El voto joven y el hundimiento de Podemos impulsan a Bildu
Las exigencias de Vox y del sector radical del PP de ilegalizaci¨®n movilizaron al abertzalismo
Si al final de la campa?a del 28-M hab¨ªa alguna unanimidad entre los analistas vascos sobre el resultado en Euskadi no era otra que el auge de EH Bildu. Su protagonismo nacional se gest¨® con la retirada de los siete candidatos condenados por delitos de sangre, a petici¨®n de las v¨ªctimas del terrorismo, tras su provocaci¨®n inicial. Pero la persistente campa?a del PP basada en la identificaci¨®n de EH Bildu con un terrorismo desaparecido hace 11 a?os es lo que ha contribuido especialmente al auge de los independentistas frente al PNV, del que solo lo separaron 2,5 puntos en las elecciones del domingo.
Desde la ¨¦poca de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el PP ha hecho del terrorismo un uso electoral, pero nunca lo hab¨ªa monopolizado tanto como ahora, 11 a?os despu¨¦s de su desaparici¨®n, a pesar de que inicialmente se lo facilit¨® la lista de EH Bildu. Para mayor redundancia, todas las familias del PP, adem¨¢s de Vox, han acudido a Euskadi para hablar de ETA con el objetivo de desgastar al PSOE. Vox y la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso, pidieron la ilegalizaci¨®n de EH Bildu, tras se?alar que ¡°ETA est¨¢ viva, en el poder¡±. Su jefe de Gabinete, Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, asegur¨® que en Euskadi no hay libertad. Aznar lo redonde¨® con sendas invenciones: si gana S¨¢nchez soltar¨¢ a los presos etarras y plantear¨¢ un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n. Feij¨®o no lleg¨® tan lejos, pero pidi¨® un cambio legislativo para despejar su preocupaci¨®n real: que Bildu sume en una supuesta investidura de S¨¢nchez, como ya hizo en 2020.
El tono agresivo y los desprop¨®sitos de los l¨ªderes del PP y Vox, reforzados por el ruido y la furia de parte de la derecha medi¨¢tica, sobre un terrorismo y unos peligros inexistentes, chocan con la realidad vasca, donde hace d¨¦cadas que no se viv¨ªa tan pac¨ªficamente, aunque queda pendiente un serio problema de memoria. La utilizaci¨®n electoral del terrorismo ha sido tan desmesurada que Covite, la asociaci¨®n mayoritaria vasca de v¨ªctimas, lleg¨® a reclamar su cese por respeto a las v¨ªctimas.
Al PSE no lo ha perjudicado el discurso disparatado de la derecha, pero s¨ª a los socialistas del resto de Espa?a. Y esto, sumado especialmente a los requerimientos de ilegalizaci¨®n de EH Bildu, ha contribuido a movilizar al electorado abertzale, que ha mejorado sensiblemente su posici¨®n.
Pero el auge de EH Bildu no se explica solo por la campa?a. En las elecciones auton¨®micas vascas de 2020 ya despeg¨® del pelot¨®n al situarse como segunda fuerza, con un 27% frente a la tercera, el PSE, con un 13%. La novedad es que entonces le separaban 12 puntos del PNV, ahora reducidos a 2,5.
En aquellas elecciones, con una abstenci¨®n del 48%, superior a la del 28-M, EH Bildu fideliz¨® su voto. Tambi¨¦n, a diferencia del PNV, se benefici¨® del voto joven al empezar a superar a Podemos en la disputa que manten¨ªan desde 2015, cuando los de Pablo Iglesias llegaron a ganar las elecciones generales en Euskadi. El Observatorio Vasco de la Juventud se?alaba que EH Bildu y Podemos eran los partidos mejor valorados por los j¨®venes que percib¨ªan en la coalici¨®n abertzale una identidad feminista, ecologista y social, totalmente ajena a ETA.
Discurso social sobre el identitario
En la campa?a electoral de 2020 ya prim¨® claramente el discurso social sobre el identitario. Y para entonces EH Bildu ya hab¨ªa mostrado su inter¨¦s en ejercer pol¨ªticas ¨²tiles en las Cortes apoyando iniciativas socioecon¨®micas del Gobierno de coalici¨®n. En Euskadi sorprend¨ªa por su actitud pol¨ªtica constructiva frente la destructiva del PP y Vox. EH Bildu aprendi¨® del Podemos de 2015 y supo adaptarse a la sociedad vasca del post-terrorismo que primaba los problemas reales y no quer¨ªa volver a las batallas identitarias. Las peleas internas de Podemos le facilitaron la tarea de absorci¨®n del electorado. Paralelamente, aprendi¨® del auge del Sinn Fein, su partido inspirador, por su primac¨ªa en las pol¨ªticas sociales sobre las territoriales en Irlanda del Norte.
El ¨¦xito electoral de 2020, a costa de Podemos, consolid¨® su nueva pol¨ªtica y abandon¨® definitivamente la tentaci¨®n que tuvo durante el auge del proc¨¦s catal¨¢n de importarlo a Euskadi. El triunfo del domingo lo reafirma y aunque EH Bildu no renuncia a su ideario independentista, no es previsible un giro soberanista a una pol¨ªtica, cada vez m¨¢s parecida a la de M¨¢s Madrid, que le ha acarreado tantos r¨¦ditos.
El PNV es, tras Podemos, el partido que m¨¢s ha retrocedido el 28-M. Su desgaste gubernamental y la competencia creciente de EH Bildu, debido a su moderaci¨®n, en Euskadi y en las Cortes, est¨¢n en el origen de su p¨¦rdida de poder municipal. Le ha afectado la abstenci¨®n y ha quedado atrapado entre el auge de EH Bildu, en el flanco nacionalista ¡ªlos abertzales unifican todas las corrientes nacionalistas no peneuvistas¡ª, y en el conservador por un PP que ha mejorado algo con la sustituci¨®n del anterior l¨ªder, Pablo Casado, por Albero N¨²lez Feij¨®o. Sin embargo, este ¨²ltimo part¨ªa de m¨ªnimos y sigue estando lejos del PSE y de los nacionalistas. Vox, por su parte, contin¨²a bajo m¨ªnimos.
El PSE-PSOE, que ha mejorado ligeramente su posici¨®n, se encuentra inc¨®modo al sufrir el desgaste gubernamental como socio del PNV y porque su genuino espacio socialdem¨®crata hoy lo disputan el PNV, Podemos e incluso EH Bildu en una Euskadi orientada al centroizquierda, aunque tiene como activo su pertenencia a la socialdemocracia europea.
No obstante, las alianzas del PNV y PSE les permitir¨¢ mantener su liderazgo en las tres capitales vascas y en las tres diputaciones forales y cerrar el paso a EH Bildu que, pese a ganar en Vitoria y en Gipuzkoa, no podr¨¢ trasladar su victoria a las instituciones por la pendiente autocr¨ªtica sobre su pasada complicidad con ETA. Lo mismo suceder¨¢ en el Parlamento de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona.
Las pr¨®ximas elecciones generales estar¨¢n condicionadas en Euskadi por el temor a un acuerdo entre el PP y Vox, conocida la pretensi¨®n de este ¨²ltimo y del sector radical del PP de ilegalizar a EH Bildu e incluso al PNV si dependiera de Vox. Todo apunta a una movilizaci¨®n del voto ¨²til que, al ser elecciones nacionales, puede favorecer a los socialistas respecto al 28-M.
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