Espa?a se juega su futuro en Madrid
El resultado de las decimosegundas elecciones auton¨®micas cambiar¨¢ el rumbo de la mayor¨ªa de los candidatos y marcar¨¢ el de los principales partidos nacionales
Las decimosegundas elecciones de la Comunidad de Madrid, adelantadas dos a?os por el decretazo de la presidenta Isabel D¨ªaz Ayuso, deciden el futuro de una autonom¨ªa gobernada desde hace 26 a?os por el PP y dirimen algunos asuntos trascendentes del tablero pol¨ªtico nacional.
El Partido Popular se juega su suerte a todo o nada. Si D¨ªaz Ayuso pierde el Gobierno regional pese a duplicar sus votos y esca?os, el fracaso ser¨¢ may¨²sculo. El movimiento t¨¢ctico de adelantar las elecciones resultar¨¢ un fiasco y extender¨¢ la decepci¨®n al PP nacional de Pablo Casado, que f¨ªa la reconquista del poder en Espa?a al ¨¦xito de Ayuso en la Comunidad de Madrid. Si mantiene el poder con una mayor¨ªa insuficiente, el PP deber¨¢ hipotecarse a la voluntad de Vox y derechizar su discurso. Ayuso se convertir¨¢ as¨ª en una dirigente auton¨®mica con posibilidades de suceder a Casado si ¨¦ste fracasa en su tercer intento electoral. Vox, mientras tanto, deber¨¢ decidir si mantiene su estrategia de apoyar desde fuera a gobiernos de la derecha, como hizo en Andaluc¨ªa, en Murcia o en el Ayuntamiento de Madrid, o exigir por primera vez su entrada en un Ejecutivo auton¨®mico.
Las elecciones del 4 de mayo en Madrid tambi¨¦n marcar¨¢n el futuro del centro pol¨ªtico. Ese espacio quedar¨¢ vac¨ªo si Ciudadanos, como vaticinan las encuestas, no logra el 5% que le permita entrar en el Parlamento regional y convertirse en bisagra clave para cualquier Gobierno. Amenazado de muerte tras disputarle al PP le hegemon¨ªa del centroderecha en Espa?a hace solo dos a?os, Ciudadanos se juega una de sus ¨²ltimas cartas en Madrid.
La izquierda, mientras, se ha empe?ado a fondo en esta campa?a nacional donde buscan algo que ha resultado imposible en los ¨²ltimos 26 a?os, recuperar el poder auton¨®mico en la tercera comunidad m¨¢s poblada de Espa?a y con mayor presupuesto.
El l¨ªder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, abandon¨® la vicepresidencia del Gobierno de la naci¨®n para echar su ¨®rdago en Madrid con el objetivo de evitar un Gobierno de la derecha con la ultraderecha. De paso, Iglesias avanz¨® que se retiraba de la pol¨ªtica nacional y se?al¨® como sucesora a Yolanda D¨ªaz, ministra de Trabajo.
El PSOE nacional, volcado en la campa?a de su candidato ?ngel Gabilondo, ha definido discursos, decidido estrategias e impuesto candidatos en las listas de Madrid para intentar a la desesperada recuperar un feudo donde acumula decepciones y fracasos. Pedro S¨¢nchez ha cambiado ahora su interlocutor en el Gobierno de Espa?a y deber¨¢ pactar en un futuro con una formaci¨®n liderada por Yolanda D¨ªaz y no por Pablo Iglesias.
Mientras, la izquierda emergente de M¨¢s Madrid, una escisi¨®n de Podemos que dirige I?igo Errej¨®n, amenaza seriamente el liderazgo del PSOE en la izquierda de la regi¨®n.
Los socialistas ya perdieron su primer puesto en la izquierda de la capital, donde Podemos logr¨® gobernar con la ayuda de Manuela Carmena entre 2015 y 2019. Ahora, las encuestas atribuyen a M¨¢s Madrid un avance respecto a sus resultados auton¨®micos anteriores y sit¨²an a este partido muy cerca del PSOE.
