C¨¢diz, un para¨ªso atrapado en el desempleo
La provincia vive sumida en elevadas cifras de paro y de destrucci¨®n de industria, pese a su ubicaci¨®n estrat¨¦gica y su potencial tur¨ªstico
Un s¨ªmbolo puede surgir en cualquier momento y lugar. El de las huelgas del metal de C¨¢diz naci¨® el pasado 23 de noviembre, en una avenida de la barriada obrera del R¨ªo San Pedro de Puerto Real. La indignaci¨®n recorri¨® la provincia y el pa¨ªs al paso de una enorme tanqueta policial para reprimir las violentas protestas. En plena campa?a para las elecciones andaluzas de este domingo, la tanqueta ha confirmado el valor que se le intu¨ªa como alegor¨ªa del mal laboral que asola C¨¢diz, sin aparente respuesta nacional o regional. Cada cual ha resignificado el momento a su forma, de las coplas reivindicativas de este pasado Carnaval a las referencias interesadas en da?ar la lucha sindical de la candidata ultraderechista Macarena Olona, en el debate del pasado lunes. Pero nadie parece dar con la respuesta que permita a la provincia escapar de la paradoja de ser el epicentro del paro, pese a su ubicaci¨®n estrat¨¦gica y su potencial tur¨ªstico.
C¨¢diz es la tercera provincia andaluza en poblaci¨®n con sus m¨¢s de 1,2 millones de habitantes. Gestiona uno de los puertos de mercanc¨ªas m¨¢s importantes de Europa ¡ªel de Algeciras¡ª y el polo qu¨ªmico m¨¢s destacado de Andaluc¨ªa ¡ªen el Campo de Gibraltar¡ª. Su viento y 3.000 horas de sol le hacen ser de las punteras andaluzas en la producci¨®n de energ¨ªas renovables. Los 260 kil¨®metros de litoral, los seis parques naturales y los 27 conjuntos hist¨®ricos monumentales alimentan un turismo tan creciente que el sector servicios ya emplea en la zona al 78,4% de la poblaci¨®n activa, seg¨²n datos de la ¨²ltima Encuesta de Poblaci¨®n Activa.
Pero la paradoja se hace frustrante si estos atractivos se contrastan con los lastres que hunden el optimismo en C¨¢diz: en el primer trimestre lider¨® el paro andaluz con un 26,3% de desempleo que solo se corrige estacionalmente en los veranos, municipios como La L¨ªnea de la Concepci¨®n o Sanl¨²car de Barrameda se cuelan recurrentemente en los rankings de rentas per c¨¢pita m¨¢s bajas, la econom¨ªa sumergida y el narcotr¨¢fico empobrece la realidad social gaditana en muchos barrios y la densidad empresarial est¨¢ ¡°20 puntos menos que la media nacional de empresas (por cada mil habitantes), diez puntos por debajo de la media regional¡±, como recuerda Javier S¨¢nchez Rojas, presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios de C¨¢diz.
La crisis end¨¦mica de C¨¢diz arranc¨® con la p¨¦rdida del comercio de ultramar en el siglo XIX, se agrav¨® con el desmantelamiento industrial de los astilleros en los a?os 70 y 80, empeor¨® a¨²n m¨¢s con la recesi¨®n econ¨®mica iniciada en 2007 y, cuando los indicadores mejoraban, la pandemia se llev¨® por delante a 10.000 empresas, sustituidas ahora por compa?¨ªas nuevas y, por tanto, ¡°m¨¢s d¨¦biles¡±, como reconoce S¨¢nchez Rojas. Ante ese panorama, la provincia luc¨ªa dividida en sus reivindicaciones ¡ªah¨ª est¨¢ la tricapitalidad oficiosa de C¨¢diz, Jerez y Algeciras¡ª y su descr¨¦dito ante la pol¨ªtica con datos de municipios abstencionistas alarmantes ¡ªel 60% de los vecinos de Puerto Serrano no vot¨® en las ¨²ltimas andaluzas de 2018¡ª. Hasta que la huelga del metal de noviembre uni¨® territorios y a trabajadores de distintos sectores en sus gritos contra la precariedad.
