Contrarreloj para limpiar Paiporta: ¡°Ayer el lodo a¨²n nos llegaba a las rodillas¡±
Con mascarilla y guantes en mano, cientos de voluntarios apuran la limpieza de los pueblos afectados, ante el riesgo de contaminaci¨®n de las aguas estancadas
Malos olores constantes, 15 cent¨ªmetros de lodo y dos monta?as de escombros de casi dos metros de altura aguardan frente a la casa de Ana Mateu. C¨®mo la mayor¨ªa de los vecinos de Paiporta, esta mujer de 33 a?os, lamenta la cr¨ªtica situaci¨®n del pueblo seis d¨ªas despu¨¦s de la tragedia. La dificultad por mover los escombros m¨¢s pesados ¡ªmuebles, electrodom¨¦sticos, y enseres que los habitantes han logrado sacar de sus casas¡ª sigue retrasando las labores de limpieza. Hay zonas de la localidad donde la maquinaria pesada no ha llegado y los vecinos advierten del peligro que supone el estancamiento de las aguas, que en algunas partes del pueblo se entremezcla con los desechos org¨¢nicos provenientes de viviendas y bares. En otras, el alcantarillado est¨¢ desbordado, por lo que el fango de la lluvia se mezcla con aguas fecales. ¡°Si no morimos ahogados, vamos a morir por las infecciones¡±, lamenta Mateu.
La limpieza de las calles se ha convertido en una carrera contrarreloj donde participan miles de voluntarios y c¨¦lulas reducidas de instituciones del Estado, como el Ej¨¦rcito y el cuerpo de Bomberos. ¡°Nos faltan camiones para cargar y trasladar los escombros¡±, comparte Abraham Padr¨®s, sargento primero del UME de Zaragoza, quien expone que al pueblo han llegado aproximadamente 150 unidades. ¡°Nuestra principal labor es despejar las v¨ªas de comunicaci¨®n para que m¨¢s efectivos puedan llegar a la zona¡±, concluye.
Pese al gran despliegue de voluntarios, los problemas de coordinaci¨®n son constantes. ¡°?No es mejor tirar el lodo hacia el otro lado?¡±, se pregunta un joven que con pala en mano intenta despejar la zona. Nadie responde. La llegada de m¨¢s voluntarios agiliza las labores de limpieza de la zona, pero tambi¨¦n revierte lo que muchos vecinos han logrado. ¡°Cuando ya hemos conseguido despejar la cera, nos vuelven a tirar el caldo los de la otra calle¡±, agrega Llopis quien argumenta que la limpieza de las zonas con viviendas debe ser primordial, principalmente para evitar la propagaci¨®n de bacterias en el agua. Expertos consultados por EL PA?S se?alan que la acumulaci¨®n de basura y restos de animales muertos pueden aumentar la posibilidad de contraer infecciones gastrointestinales que provocan bacterias como el campylobacter, una de las cuatro principales causas en el mundo de diarrea.
¡°Lo que necesit¨¢bamos desde el primer d¨ªa es una persona que nos explique cu¨¢l es la mejor forma de organizar la limpieza, porque cientos de vecinos han dejado los muebles frente a su casa y con esto han levantado murallas para despejar el lodo¡±, expone Ignacio Zuvano, un vecino de la zona.
En algunas viviendas son necesarias hasta 15 personas para terminar de despejar el fango. ¡°El mi¨¦rcoles el nivel del agua lleg¨® a los tres metros en esta calle¡±, explica Javier Soria, un voluntario veintea?ero que se?ala una marca de lodo recta en la pared. ¡°Ayer a¨²n nos llegaba a las rodillas en esta casa y hoy por fin puede verse el suelo¡±. Sin embargo, no todos los habitantes pueden decir lo mismo. En algunas calles el agua lodosas a¨²n llega a los tobillos hasta este lunes al mediod¨ªa. Una vecina de la zona tiene la misi¨®n de advertir que hay varias alcantarillas abiertas y que se debe caminar ¨²nicamente por la cera por el riesgo a caerse.
