tarde.
A las puertas del auditorio municipal, el Ayuntamiento ha dispuesto un punto de reparto de agua y alimentos, y una cola interminable de ciudadanos, con carros y bolsas, esperan su turno despu¨¦s de d¨ªas sin luz ni agua. Juan (57 a?os), Vanesa (43) y Armen (60) explican que est¨¢n psicol¨®gicamente destrozados. ¡°Los dos d¨ªas que nos hemos tirado sin luz, sin agua, sin que un helic¨®ptero venga y nos diga si viene una segunda riada, sin m¨¦dicos¡ Hemos estado literalmente como un pueblo fantasma, eso nos ha destrozado los pocos ¨¢nimos que nos quedaban¡±, apunta Vanesa.
Utilizan el agua de los garajes inundados para tirarla a los inodoros, de los que ya rebosa el lodo, y han tenido que acarrear a pie la comida que sus familiares y conocidos les han acercado hasta las rotondas del t¨¦rmino municipal. ¡°Por favor, necesitamos un corredor especial para que autobuses nos puedan llevar a Valencia y luego volver. No podemos caminar cinco kil¨®metros para comprar cada vez¡±, se queja Armen, que explota indignado: ¡°Lo que ha pasado no es normal en un pa¨ªs desarrollado. Esto no es Europa ni Espa?a, parece un pueblo de ?frica¡±. Tambi¨¦n piden contenedores ¡ªse los llev¨® el torrente riada¡ª para tirar la basura porque muchos la guardan en sus casas.
Unos metros m¨¢s all¨¢, el due?o de una farmacia que hoy ha podido subir la persiana del todo y entrar a comprobar los da?os ¡ªel agua super¨® los 1,80 metros de altura¡ª, ayuda como puede. Muchos medicamentos y dem¨¢s productos se han perdido, pero los pocos botes de leche de f¨®rmula infantil, pa?ales, biberones o chupetes que quedan los ha sacado a la calle y colocado en una mesa para repartirlos entre las familias que lo necesiten. ¡°Algunos est¨¢n manchados en el exterior, pero si se limpian, sirven¡±, explica.
Ya pegado al barranco, Lucas, empleado de la Universitat de Val¨¨ncia, que el d¨ªa de la riada teletrabajaba en su casa, retira el barro hacia la calzada y ah¨ª se almacena hasta que los camiones con mangueras puedan pasar y con agua a presi¨®n limpien las calles. ¡°Hay mucha descoordinaci¨®n¡±, critica. En la siguiente esquina, un cami¨®n de la Unidad Militar de Emergencias (UME) se dispone a extraer con bombas el agua de un garaje inundado y la mirada de preocupaci¨®n de los vecinos lo dice todo. Creen que puede haber coches con gente dentro. Ya lo han visto en d¨ªas pasados. La alcaldesa de Paiporta, Maribel Albalat, no para de moverse de un lado a otro, all¨ª donde la requieren, y mantiene la entereza como puede.
A 33 kil¨®metros de Paiporta est¨¢ Chiva, otro de los municipios afectados por el desbordamiento de otro barranco, el del Gayo. En esta localidad (17.000 habitantes), la dana dej¨® casi 500 litros por metro cuadrado en pocas horas, lo que sumado al agua que bajaba de m¨¢s arriba, desencaden¨® una tragedia que se ha cobrado una decena de vidas en un balance todav¨ªa provisional. La fuerza del agua derrib¨® muchas de las casas que estaban a las orillas del barranco. J¨¦ssica Besteiro (37 a?os), due?a de una empresa de fontaner¨ªa, ha perdido la vivienda de abajo. ¡°Est¨¢ todo destrozado, no hay nada. Ayer sacaron a una madre y su hija de un coche, fallecidas¡±, explica mientras se le rompe la voz. Una vecina, de 87 a?os, tambi¨¦n perdi¨® la vida con la riada. Cuatro d¨ªas despu¨¦s de la tragedia, J¨¦ssica sigue conmocionada.
No obstante, la localidad recupera poco a poco la normalidad. La limpieza de las calles avanza a buen ritmo y la preocupaci¨®n del Ayuntamiento es la situaci¨®n en que se encuentran las urbanizaciones y diseminados de este municipio tan amplio. Emilio Morales, concejal de Comprom¨ªs y exalcalde de esta localidad del interior, reparte combustible porque hay desabastecimiento y tambi¨¦n ha ayudado a repartir agua potable a las casas. ¡°Hemos estado sin agua, sin luz y sin comida. Ayer [por el jueves] comenz¨® a llegar comida y agua embotellada de otros municipios de alrededor. Ya tienen luz, pero siguen sin agua y ya disponen tambi¨¦n de cobertura: ¡°Me han entrado 900 mensajes de golpe¡±, explica.
El Pol¨ªgono industrial La Pah¨ªlla, de Chiva, ha sido otro de los enclaves destrozados por el agua. Agentes de la Guardia Civil volaban a mediod¨ªa su dron a varios metros del suelo en busca de desaparecidos o fallecidos en otra de las zonas devastadas por la dana. La v¨ªa del tren est¨¢ impracticable, hay coches esparcidos por los campos, un cami¨®n de la UME repart¨ªa agua por la tarde y una legi¨®n de voluntarios, pertrechados con palas y cepillos, se afanaban en limpiar un hotel inundado en el pol¨ªgono. O lo que surja.
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