Pablo Iglesias (Unidas Podemos). Un ¨®rdago por Madrid con aroma a retirada
La irrupci¨®n de Pablo Iglesias en la contienda por Madrid revolucion¨® la precampa?a, dio esperanzas a la izquierda y lo convirti¨® en protagonista durante unos d¨ªas. Con su llegada a la pol¨ªtica auton¨®mica tras abandonar el puesto de vicepresidente del Gobierno, el l¨ªder de Unidas Podemos (UP) alej¨® al partido del abismo del 5% ¡ªel voto necesario para obtener representaci¨®n en la Asamblea¡ª, pero todos los sondeos, salvo el CIS, auguran una victoria de la derecha, sit¨²an a su formaci¨®n como quinta fuerza y lo hacen muy por detr¨¢s de M¨¢s Madrid, el partido fundado por su antiguo compa?ero de filas ??igo Errej¨®n.
No fue posible el entendimiento, y lo que sin el secretario general de Podemos ser¨ªa un ¨¦xito (en la pasada legislatura, UP logr¨® siete esca?os con Isabel Serra como cabeza de lista y la encuesta de Metroscopia para EL PA?S le concede ahora 11) con Iglesias al frente sabe a poco. Las amenazas de muerte contra ¨¦l y su familia, la reacci¨®n de Vox poniendo en duda su credibilidad y la negativa del l¨ªder a debatir con el partido ultra han enrarecido el final de campa?a y legitimado, creen, su discurso contra el fascismo. En medio de este clima, la victoria pasa por evitar un Gobierno con la extrema derecha. Capitalizar ese hipot¨¦tico ¨¦xito y ser garant¨ªa de pol¨ªticas progresistas en un Ejecutivo de coalici¨®n es la apuesta de Iglesias. Aunque ya ha manifestado su voluntad de permanecer en la Asamblea incluso en la oposici¨®n, un mal resultado el 4-M avivar¨ªa las elucubraciones sobre su futuro. El exvicepresidente record¨® que le quedan dos a?os en la secretar¨ªa general de Podemos. Y en la agitada pol¨ªtica espa?ola, 24 meses son una eternidad./PAULA CHOUZA
Roc¨ªo Monasterio (Vox). Sustituir a Cs como socio preferente de Ayuso
Roc¨ªo Monasterio est¨¢ convencida de que se llevar¨¢ bien con D¨ªaz Ayuso; sobre todo, puntualiza ella, ahora que no habr¨¢ un tercero en discordia enturbiando la relaci¨®n. Durante dos a?os, Vox ha apoyado al Gobierno de la Comunidad de Madrid sin que ese compromiso pudiera formalizarse porque Ciudadanos se opon¨ªa a que el partido ultra saliera en la foto. Monasterio culpa al partido de Arrimadas de todos sus desencuentros con el Gobierno regional. Incluso le achaca un adelanto electoral que Ayuso decidi¨® por su cuenta y ella misma le ven¨ªa reclamando. Sustituir a Cs como socio preferente del PP es el principal objetivo de Vox el 4-M.
No le importa a Vox sacar alg¨²n diputado m¨¢s o menos si son suficientes para completar la mayor¨ªa. Se trata, en el lenguaje de Santiago Abascal, de ¡°impedir el asalto social-comunista a la Comunidad de Madrid¡±. Lo que significa que siga gobernando la derecha. Abascal no ha querido revelar si el precio de su apoyo ser¨¢ alguna consejer¨ªa y se limita a responder que Vox estar¨¢ ¡°donde le pongan los madrile?os con sus votos¡±. Pero a Monasterio se le ha escapado alguna vez: ¡°Estaremos en el Gobierno¡±.
Hasta ahora, Vox no ha conseguido tocar poder. La ¨²nica consejera procedente del partido ultra que hay en Espa?a, la de Educaci¨®n de Murcia, fue expulsada por Abascal y no est¨¢ bajo su disciplina. Para seguir creciendo, Vox necesita experiencia de gesti¨®n. El problema es que ahora puede haber otro tercero que tampoco le quiera como pareja formal: Pablo Casado, quien sabe que el 5 de mayo comienza la precampa?a de las generales de 2023./MIGUEL GONZ?LEZ
M¨®nica Garc¨ªa (M¨¢s Madrid). La izquierda alternativa que aspira a todo
Part¨ªa como la menos conocida. Y, seg¨²n todas las encuestas, est¨¢ a un pu?ado de votos de dar la campanada y sobrepasar al todopoderoso PSOE. Los estudios internos que manejaba M¨¢s Madrid antes de la campa?a incid¨ªan much¨ªsimo en que M¨®nica Garc¨ªa, de 47 a?os, era una candidata con un potencial enorme entre los menores de 45 a?os. ¡°Not¨¢bamos cierta dificultad para calar en el electorado de los mayores, pero estos d¨ªas todo est¨¢ cambiando¡±, cuenta un alto cargo del partido. Garc¨ªa tiene la baza de ser una candidata muy vertical. M¨¦dica de profesi¨®n, el CIS de abril la situaba como la m¨¢s valorada entre los propios votantes de Podemos, muy por encima del propio Pablo Iglesias. Arrastra sobre todo al voto joven y al voto femenino, los dos pilares sobre los que ha pilotado su campa?a. Un simple paseo con la candidata sirve para corroborar que el estudio no falla.