Trabajar sin visi¨®n
Sedav¨ª y Alfafar son dos pueblos de la provincia de Valencia que podr¨ªan ser uno solo, porque los divide una calle. Si no eres vecino, se complica saber qu¨¦ pueblo es cada uno. Menos todav¨ªa cuando el caos se apodera de todo. Sedav¨ª tiene unos 10.000 habitantes, mientras que en Alfafar viven unos 21.000. La escena no es muy distinta de la que se ve en Catarroja o Paiporta: voluntarios, militares de la UME (Unidad de Emergencias), bomberos, Polic¨ªa Nacional. Todos luchan por sacar el fango, la basura y los residuos de estas poblaciones.
Jordi Guijarro (35 a?os, Oliva) es operario de una de las empresas que recorren estos d¨ªas las zonas de la cat¨¢strofe. ?l y un compa?ero levantan, una a una, las tapas de las alcantarillas de Sedav¨ª, que est¨¢n inundadas hasta arriba de ese l¨ªquido espeso, marr¨®n y maloliente, omnipresente en las calles. Se bajan del cami¨®n cisterna e introducen el tubo para extraer lo que hay dentro. La cisterna tiene, seg¨²n Guijarro, 9.000 litros de capacidad. En toda la ma?ana la han vaciado tres veces y acaban de empezar la calle. Guijarro explica que los vecinos est¨¢n echando de todo a los imbornales, algo que considera ¡°entendible, por la desesperaci¨®n¡±. Todo lo que la gente limpia de los bajos de los edificios y casa va directa a los imbornales y de ah¨ª a la l¨ªnea principal del alcantarillado. Esa agua contiene, adem¨¢s de heces, todos los residuos que la gente ha tirado estos d¨ªas: ¡°Cargadores, de m¨®viles, rotuladores, de todo lo que te puedas imaginar hay aqu¨ª¡±. ¡°Esta calle tardaremos una semana en limpiarla¡±, considera. Guijarro se?ala que para terminar de limpiar el alcantarillado se puede ¡°tardar meses¡±. Cada 20 minutos tienen que vaciar la cisterna del cami¨®n. ¡°Perdemos mucho tiempo con eso¡±, asegura. ¡°Si solo fuese agua la podr¨ªamos tirar por ah¨ª, pero la mugre hay que llevarla a un lugar especial¡±, dice Guijarro.
¡°No vemos lo que estamos pisando con los veh¨ªculos y pinchamos¡±, se quejan los bomberos. Bajo el manto de fango en las calles hay objetos de todo tipo. Urtzi De Mend¨ªvil (30 a?os, Vitoria) es bombero y participa este lunes en las labores de limpieza de Sedav¨ª. ¡°La mierda no sale de las calles al mismo ritmo que de las casas y nos encontramos esta situaci¨®n¡±, considera. ¡°No hay viabilidad en las calles, tenemos muchos veh¨ªculos pinchados¡±, y se?ala hasta tres que tiene alrededor de ¨¦l en la misma calle. De Mend¨ªvil explica que le piden a la gente que echen las cosas ¡°un metro m¨¢s all¨¢ de las casas, para que no se aneguen los imbornales¡± con este tipo de residuos, pero que si los sacan en medio de la calle, les piden que los metan porque si no, ¡°no pasan los veh¨ªculos¡±. Muchos vecinos dejan basura de sus casas y negocios en mitad de la calle, lo que genera montones de escombros. La situaci¨®n es muy ca¨®tica y el papel de cada cual no est¨¢ claro. Unos vecinos sacan todo lo que encuentran dentro de una tintorer¨ªa y lo colocan en mitad de la calle. Un bombero les pide que no acumulen ah¨ª la basura porque ¡°se montan barricadas¡± y no pueden pasar.
Jorge Sobrino (28 a?os, Alicante) vac¨ªa junto a un equipo de j¨®venes el interior de un bazar en Sedav¨ª. El agua revent¨® el escaparate de cristal. En un mont¨®n en la calle dejan los escombros, ¡°luego viene la maquinaria y se los lleva¡±. Sobrino se queja de que hay muy poca intervenci¨®n de los servicios p¨²blicos, aunque matiza que no es verdad que desde la administraci¨®n no se haga nada. ¡°Solo tenemos mascarilla FP2 y guantes. Nos los dan en un puesto¡±, explica Sobrino sobre la protecci¨®n que usan. Seg¨²n explica Sobrino, la asociaci¨®n empresarial Jovempa, que organiza su grupo de voluntarios, les va a mandar una gr¨²a que ellos coordinar¨¢n en un pol¨ªgono de Sedav¨ª para mover coches pesados.
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