¡°Se ha vuelto a hablar de clase obrera, que se hab¨ªa olvidado. El problema del metal es tan importante como el de la hosteler¨ªa¡±. Pasados siete meses de aquella insurrecci¨®n, David Rodr¨ªguez, electricista eventual de 52 a?os y uno de los fundadores del sindicato Coordinadora de Trabajadores del Metal Bah¨ªa de C¨¢diz, resume as¨ª para qu¨¦ sirvi¨® aquella huelga. ?l vive en la avenida Ferm¨ªn Salvochea del R¨ªo San Pedro, justo la v¨ªa que se viraliz¨® aquel d¨ªa de noviembre por la presencia de la tanqueta. Tras llegar al acuerdo que puso fin a la huelga, pero no satisfizo a eventuales como Rodr¨ªguez, el trabajador tiene claro para qu¨¦ sirvi¨® aquellos d¨ªas y esa respuesta policial: ¡°Pas¨® por mi lado y fue incre¨ªble. Pasado el tiempo, creo que nos ha reforzado por lo torpes que han sido¡±.
Trabajadores m¨¢s unidos
Rodr¨ªguez percibe a los gaditanos ahora m¨¢s unidos en la defensa de sus intereses que antes de las manifestaciones, aunque tambi¨¦n reconoce que la situaci¨®n del metal hoy es mucho m¨¢s precaria que en los a?os 80, momento en el que los obreros de la provincia volvieron a cerrar filas por las protestas de astilleros. No es el ¨²nico que piensa as¨ª. El soci¨®logo de la Universidad de C¨¢diz Manuel Arcila cree que ¡°ha habido pocos cambios¡± en estos ¨²ltimos meses: ¡°No solo es la reacci¨®n exagerada y desafortunada de la tanqueta, es el reflejo en el gasto y en los futuros presupuestos para la provincia. Al final todo se queda en promesas. La campa?a es un ejemplo con temas que llevan d¨¦cadas pendientes, como el nuevo hospital [de C¨¢diz capital]. A nadie se le cae la cara de verg¨¹enza de sacar un tema que ya deber¨ªa estar solventado¡±.
Ese es uno de los motivos por los que Rodriguez tiene claro que los gaditanos ¡°deber¨ªan protestar m¨¢s¡±. ¡°He trabajado muchos a?os en el norte de Espa?a. Cu¨¢nto m¨¢s para el sur, menos trabajo hay y se cumplen menos los convenios. En C¨¢diz, se trabaja m¨¢s horas y se cobra menos en relaci¨®n a la realidad del norte¡±, reflexiona Rodr¨ªguez. Y eso que la provincia sigue marcada por dos importantes t¨®picos que son tambi¨¦n paradigma de la imagen m¨¢s negativa del andaluz. Uno exterior que la se?ala como zona laboralmente conflictiva y supuestamente entragada solo al ocio y la fiesta. Otro interior, en el que la poblaci¨®n est¨¢ ensimismada en cierta ¡°vocaci¨®n de victimismo¡±, como apunta Arcila, forjada a base de d¨¦cadas de abandono institucional a una periferia que sigue esperando una soluci¨®n espec¨ªfica que no llega.
Pese a ello, Arcila resalta como han mejorado los datos de desempleo en los ¨²ltimos meses, impulsados principalmente por un turismo que intenta ¡ªcon demasiado esfuerzo¡ª desestacionalizarse. ¡°Seguimos en la cola, pero no estamos tan mal¡±, apunta el soci¨®logo. Javier S¨¢nchez Rojas tambi¨¦n se niega a instalarme en el pesimismo y recuerda la senda de crecimiento que inici¨® C¨¢diz antes de la pandemia y a la que espera que la provincia llegue de nuevo, pese al contexto internacional de inflaci¨®n y guerra en Ucrania: ¡°El reto ahora es recuperar esa senda de crecimiento¡±. Y si no siempre quedar¨¢ la calle. Esa justo a la que lleva estos meses apelando la Cooordinadora del Metal, enfrascada en expandir su lucha a otros sectores, como el de la hosteler¨ªa, donde ya han creado una caja de resistencia para proteger a los empleados del sector que tengan que ir a la huelga. ¡°La ¨²nica posibilidad de hacer algo es con la gente del pueblo. La individualidad no lleva a nada. Necesitamos al pueblo de C¨¢diz al lado y si los trabajadores se unen tambi¨¦n ser¨¢ bueno para nosotros¡±.
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