Brillantez bien medida
La Real Filharmon¨ªa estrena dos obras en su concierto del jueves en Santiago y hace una gran versi¨®n de la Octava de Dvo?¨¢k
La Real Filharmon¨ªa Dvo?¨¢k de Galicia, dirigida por Paul Daniel, ha celebrado su concierto de abono. En programa, Dark, with excessive bright, de Missy Mazzoli (1980); Gratulantes, de Sof¨ªa Oriana y la Sinfon¨ªa n? 8 en sol mayor, op. 88 de Antonin Dvo?¨¢k. La primera obra ha sido estrenada en Espa?a en este concierto y la de Oriana se ha interpretado como estreno absoluto.
Dark, with excessive bright ha sido interpretada como solista por Carlos M¨¦ndez, principal de contrabajos de la RFG. La obra est¨¢ llena de dificultades, no solo de mecanismo sino sobre todo musicales, e incluso conceptuales, que han sido superadas en su totalidad por M¨¦ndez de forma admirable. La obra de Mazzoli comienza con lo que podr¨ªamos llamar una sorda explosi¨®n de golpes de arco de las cuerdas altas y pizzicatos Bart¨®k de los chelos de la que surgen las primeras notas del contrabajo. El de M¨¦ndez lo hizo con un sonido tel¨²rico, oscuro como el rumor que precede a un se¨ªsmo; y con tal fuerza de la naturaleza podemos comparar su, de principio a fin, soberbia versi¨®n de la obra.
Desde esta oscuridad inicial surgi¨® el motivo de la scordatura (afinaci¨®n diferente de la habitual: re-la-re-la, en este caso) propuesto por Mazzoli. M¨¦ndez comenz¨® a contrastar el sonido grave y oscuro connatural al instrumento con los arm¨®nicos naturales surgidos de la afinaci¨®n en un sutil¨ªsimo ejercicio de expresi¨®n lleno de musicalidad. El contraste entre la parte del solista y la luminosa tesitura de las cuerdas altas prosigui¨® hasta la llegada de los arpegios del contrabajo que preceden a la cadenza. Esta es la espl¨¦ndida contribuci¨®n de M¨¦ndez a la brillantez de la obra en la mejor tradici¨®n de los grandes instrumentistas que ha habido a lo largo de la historia de la m¨²sica.
En ella hace un ejercicio de virtuosismo instrumental sin concesiones a la galer¨ªa. Sus rutilantes arpegios, escalas o cuerdas dobles est¨¢n plenamente acordes no solo con la letra sino tambi¨¦n con el esp¨ªritu de Dark, with excessive bright. Apenas dos minutos en los que, como dice M¨¦ndez ¡°la oscuridad del contrabajo brilla por s¨ª misma sin el deslumbrante sonido de la orquesta¡±.
Tras esta admirable cadenza, los falsos arm¨®nicos del contrabajo se integran en el brillo de las cuerdas altas. Luego, la lucha r¨ªtmica entre solista y orquesta se va haciendo m¨¢s compleja hasta desembocar en un pasaje del solista en el registro m¨¢s agudo de su instrumento, bordeando y aun sobrepasando el l¨ªmite natural de su sonido. Y es en estos momentos donde la maestr¨ªa instrumental de M¨¦ndez se evidenci¨® al m¨¢ximo por su afinaci¨®n y su expresividad.
Finalmente, el contrabajo de la orquesta surge de su rinc¨®n sonoro acompa?ando al solista, en el que este vuelve al tema de la scordatura, simultaneando arco y pizzicato de mano izquierda como un doble instrumento, hasta un final de gloriosa serenidad. El acompa?amiento de Daniel y la RFG estuvo a la gran altura del solista, cuya soberbia actuaci¨®n fue calurosa y largamente ovacionada por el p¨²blico presente en el Auditorio de Galicia.
La segunda obra programada era Gratulantes, de Sof¨ªa Oriana Infante (Santiago, 1989), un encargo de la Real Filharmon¨ªa con la colaboraci¨®n del Xacobeo 2021. En Gratulantes Oriana emplea una estructura que define como ¡°reiterante pero no evidente¡±. Se trata de una serie de ostinatos r¨ªtmicos y abundantes ideas mel¨®dicas inspiradas en Gratulantes celebremus festum, un canto del C¨®dice Calixtino que se refiere a la celebraci¨®n de Santiago.
La obra deja entrever tambi¨¦n las influencias del rock and roll y otras m¨²sicas populares que Oriana utiliza sin asustarse, pues forman parte de su vida y su formaci¨®n como percusionista, algo que se deja traslucir en las intervenciones del timbal Las melod¨ªas surgen naturalmente sobre los dise?os r¨ªtmicos y la sucesi¨®n de partes m¨¢s y menos movidas de la obra proporciona a esta una variedad de ambientes bastante bien subrayados por una orquestaci¨®n eficaz.
Hay momentos de hermoso lirismo en las partes lentas y el reposado final deja una agradable sensaci¨®n de serenidad. Es una m¨²sica de amable escucha que las apenas dos centenares de personas que pudieron escucharla en directo acogieron con una buena ovaci¨®n, que la autora recogi¨® desde el escenario junto a Paul Daniel.
Cerr¨® programa la Octava de Dvo?¨¢k. La versi¨®n de Daniel y la Real Filharmon¨ªa tuvo una gran calidad desde el canto inicial de los chelos y el canto de la flauta de Laurent Blaireau en la introducci¨®n del Allegro con brio. Hubo la adecuada energ¨ªa en este desde este inicio hasta su bien respirado final. Notables los solos del corno ingl¨¦s de Esther Vi¨²dez, del oboe de Christina Dominik, del clarinete de Vicente L¨®pez y, nuevamente, la flauta de Laurent Blaiteau. La buena tensi¨®n expresiva continu¨® e incluso creci¨® en el Adagio, que fue dicho con la sencillez, lirismo o dramatismo que corresponde a sus diferentes pasajes.
El tercer movimiento, Allegretto grazioso fue una invitaci¨®n a la danza por la ligereza del vuelo expresivo que le imprimi¨® Daniel antes de su din¨¢mico final, Molto vivace. La llamada de la trompeta al inicio del Allegro, ma non troppo final y de nuevo el canto de los chelos fueron el inicio de un movimiento lleno de vitalidad. En ¨¦l Daniel extrajo de su orquesta la excelente m¨²sica contenida en esta sinfon¨ªa de Dvo?¨¢k, incluyendo una luminosidad que supo administrar sabiamente hasta el brillo solar de la secci¨®n de trompas en sus intervenciones. Gran versi¨®n para rematar un gran concierto.
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