En busca del solitario voto a Pablo Iglesias en la mesa de los m¨¢s ricos de La Moraleja

Hay gente que va a votar a pie, en bicicleta o en coche. Y luego est¨¢ el caso de algunos vecinos de la madrile?a zona residencial de La Moraleja a los que les lleva su ch¨®fer. El apoderado de M¨¢s Madrid enviado el 4-M al exclusivo punto de votaci¨®n, Pablo Zazo, nunca hab¨ªa visto algo igual. Y eso que ¨¦l siempre se ofrece como voluntario para ir a los feudos de la derecha, quiz¨¢s porque ha hecho carrera de soci¨®logo y le intriga observar otras realidades. All¨ª, en una de las mesas de los m¨¢s ricos entre los ricos, alguien deposit¨® una solitaria papeleta de apoyo a Pablo Iglesias. Zazo, de 65 a?os, tampoco hab¨ªa observado antes un resultado tan malo para la izquierda como el que se produjo en el Liceo Europeo el martes de la semana pasada. ¡°Y mira que me ha tocado ir a colegios pijos, pijos¡±, aclara ¨¦l. Los tres partidos de la derecha (PP, Vox y Cs) sacaron el 97% de los votos en una de las mesas, la de la secci¨®n 35 de Alcobendas. ¡°Creo que estoy en el colegio m¨¢s de derechas de todo Madrid¡±, le escribi¨® esa noche a sus colegas. (Estaba en lo cierto como confirm¨® luego el resultado del voto calle a calle). En esa secci¨®n hubo seis votos para el PSOE, cuatro para M¨¢s Madrid y uno para Unidas Podemos; este ¨²ltimo, un mirlo blanco en toda regla.

La presidenta regional, Isabel D¨ªaz Ayuso, arras¨® en el cintur¨®n rojo de Madrid, pero a cambio la izquierda no tiene mucho de lo que presumir en el territorio de azul m¨¢s intenso. As¨ª suele suceder elecci¨®n tras elecci¨®n: es m¨¢s f¨¢cil para la derecha penetrar en los feudos del bando contrario, que a la inversa. El caso extremo es el de esa mesa de la secci¨®n censal 35 de Alcobendas.

En ella pueden depositar su voto 555 personas, los m¨¢s ricos de toda La Moraleja, que viven en parcelas de entre 2.500 y 20.000 metros cuadrados, con precios desde los tres millones de euros hasta los 16 millones. Entre sus vecinos se encuentran Alicia Koplowitz, la segunda mujer m¨¢s rica de Espa?a; o varias estrellas del Real Madrid, como Marcelo, que el 4-M se iba a perder un choque de Champions porque estaba llamado a ser vocal en la mesa, pero se libr¨® gracias a que una vocal suplente se ofreci¨® para relevarle.

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El partido de Pablo Iglesias no mand¨® a ning¨²n apoderado al Liceo Europeo y el representante que M¨¢s Madrid envi¨® a ese colegio no sabe qui¨¦n fue el votante de ese partido porque nadie se acerc¨® a confesarle su voto. Tampoco tuvo la oportunidad de conocer a los votantes de M¨®nica Garc¨ªa, la candidata de M¨¢s Madrid, aunque sospecha qui¨¦nes son. Algunos al cruzarse con ¨¦l, vieron su cartel¨®n de M¨¢s Madrid colgando del cuello, y le dieron los buenos d¨ªas con una sonrisa c¨®mplice. Pero no sabe decir si esos eran los votantes de la secci¨®n 35, la de los megarricos, porque en todo el colegio hab¨ªa ocho mesas y las otras siete inclu¨ªan zonas de La Moraleja algo menos exclusivas donde la izquierda tuvo un resultado algo menos catastr¨®fico. En total, la izquierda sac¨® en ese centro 184 papeletas de los casi 5.000 votantes citados all¨ª.

Los agentes inmobiliarios dividen La Moraleja en tres: Soto, El Encinar y ¡°Moraleja, Moraleja¡±. En esta ¨²ltima, la secci¨®n 35, no hay pisos ni casas adosadas. Solo mansiones. Le llaman la zona de ¡°las hect¨¢reas¡±, terrenos de 10.000 metros cuadrados o m¨¢s. Cuando durante la preparaci¨®n de este art¨ªculo algunos vecinos se enteraron de que ha habido un votante de Podemos en esa zona se cre¨ªan que era una broma. Pero la cuesti¨®n les intriga y aunque saben que encontrarlo va a ser casi imposible, se aventuran a ofrecer teor¨ªas sobre qui¨¦n es el ¡°comunista¡± que vive entre ellos.

?Un joven rebelde?

¡°Puede ser un t¨ªo del servicio que est¨¦ empadronado¡±, dice Michael Lepourte, un broker de la inmobiliaria Remax. ¡°O tambi¨¦n alg¨²n cantante de estos, comunistas¡±. Una jubilada que sale del supermercado local Melo cargando una bolsa, Candela Rom¨¢n, es de la teor¨ªa del joven rebelde que reacciona contra el voto de sus padres y amigos. A ella le pas¨®. ¡°Yo tambi¨¦n fui joven y de izquierdas¡±, dice. Gonzalo L¨®pez Van-Dam, socio director de la inmobiliaria Promora, tambi¨¦n se abona a esa versi¨®n. ¡°Yo dir¨ªa que es el hijo de alguien¡±. Conoce a bastantes que dan el perfil. No tienen aspecto del t¨ªpico votante de Podemos, pero est¨¢n en esa etapa idealista de la vida. ¡°Te encuentras con chavales que no lo tienen claro, que creen que se necesita un cambio¡±, dice ¨¦l. Hubo de hecho un momento, hace cinco o seis a?os, cuando Podemos estaba en su apogeo, que era m¨¢s com¨²n o¨ªr esas opiniones entre la juventud de La Moraleja, dice ¨¦l: ¡°Tuvo su tir¨®n¡±.

Podemos tuvo ocho votantes en la secci¨®n 35 en las generales de 2015, pero luego se desinfl¨®. Sac¨® cuatro votos en las generales del a?o siguiente y dos en las de abril y noviembre de 2019. En las auton¨®micas de 2019 se hab¨ªa quedado en cero.

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¡°No jodas, dime qui¨¦n es, que quiero ser su amiga¡±, reacciona Patricia, una joven empleada del s¨²per Melo que lleva un piercing en la nariz y el pelo rapado por los lados. Ella viene a La Moraleja solo para trabajar. Una chica que escucha las conversaciones sentada a las puertas del s¨²per dice: ¡°?Y si soy yo?¡±. Por supuesto est¨¢ de guasa. No ¨ªbamos a tener tanta suerte. ¡°Vot¨¦ a M¨®nica¡±, aclara. Pero ella tampoco vive aqu¨ª. Se trata de Laura Corral, tiene 29 a?os y es profesora de Lengua en el International College, uno de los colegios de ¨¦lite de La Moraleja. Despu¨¦s de cinco a?os dando clases esta profesora se ha llevado algunas sorpresas gratificantes. Por ejemplo, el ¨²ltimo D¨ªa de la Mujer invit¨® a las madres a que vistieran a sus hijas con alguna prenda morada y la mitad de la clase sigui¨® su propuesta. Y tambi¨¦n, con el visto bueno del claustro, ha empezado a leer recientemente cuentos en los que dos pap¨¢s o dos mam¨¢s son protagonistas. Son ejemplos de que dentro de la zona que vota m¨¢s a la derecha de todo Madrid hay gente que tiene la mente muy abierta.

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