Los ¡®abstencionistas cr¨®nicos¡¯ repitieron el 23-J: ¡°Hay vecinos que ni saben c¨®mo es el tr¨¢mite para votar¡±

Enrique Lara lleva paseando por las calles de Sant Roc, un barrio de unos 14.000 habitantes de la ciudad de Badalona, desde hace m¨¢s de 35 a?os. Es vicepresidente de la Asociaci¨®n de Vecinos de Sant Roc, ayuda en un equipo de f¨²tbol local, y sigue trabajando en la construcci¨®n a sus 63 a?os. Como ciudadano que conoce bien su barrio, no se sorprende al observar que la mayor¨ªa de sus vecinos no fueron a votar el pasado 23-J. ¡°Hay una decepci¨®n total respecto a la eficacia de los gobiernos municipales. Hemos tenido cuatro alcaldes en cuatro a?os¡±, comenta. Sant Roc registr¨® una de las abstenciones m¨¢s altas de Espa?a en las recientes elecciones generales, llegando al 71% en algunas de sus secciones censales. Y aunque Espa?a no es un pa¨ªs altamente abstencionista, tiene repartidos por su geograf¨ªa algunos agujeros negros electorales, zonas en las que la participaci¨®n pol¨ªtica es muy baja. En 621 secciones censales, que es la unidad estad¨ªstica m¨¢s peque?a, fue a votar menos de la mitad de la poblaci¨®n. Son 83 secciones m¨¢s de las registradas en las generales de abril de 2019, y acumulan a m¨¢s de medio mill¨®n de ciudadanos.

A Carles Sagu¨¦s, secretario de la plataforma Sant Roc-Som Badalona, tampoco le sorprende esta desidia respecto al voto en su barrio. ¡°Sant Roc siempre ha sido muy abstencionista, pero tambi¨¦n lidera el absentismo escolar y el nivel de paro¡±, dice. El soci¨®logo Luis Miller apunta a que el nivel de renta no es tanto la clave para entender la participaci¨®n electoral como lo es la exclusi¨®n y marginalidad social, y son dos cosas que hay que diferenciar. ¡°No es que haya una relaci¨®n entre la renta y el voto, de tal modo que cuanto m¨¢s va subiendo la renta, m¨¢s sube el voto. Si no que, por debajo de determinados umbrales de renta, la participaci¨®n cae dr¨¢sticamente¡±, apunta Miller, que tambi¨¦n a?ade: ¡°Estas son barriadas en las que la gente no participa en la vida p¨²blica en general. Tampoco hacen uso de la sanidad p¨²blica, muy al contrario de la sensaci¨®n generalizada. Es que directamente no se sienten interpelados¡±.

El voto es uno de los mecanismos de participaci¨®n pol¨ªtica que los ciudadanos tienen a su disposici¨®n en sistemas democr¨¢ticos, pero no es el ¨²nico que existe. M¨¢s all¨¢ del acto de introducir una papeleta frente a una urna, los ciudadanos participan de otras formas en la organizaci¨®n y gesti¨®n de la vida p¨²blica. Y es muy dif¨ªcil que personas que no lo hacen a diario, se animen a hacerlo una vez cada cuatro a?os. Tanto Enrique Lara como Carles Sagu¨¦s saben de la importancia que tiene para los ciudadanos estar involucrados en la comunidad en el d¨ªa a d¨ªa. La plataforma de Sagu¨¦s lleva a?os promoviendo la participaci¨®n, en colaboraci¨®n con otras entidades de Sant Roc. ¡°Muchos vecinos ni saben d¨®nde hay que ir o c¨®mo se hace el tr¨¢mite para votar¡±, asegura. ¡°En ning¨²n momento han sentido cercan¨ªa con las propuestas pol¨ªticas, se sienten muchas veces al margen de la sociedad oficial. No consideran que un gobierno u otro vaya con ellos y sus vidas complicadas. Notan un vac¨ªo muy grande¡±.

El patr¨®n de estos agujeros negros se repite por toda la geograf¨ªa espa?ola, desde Melilla hasta Girona, pasando por Madrid. Andaluc¨ªa es la comunidad aut¨®noma que acumula una gran parte de estos pozos de la abstenci¨®n. De las 38 secciones con m¨¢s abstenci¨®n y con menos renta, 22 est¨¢n en Andaluc¨ªa. La abstenci¨®n m¨¢s alta en estas generales, se registr¨® en la Ca?ada Real, con un 89%. Solo fue a votar uno de cada 10 votantes.

En general, la tendencia es que en las zonas con menor renta, se es m¨¢s abstencionista y se vota m¨¢s al bloque de la izquierda, mientras que en las zonas de mayor renta, se vota m¨¢s y se apuesta por el bloque de las derechas. ¡°Es un patr¨®n bastante generalizado que la gente con menos renta, ciertas clases sociales m¨¢s trabajadoras, que est¨¢n m¨¢s relacionadas con la izquierda, se abstienen m¨¢s que la gente de renta m¨¢s alta¡±, asegura Pedro Riera, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Carlos III de Madrid. ¡°Lo que no quiere decir ¨Dprosigue¨D que si se da una mayor participaci¨®n se pueda concluir autom¨¢ticamente que va a beneficiar a la izquierda¡±.