Rodeada solo de mujeres que forman parte de su lista, dijo en un acto: ¡°Las mujeres tenemos una herramienta poderosa: la empat¨ªa y otra forma de hacer las cosas¡±. Su rechazo a ir en coalici¨®n con Iglesias fue un golpe vital al inicio de la campa?a: ¡°Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos hist¨®ricos nos pidan que nos apartemos¡±. Fue el ¨²nico ataque que hizo a Podemos. Desde entonces, el partido se ha centrado en aunar esfuerzos dentro de la izquierda. Dos a?os despu¨¦s de su nacimiento ¡ªsurgi¨® de una escisi¨®n de Podemos y tras un pacto entre ??igo Errej¨®n y Manuela Carmena¡ª lograron 20 esca?os y 470.000 en sus primeros comicios. Las encuestas les confirman como la gran fuerza de izquierdas. Y qui¨¦n sabe si dar¨¢n la sorpresa./MANUEL VIEJO
Isabel D¨ªaz Ayuso (Partido Popular). La apuesta m¨¢s arriesgada a todo o nada
Isabel D¨ªaz Ayuso es la aspirante a la presidencia de Madrid que m¨¢s arriesga en la votaci¨®n del 4-M.
Si gobierna, no solo retendr¨¢ la presidencia hasta 2023. Tambi¨¦n se garantizar¨¢ un fort¨ªn desde el que entrar en la pelea por el poder interno (pr¨®ximamente se decidir¨¢ la presidencia del PP de Madrid) y un trampol¨ªn para saltar a la pol¨ªtica nacional, disput¨¢ndole el liderazgo a Pablo Casado, si as¨ª lo quiere.
Si no logra mantener el poder, su carrera pol¨ªtica quedar¨¢ tocada. Ella decidi¨® el adelanto electoral, arriesgando el gran basti¨®n de su partido, y no ha aclarado si pasar¨ªa dos a?os en la oposici¨®n, a la espera de una nueva oportunidad. Para el PP la apuesta es igualmente arriesgada. Tras los batacazos electorales en el Pa¨ªs Vasco y Catalu?a, un triunfo de su candidata ser¨ªa empleado por Casado como el ejemplo de que recuperar La Moncloa es posible si se traslada a escala nacional la absorci¨®n en las urnas de Cs, y algo de Vox, lo que previsiblemente conseguir¨¢ D¨ªaz Ayuso. Al tiempo, la victoria consolidar¨ªa una nueva corriente interna, el ayusismo, que en poco se parece a la moderaci¨®n que pretende encarnar el l¨ªder nacional del PP.
Perder Madrid ser¨ªa para el PP una hecatombe. Tras m¨¢s de un cuarto de siglo gobernando esta regi¨®n, la derrota en las elecciones de 2019, subsanada con un pacto con Cs y Vox, ya hizo temblar los cimientos del partido. Ceder ahora el poder, cuando a¨²n pod¨ªa haber seguido gobernando hasta 2023, abrir¨ªa una crisis de consecuencias impredecibles para una formaci¨®n que vive de terremoto en terremoto desde que Mariano Rajoy perdi¨® La Moncloa (2018). Ser¨¢ un 4-M a todo o nada para el partido y la l¨ªder./JUAN JOS? MATEO
?ngel Gabilondo. ?ltimo tren al a presidencia antes de la renovaci¨®n
?ngel Gabilondo encara a sus 72 a?os su ¨²ltima oportunidad para ser el primer presidente socialista de Madrid desde Joaqu¨ªn Leguina. Gabilondo no lo logr¨® en 2015 ¡ªcuando el bloque de PP y Cs sum¨® un esca?o m¨¢s que la izquierda¡ª y aunque fue el m¨¢s votado en 2019, de nuevo la alianza de PP, Cs y Vox frustr¨® su llegada al Gobierno.
