Isabel D¨ªaz Ayuso, h¨¢gase Madrid
Tampoco descartamos que su proyecto fuera el de crear una movida de derechas
Madrid, hasta el advenimiento de Ayuso, era un espacio m¨ªtico m¨¢s que real. No es que careciera de vol¨²menes, pues dispon¨ªa de las Torres KIO y la Torre Picasso y la Casa de la Moneda y el Banco de Espa?a, adem¨¢s de sus barrios ricos, de clase media y pobres con sus familias pudientes, menesterosas y necesitadas.
Y con gas en cada piso.
Ten¨ªa de todo aquello de lo que disponen las grandes urbes del universo mundo incluido el grado de inverosimilitud que caracterizan a Nueva York o a Tokio a las que tanto amamos por su costado puramente novelesco, por su car¨¢cter de ficci¨®n. Lo dec¨ªa muy bien Borges de Buenos Aires, otra de las grandes quimeras urbanas de todos los tiempos: ¡°A m¨ª se me hace cuento que naci¨® Buenos Aires: la juzgo tan eterna como el fuego y el aire¡±.
Pero en estas, lleg¨® Ayuso y dijo:
¡ªH¨¢gase Madrid.
Y Madrid se hizo con todas sus virtudes y todas sus miserias y pas¨® de pertenecer al g¨¦nero fant¨¢stico para caer en un realismo costumbrista muy del gusto de los franceses cutres, que volvieron a tomarla, esta vez sin la direcci¨®n de Pepe Botella, aunque con id¨¦ntica vocaci¨®n alcoh¨®lica, pues les bastaron un par de borracheras pand¨¦micas para hacerla suya. No hubo fusilamientos del tres de mayo ni Goya que los reprodujera. Hubo, suponemos, transmisi¨®n v¨ªrica, vomitonas y orines que salvaron o medio salvaron el negocio hostelero con cuyo men¨² se mont¨® Ayuso una campa?a electoral a la medida de los tiempos. Unos tiempos en los que de las audiencias televisivas se pod¨ªan deducir los votos. Si triunfaba S¨¢lvame en la tele, estaba garantizado el ¨¦xito de S¨¢lvame en las urnas. Cuando los analistas pol¨ªticos dec¨ªan que se hab¨ªa minusvalorado a esta candidata, quer¨ªan decir que se hab¨ªan sobrestimado las salas de arte y ensayo o los documentales de La 2. Se iba al colegio electoral con el esp¨ªritu con el que se encend¨ªa la tele al final de la dura jornada de trabajo: para embrutecerse, para embotar los sentidos, para evadirse de propuestas culturales que no ten¨ªan sentido en un mundo en el que el pan de cada d¨ªa hab¨ªa que ir a recogerlo a las colas del hambre.
Todo en ti fue naufragio.
Tampoco descartamos que el proyecto de Ayuso, que ejerce a ratos de alcaldesa con la pasividad de Almeida, fuera el de crear una movida madrile?a de derechas (en el supuesto de que la anterior hubiera sido de izquierdas) y pasar a la historia como una Tierno Galv¨¢n inversa. Pero Tierno Galv¨¢n cultivaba en sus bandos la hipotaxis, que es el arte de encadenar las oraciones subordinadas en las que ella, sin embargo, tropieza y cae sin pausa.
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