Riera apunta como ejemplo las elecciones auton¨®micas de 2021 en Madrid, en las que la participaci¨®n fue de un 76% y el PP arras¨® en pr¨¢cticamente todos los rincones de la comunidad. En aquellos comicios, la participaci¨®n electoral aument¨® en 12 puntos respecto a las elecciones de 2019 que gan¨® el PSOE. ¡°No es cierto que los votantes de izquierdas se suelan abstener m¨¢s que los de derechas en general. En algunos contextos, en Espa?a, se ha visto que la izquierda, o una parte de la izquierda, se ha abstenido de votar si la victoria de la derecha era segura. Pero son casos contextuales¡±, a?ade Miller.

Marginalidad, pobreza y exclusi¨®n social son las palabras que se asocian a las altas tasas de abstenci¨®n. Sin embargo, tambi¨¦n existen otros factores pol¨ªticos coyunturales, como el desencanto o la falta de incentivos para acudir a las urnas porque el resultado es previsible. La zona norte de Melilla puede ser un ejemplo de como la mezcla de estas circunstancias ha disparado la abstenci¨®n. En estas elecciones, en Melilla fue del 50%, pero en el norte se lleg¨® a tasas del 81%. Adem¨¢s de las variables socioecon¨®micas ¡ªel PIB per c¨¢pita de la ciudad aut¨®noma fue de 19.266 euros en 2021 (¨²ltimo dato registrado), lo que la sit¨²a como la cuarta autonom¨ªa espa?ola m¨¢s pobre; la renta bruta de los hogares es de 12.793 por habitante, la segunda m¨¢s baja¡ª, pueden haber influido otros casos m¨¢s coyunturales. ¡°La movilizaci¨®n no se produce de forma espont¨¢nea. Sigue habiendo territorios en los que la hacen los propios partidos. En Melilla, probablemente, ha habido menos actores movilizando el voto por todo lo que pas¨® en las municipales [la Polic¨ªa desmantel¨® una trama de compra de votos por correo]. Y estoy pensando en Coalici¨®n por Melilla [partido salpicado por el esc¨¢ndalo]¡±, apunta Miller.

La importancia de las ¨¦lites pol¨ªticas como factor que arrastra al votante hasta la urna se observ¨® este 23-J en Catalu?a. ¡°Una de las claves para m¨ª en estas elecciones ha sido la clara desmovilizaci¨®n del independentismo catal¨¢n. Hubo sectores que promovieron abiertamente no ir a votar¡±, apunta el polit¨®logo Pedro Riera. La depresi¨®n electoral del votante nacionalista ya se observ¨® en las recientes elecciones municipales del 28 M, cuando la abstenci¨®n lleg¨® a registrar el 44% en Catalu?a. Y aunque en las generales baj¨® en 10 puntos, hasta el 34%, aun as¨ª estuvo por encima de la media nacional, en el 29,6%. ¡°Para m¨ª, esta abstenci¨®n ha beneficiado al PSC en las generales¡±, asegura Riera. Los socialistas sumaron siete esca?os m¨¢s el 23-J respecto a hace cuatro a?os (pasaron de 12 a 19), los mismos que perdieron conjuntamente ERC (de 13 a 7) y Junts (de 8 a 7).

Sin embargo, los datos que resultan del 23-J tambi¨¦n muestran que en algunas secciones la abstenci¨®n ha bajado de forma dr¨¢stica respecto en los ¨²ltimos cuatro a?os, como es el caso de las barriadas de las 3.000 viviendas, en Sevilla; de las 400 viviendas, en Alicante, o Palmeras, en C¨®rdoba, que han registrado menos de 10 puntos de abstenci¨®n en varias de sus secciones censales.

Para Miller es posible acabar con las altas tasas de abstenci¨®n que se registran en estos ¡°agujeros de la democracia¡±, pero para ello hay que seguir un m¨¦todo combinado a corto y largo plazo. ¡°A largo plazo, se tiene que mejorar la segregaci¨®n social y espacial¡±, sostiene. ¡°A corto plazo, los partidos han intentado algunas cosas, pero de forma muy t¨ªmida. En Espa?a, por ejemplo, la presencia de poblaci¨®n gitana en estas barriadas es muy alto. En la ¨²ltima d¨¦cada, pr¨¢cticamente todos los partidos han incorporado a miembros de la comunidad gitana. Pero no es suficiente y se deben hacer propuestas espec¨ªficas¡±.

Estas zonas suelen estar situadas geogr¨¢ficamente en las periferias de ciudades medianas y medianas-grandes. Miller apunta a que en estos territorios son m¨¢s efectivas las formas de campa?a tradicionales como el boca a boca, en vez de los sofisticados m¨¦todos de la mercadotecnia electoral centrada en las redes sociales y en los mensajes personalizados. ¡°Hay que ir a hacer campa?a all¨ª¡±, sostiene. ¡°En las generales nunca se suele hacer campa?a en esos sitios porque hay menos actos y los partidos se centran m¨¢s en las redes sociales. Como se ha demostrado en otros pa¨ªses, para aumentar la participaci¨®n en estas comunidades a corto plazo hay que hacer una activaci¨®n calle a calle¡±.

Desarrollo: Jacob Vicente L¨®pez