?Qu¨¦ pas¨® con la izquierda? Una parte se qued¨® en casa. Otra vot¨® al PP

Andaluc¨ªa ha dado un giro a la derecha fort¨ªsimo y es inevitable ir desbrozando explicaciones. Una primera pregunta clave es decidir si hubo una participaci¨®n diferencial (y los votantes de izquierdas se han abstenido en masa) o si hubo fugas (y lo que han hecho es votar por el Partido Popular). La respuesta, en este caso, es que ambas cosas son ciertas al mismo tiempo.

Este domingo apenas vot¨® el 58,4% de los andaluces, una participaci¨®n baj¨ªsima que descender¨¢ m¨¢s cuando se cuente el voto CERA de personas ausentes. Es posible que haya votado menos gente que en 2018 (56,56%) y que en los ¨²ltimos 30 a?os. Muchos andaluces se habr¨¢n quedado en casa, y lo habr¨¢n hecho especialmente en feudos de izquierdas.

Es lo que sugieren los datos del voto calle a calle. En Andaluc¨ªa, los barrios m¨¢s de izquierdas suelen ser m¨¢s pobres y en ellos la abstenci¨®n es m¨¢s elevada. Esto era un patr¨®n ya en 2015: en esas elecciones, en los distritos izquierdistas vot¨® el 62% de los electores, mientras que en los de derechas lo hizo el 76%. ?Qu¨¦ ha pasado ahora? En 2022 la participaci¨®n ha ca¨ªdo en los primeros vecindarios, pero no en los segundos.

En los barrios de izquierdas la participaci¨®n se ha desplomado, y ha pasado del 62% al 47% entre 2015 y 2022. En cambio, en los barrios m¨¢s de derechas, donde la suma de PP, Vox y Ciudadanos ya arras¨® en 2015, la participaci¨®n no solo no ha bajado, sino que incluso sube un poco.

Es una se?al fuerte de participaci¨®n diferencial. Los andaluces han votado menos en general, pero seguramente el grueso de los ausentes sean antiguos votantes del PSOE, Podemos e Izquierda Unida. Para estas fuerzas esto es una buena noticia. Es decir, si te van a arrasar en unas elecciones, es mejor cuanto m¨¢s simpatizantes te hayas dejado en casa, porque la alternativa es que hayan votado por los partidos rivales.

Sin embargo, esta no es toda la historia.

En Andaluc¨ªa parece claro que tambi¨¦n ha habido fugas de votos de personas que votaron a partidos de izquierda y ahora se han decantado por la derecha. La primera pista son las cifras absolutas: entre PP, Vox y Ciudadanos han sumado 400.000 votos m¨¢s que en 2018. Puede que sea te¨®ricamente posible que vengan todos de la abstenci¨®n, pero me atrevo a decir que eso es dif¨ªcil.

Adem¨¢s, tenemos otra se?al de que hay votantes del PSOE cambi¨¢ndose al PP: ?lo dicen ellos mismos en las encuestas! Seg¨²n el ¨²ltimo sondeo preelectoral de 40dB. para EL PA?S y la Cadena SER, hasta un 13% de quienes votaron por el partido socialista en las generales de 2019 dec¨ªan hace unos d¨ªas que ahora votar¨ªan por el PP.

No tengo datos postelectorales todav¨ªa, pero ser¨¢n similares a la matriz de transferencia preelectoral, que es la que muestro. Era una matriz ya muy buena para el PP, que estaba recogiendo votos de todas partes. Se habr¨¢ comido la mitad o m¨¢s de los votantes de Cs y casi un tercio de los de Vox, que eran los cauces naturales.

Pero el flujo m¨¢s sintom¨¢tico es ese 13% de votantes del PSOE que iban camino del PP, porque es una cifra de otra ¨¦poca. Desde que tenemos un equilibrio multipartidista, despu¨¦s de 2015, la v¨ªa entre bloques se hab¨ªa convertido en poco transitada. Los votantes tiene formaciones alternativas en la izquierda y en la derecha, y cuando se enfadan con su partido, lo que hemos visto es que saltaban al vecino ¡ªde PSOE a Podemos, de Ciudadanos al PP, etc¨¦tera¡ª. Un flujo entre bloques es una novedad, que ser¨¢ una se?al de algo, quiz¨¢ del buen momento de la derecha, quiz¨¢ de una grieta en el clima polarizado.