El r¨¦dito por esa primera victoria en votos del PSOE desde 1987 decay¨® por su ejercicio de oposici¨®n, sin pegada, a la gesti¨®n de Isabel D¨ªaz Ayuso en lo m¨¢s crudo de la pandemia. Una funci¨®n que desempe?¨® M¨®nica Garc¨ªa, la portavoz de M¨¢s Madrid que ahora como candidata a presidenta amenaza la hegemon¨ªa socialista en la izquierda. Gabilondo, que se ha ce?ido a la estrategia de La Moncloa de intentar atraer al electorado de Ciudadanos y pedir despu¨¦s el apoyo de Pablo Iglesias, no teme el sorpasso de M¨¢s Madrid. Sencillamente, no lo cree posible. Llamado a ser el futuro defensor del Pueblo, un destino paralizado por el PP desde verano, su perfil institucional es su mejor baza el 4-M. Pero tambi¨¦n es su tal¨®n de Aquiles en una ¨¦poca en la que la pol¨ªtica se consume a toda velocidad y se mide en tuits y frases ocurrentes. Cr¨ªticos y partidarios coinciden en que Gabilondo ser¨ªa mejor presidente que candidato. ¡°Quiero ser presidente para unir de nuevo a Madrid¡±, es su carta de presentaci¨®n frente a la crispaci¨®n. Si no lo consigue, Pedro S¨¢nchez apremiar¨¢ a la renovaci¨®n, que ya inici¨® en la lista electoral, del PSOE de Madrid. Una federaci¨®n pacificada pero con fama de convulsa. Y que hasta las elecciones de 2023 tiene tiempo de sobra para volver a ser lo que fue. Un avispero./JOS? MARCOS
Edmundo Bal (Ciudadanos). El futuro de un partido sobre sus hombros
El candidato de Ciudadanos ha intentado presentarse como una alternativa moderada que reh¨²ye la crispaci¨®n en unas elecciones muy polarizadas. Aunque s¨ª ha elegido bloque, el de la derecha, porque afirma que solo har¨¢ presidenta a Isabel D¨ªaz Ayuso. En el partido explican que, seg¨²n sus encuestas, no ten¨ªan otra opci¨®n que jugar a la versi¨®n moderada del centroderecha. Est¨¢ por ver si la apuesta es un acierto o un error. La marca concurre a vida o muerte.
Edmundo Bal se est¨¢ jugando obtener o no representaci¨®n en la Asamblea de Madrid, despu¨¦s de que Ciudadanos lograra en las anteriores elecciones auton¨®micas casi el 20% de los votos y 26 esca?os, y de haber gobernado Madrid en coalici¨®n con el PP los dos ¨²ltimos a?os. El escenario m¨¢s optimista, casi milagroso a juzgar por las encuestas, implica ya un desplome electoral, porque consistir¨ªa en entrar por la m¨ªnima con siete diputados. As¨ª, el 4 de mayo el futuro de Ciudadanos est¨¢ en juego: si se queda fuera, no tardar¨¢n en escucharse las voces que dar¨¢n por muerto al partido. Si logra entrar, podr¨ªa tener un papel decisivo en la gobernabilidad, en caso de que Ayuso no consiga mayor¨ªa absoluta. Aunque eso depender¨¢ tambi¨¦n del resultado de Vox, que podr¨ªa sustituirle como socio de Gobierno.
Ciudadanos se va a resistir a que le den por muerto en caso de que se cumplan los peores pron¨®sticos. El equipo de In¨¦s Arrimadas insiste en que seguir¨¢ trabajando para las pr¨®ximas elecciones, y afirma que la l¨ªder no tiene ninguna intenci¨®n de dimitir. Edmundo Bal, su fiel escudero en el Congreso, no ha renunciado a su acta de diputado por si acaso se convierte en una v¨ªctima de la batalla madrile?a./ELSA GARC?A DE BLAS
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