Javier y ?scar, guardias civiles a pie del Camino
Los agentes asisten a los peregrinos y sellan credenciales de su paso. Comparten su trabajo en el puesto de Monterroso con polic¨ªas franceses, portugueses, alemanes e italianos
Javier Rovira y ?scar Santoalla son dos j¨®venes agentes de la Guardia Civil del puesto de Monterroso (Lugo), que este mes de julio patrullan por el Camino de Santiago, en el tramo franc¨¦s a su paso por la provincia de Lugo. Son dos de los tres guardias que trabajan en el servicio de Atenci¨®n al Peregrino del instituto armado, todos ellos con destino en el cuartel monterrosino. A ellos, en este Xacobeo que durar¨¢ hasta final de 2022, se han sumado otros agentes de distintas polic¨ªas de la Uni¨®n Europea: tres franceses, dos portugueses, dos alemanes y dos carabinieri italianos.
¡°Est¨¢ siendo una experiencia muy gratificante con ellos. Hemos tenido la suerte de que los agentes que han venido de fuera son gente maravillosa¡±, presume Javier Rovira. ?scar Santoalla tercia y ha concretado que ¡°ellos viven en hoteles, no vienen al cuartel, los recogemos a primera hora de la ma?ana y ya hacen el servicio con nosotros¡±. Una furgoneta y dos coches de apoyo son las herramientas con la que trabajan los agentes encargados de velar por la seguridad del camino m¨¢s transitado de todas las rutas jacobeas a su paso por la provincia.
¡°Estamos para cualquier cosa¡±, ataja Rovira, ¡°como recoger denuncias o cualquier tipo de atenci¨®n que les haga falta¡± a los cientos de peregrinos que acuden a ellos. ?scar Santoalla relata que ¡°lo m¨¢s habitual¡± que les plantean los peregrinos ¡°es informaci¨®n sobre albergues, sobre d¨®nde alojarse y d¨®nde comer¡±. ¡°A veces tambi¨¦n nos preguntan por si hay oficinas de turismo por la zona¡±, a?ade. Llevan casi un mes, con el servicio operativo desde el uno de julio, aunque previamente estuvieron un mes a prueba. Desde ese d¨ªa, lo que m¨¢s se denuncia en el Camino, tradicionalmente, son ¡°extrav¨ªos de documentaci¨®n¡±. ¡°Est¨¢s tomando algo en un bar, dejas la mochila y cuando van a buscarla falta dinero o documentaci¨®n. Esto era lo m¨¢s habitual en a?os pasados, porque en lo que llevamos de mes de julio solo hemos registrado dos extrav¨ªos de documentaci¨®n¡±, puntualiza Santoalla.
Este mes, despu¨¦s de que la pandemia dejase pr¨¢cticamente desierta las rutas ancestrales, ¡°parece que se va recuperando la normalidad en los distintos itinerarios jacobeos¡±, comentan. Se han dado incluso avalanchas y hay peregrinos que han tenido que dormir, incluso, al raso o en hoteles, ya que la normativa sanitaria impide la ocupaci¨®n completa de las habitaciones de los albergues. ¡°En los ¨²ltimos d¨ªas se ha notado mucha presencia de caminantes, hay tramos en los que no hay cinco metros en que no haya gente a pie o en bicicleta¡±, asegura Santoalla.
Habitualmente, se?alan estos agentes, se cumplen los ¡°protocolos anticovid¡±. ¡°Hay relajaci¨®n sobre todo cuando van caminando al aire libre. Como est¨¢ legislado, cada grupo hace una burbuja¡±. Aunque, concede el agente Rovira, ¡°es una burbuja en teor¨ªa¡±: ¡°nosotros no sabemos si todos los que van caminando juntos son del mismo grupo o no¡±. La ¡°relajaci¨®n¡± tambi¨¦n se advierte ¡°cuando concluyen las etapas¡±, reconocen los guardias civiles. ¡°Entonces se van a un bar o a una terraza, pero como hace el resto de la ciudadan¨ªa¡±, admite Santoalla. No obstante, los agentes de este servicio no han tenido que recurrir a sanciones para corregir el comportamiento de los peregrinos ante la Covid, y esto les lleva a concluir que el camino es ¡°seguro¡±.
Eso s¨ª, en el d¨ªa a d¨ªa se encuentran con situaciones de todo tipo, como el caso ¡°de una peregrina a la que se le enganch¨® un trozo de tela en el freno y tuvimos que cargar la bicicleta en el furg¨®n y llevarla a un taller de reparaci¨®n para que la mujer pudiera continuar¡±, revelaba Rovira quien subraya que en su mayor¨ªa los peregrinos hacen las etapas a pie o en bicicleta. Este a?o se ven menos a caballo.
Pero lo m¨¢s sorprendente, y con humor se lo toman, es que no es la primera vez que los peregrinos acuden a esta oficina m¨®vil para pedir que se les selle la credencial, que sirve para demostrar que has cumplido con las etapas y vale para obtener la Compostela al final del Camino. Como Guardia Civil cuentan con un sello oficial para cursar denuncias u otro tipo de diligencias y es el que usan si se tercia la situaci¨®n de tener que marcar una etapa a los peregrinos.
¡°Tenemos el sello de la Guardia Civil para certificar las denuncias, entonces el otro martes de la semana pasada vino un peregrino para ver si le hac¨ªamos el favor de sellar la credencial. Se la sellamos y empezaron a venir uno, dos... tres m¨¢s y al final de la tarde fueron 150¡±, confiesa risue?o Santoalla, a quien le recuerda Rovira que hasta uno lleg¨® con 20 credenciales para que se las sellasen all¨ª. Al final tuvieron que desistir, y explicaron ¡°serenamente¡± a los peregrinos que ese no era su cometido en la plaza mayor de Portomar¨ªn, poblada de visitantes que recurr¨ªan a los agentes para timbrar ese final de etapa y principio tambi¨¦n de la que, al d¨ªa siguiente, comunica Portomar¨ªn con Palas de Rei.
Los agentes de Atenci¨®n al Peregrino tambi¨¦n llegan a ofrecer agua o incluso comida para el peregrino agotado que recurre a ellos. Ahora adem¨¢s, se ven acompa?ados de agentes de otros pa¨ªses que hacen de traductores ante sus paisanos. A final de mes dar¨¢n el relevo para el mes de agosto a un guardia de Monterroso y dos del cuartel de Palas de Rei.
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